Qué es la disfagia en ancianos: causas y tratamiento

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Esta enfermedad puede ocurrir a cualquier edad, pero la disfagia en ancianos afecta en mayor medida. De hecho, uno de cada cuatro ancianos la padece.

¿Qué es disfagia?

La dificultad o imposibilidad para tragar alimentos sólidos y/o líquidos recibe el nombre de disfagia o deglución difícil. En base a esta definición, la persona que la sufre tiene problemas para lograr el paso de los alimentos desde la boca hasta el estómago.

Una persona mayor tomándose la garganta con dolor

En la mayoría de los pacientes, la sensación es de que los alimentos se atascan o de que la comida no desciende bien. Entre los principales porqués de la disfagia se encuentran enfermedades progresivas o degenerativas como el Alzheimer y el Parkinson o afecciones cerebrovasculares que pueden acabar afectando el funcionamiento correcto de la lengua, los músculos de la garganta o el esófago.

Tipos de disfagia

En base a la parte del cuerpo donde se producen las dificultades para tragar, existen dos tipos de disfagia:

  • Disfagia orofaríngea. Es la que se produce en la zona de la faringe, de forma que la persona siente dificultades para el paso de alimentos desde el primer estadio de la deglución. En los casos más graves, quien la padece podría sufrir de constante aspiración, provocando que los alimentos pasen hacia la tráquea y que sufra un atragantamiento.
  • Disfagia esofágica. En este caso, el primer paso de la deglución se produce sin mayores complicaciones y es en el esófago donde se presentan las dificultades para que los alimentos continúen su camino hacia el estómago. En los casos más graves, puede producirse un vómito constante que imposibilite, de forma total, la nutrición.

Causas de la disfagia

Según el tipo de disfagia que hemos señalado en el punto anterior, las causas pueden ser las siguientes:

Disfagia orofaríngea

Las causas de la disfagia orofaríngea son:

  • Trastornos neurológicos. Ciertos trastornos, como la esclerosis múltiple, el párkinson o la distrofia muscular.
  • Daño neurológico. Un daño neurológico repentino, como el que se produce por un accidente cerebrovascular o por una lesión en el cerebro o la médula espinal.
  • Tumores en la zona de la faringe, que pueden ser o no cancerígenos. En el caso de los primeros, los tratamientos oncológicos, como la radioterapia, pueden provocar dificultades para tragar.
  • Divertículo faríngeo. Se trata de la formación de una bolsa sobre el esófago que va acumulando partículas de alimentos y que, a corto plazo, provoca dificultades para tragar, además de ataques de tos, sonidos de gorjeo o carraspeo reiterado.
  • Enfermedades que afectan directamente a la faringe o a la cavidad bucal. Es el caso de algunas como la amigdalitis o la faringitis.

Disfagia esofágica

Las causas de la disfagia esofágica son mucho más variadas que en el caso anterior, siendo las más frecuentes las siguientes:

  • Cuerpos extraños. En algunas ocasiones, alimentos u otros objetos pueden crear una obstrucción parcial en la garganta o el esófago. Esto es muy frecuente en las personas mayores que, al llevar dentadura postiza o tener dificultades para masticar adecuadamente los alimentos, tienen más riesgo de que al tragar, un trozo de alimento se les quede atascado en la garganta o en el esófago.
  • Anillo esofágico. Consiste en el estrechamiento de la parte inferior del esófago, lo que puede ocasionar dificultades durante la deglución de alimentos sólidos.
  • Hernia de hiato. Sucede cuando parte del estómago empuja hacia arriba al pecho.
  • Afecciones que afectan al buen estado del esófago, tales como la acalasia, los espasmos esofágicos, la estenosis o la enfermedad del reflujo gastroesofágico.
  • Cáncer y tumores en la zona del esófago y del estómago. Asimismo, como sucedía en la disfagia orofaríngea, las sesiones de radioterapia pueden perjudicar el buen estado del esófago.

La ansiedad también puede ser una causa de esta dolencia. Así, disfagia y ansiedad están muy relacionadas, pudiendo ser esta última tanto causa como consecuencia.

