En la tercera edad es muy común tener problemas