Síntomas de disfagia

Cuando la disfagia se presenta de forma muy leve, las personas que la padecen pueden no notar siquiera los síntomas. En los casos de menor levedad, los principales síntomas son los siguientes:

  • Dolor al tragar (odinofagia).
  • Náuseas al tragar o, incluso, vómito.
  • Sensación de que los alimentos se atascan en la garganta o en el pecho.
  • Imposibilidad de tragar.
  • Regurgitación (regreso de los alimentos a la boca).
  • Dificultad para respirar mientras se come.
  • Expulsión de alimentos al toser.
  • Voz ronca y ganas constantes de querer carraspear.
  • Mal aliento.
  • Acidez estomacal.
  • Disminución del apetito.

Complicaciones en disfagia

La disfagia puede conducir a complicaciones que son de mayor gravedad y riesgo en el caso de las personas mayores:

  • Desnutrición y deshidratación. Debido a la dificultad para la ingesta de los alimentos y líquidos necesarios para el día a día, la persona puede sufrir una desnutrición, pérdida de peso y deshidratación que ponga en riesgo su salud.
  • Neumonía. Si al intentar tragar, los alimentos o líquidos se van a las vías respiratorias, esto puede ocasionar una neumonía por aspiración, pues los alimentos pueden introducir a los pulmones ciertos microorganismos perjudiciales (como bacterias).
  • Atragantamiento. Si el alimento bloquea de forma total las vías respiratorias, la persona sufre un atragantamiento que puede provocarle la muerte si no hay nadie al lado que actúe para evitarlo.

El medio de referencia sanitario Mayo Clinic aboga por consultar con un profesional de la salud si regularmente una persona tiene dificultades para tragar, si baja de peso o si la disfagia viene acompañada de regurgitación o vómitos.

Si una obstrucción dificulta la respiración, llamar a emergencias inmediatamente. Si no se puede tragar porque la persona afectada siente que la comida se queda atascada en la garganta o el pecho, hay que acudir al departamento de emergencias más cercano.

Diagnóstico de disfagia

El diagnóstico no es sencillo, pues comparte síntomas con otros trastornos digestivos de diversa índole. Para determinar si la dolencia que nuestro mayor padece es disfagia, el especialista le realizará alguna de las siguientes pruebas:

  • Manometría: se miden las contracciones musculares del esófago a través de un tubo pequeño que se inserta por la nariz o la boca.
  • Endoscopia: se introduce por la boca un tubo largo que contiene una cámara diminuta en el extremo con la que se examina de manera visual el sistema digestivo.
  • Rayos X: el paciente ingiere un líquido (bario) que resalta el esófago, lo que permite verlo mejor en las radiografías.

Tratamiento de disfagia

Aunque existe la posibilidad de llevar a cabo un tratamiento invasivo (como es el caso de la cirugía), en las personas mayores, en la mayoría de ocasiones, lo más recomendable es realizar un tratamiento pasivo para reducir los síntomas y convivir con estos.

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Este tratamiento consiste en adquirir unos hábitos a la hora de ingerir los alimentos:

  • Comer con la espalda recta (90º) con la cabeza ligeramente inclinada hacia adelante.
  • Después de terminar de comer, no levantarse inmediatamente, sino mantenerse sentado durante unos minutos.
  • Desmenuzar o partir la comida en trozos pequeños.
  • Masticar los alimentos lentamente.
  • Hacer el acto de tragar en varias ocasiones, hasta que no se sienta ninguna molestia en la garganta o pecho.
  • En caso de, aun con estas medidas, no poder evitar la problemática al tragar, cambiar la dieta habitual por una dieta blanda.
  • Algunas personas tampoco consiguen tragar de forma adecuada los líquidos, existiendo el riesgo de que estos vayan hacia las vías respiratorias. Para evitar esto, se preparan los llamados líquidos para la disfagia. Estos se proporcionan en forma de gelatina o se preparan mezclando el líquido con polvo para hacerlo más sólido. Para ello, existen numerosos espesantes para disfagia.
  • Machacar las pastillas que nuestro mayor deba tomar. (Importante: no todas las pastillas pueden ser machacadas, por lo que antes de hacerlo, debemos consultar al médico sobre ello).
  • En los casos más graves en los que se produzca la imposibilidad total de tragar, la alimentación se deberá suministrar vía sonda.

La disfagia en las personas mayores puede alterar, notablemente, su rutina alimenticia. A su vez, esta dolencia conlleva grandes riesgos para las personas mayores que viven en soledad, pues pueden sufrir episodios de atragantamiento sin que nadie pueda ayudarles.

Por ello, es imprescindible que nuestros mayores estén acompañados, solo así se evitará que puedan producirse las complicaciones más graves, consiguiendo, al mismo tiempo, que durante todas las ingestas, se sientan seguros.

¿Qué hacer cuando tengo sensación de no poder tragar?

Si sientes que tienes la sensación de no poder tragar adecuadamente, lo más importante es acudir al médico y si éste lo cree necesario podrá dirigirte a un especialista, ya que, gracias a su profesionalidad va a aconsejar las pautas a seguir con un tratamiento adecuado y poder suavizar los síntomas. Además, es esencial que la alimentación contenga las vitaminas, calorías, minerales y proteínas idóneas.

Algunos consejos para calmar estos síntomas pueden ser:

  • Probar distintos alimentos y formas de comer: para saber qué es lo que me va mejor y si hay algo que me genera alguna dificultad.
  • Consumir alimentos suaves y tiernos: a algunas personas les ocasiona problemas los alimentos pegajosos.
  • Evitar la comida que sea difícil y costosa de masticar: como los alimentos secos o más duros.
  • Evitar el tabaco, alcohol y cafeína: ya que pueden empeorar la acidez estomacal
  • Masticar despacio y bien: si es posible cortar los alimentos en trocitos pequeños.
  • Ingerir alimentos con calorías: si sientes que bajas de peso consume alimentos que tengan más calorías como batidos, huevos, etc.
  • Modificar los hábitos de alimentación: comer más continuamente, pero en cantidades pequeñas. También, es importante no comer antes de acostarse.

Diferencia entre disfagia y afagia

Estos dos términos son utilizados para hacer referencia a cuadros médicos relacionados con la dificultad para tragar, y, por lo general, tienen los mismos síntomas básicos. Pero, sin embargo, existe una diferencia importante entre ellos.

Una persona mayor en el médico indiándole la garganta.

Por un lado, la disfagia se refiere a la dificultad para tragar de forma completa o parcial. Estas personas presentarán problemas para consumir alimentos líquidos, sólidos o ambos. La problemática puede estar presente desde la boca hasta el esófago, y puede tener su origen en enfermedades neuromusculares.

En cambio, la afagia es la incapacidad total para tragar.  Este trastorno impide por completo tragar tanto alimentos sólidos como líquidos e inevitablemente deben acudir a otras vías alternativas de nutrición, como la alimentación por sonda. Además, esta implica también la pérdida de habla y alteraciones graves de la capacidad de comunicación.

Comentarios para Qué es la disfagia en ancianos: causas y tratamiento

8 comentarios

  1. Hola estoy al cuidado de un adulto mayor de 85 años tiene Diagnosticado alzaimer, se ahoga cuando ingiere líquidos y a la hora de tomar las pastillas sufre porque se ahoga mucho más, se le pone la cara roja y expulsa el agua por la nariz en muchas ocasiones. ¿ Que recomendaciones me podrán dar?

    1. Hola, Luz. Este tipo de cuestiones solo puede revolverlas un médico que conozca el caso y el historial clínico del paciente. Te recomendamos que acudas cuanto antes a la consulta. ¡Un saludo!

  2. Mi papá le da mucha tos cuando esta comiendo no puede pasar la comida tanto siente que se le va la respiración cuando tiene la comida en la boca

  3. Mi marido le pasa hace tiempo que no le pasa la comida y no le pasa ni la saliva hoy 28 5 2022 ya lo vieron 2 médicos y no le hacen nada los inyección que le dan veremos en 3 horas eso digeron

  4. Muchas gracias por la información! Mi madre nonagenaria está sufriendo de Disfagia, ella come todo molido. Me agradaría saber si la disfagia se puede curar. Gracias!!

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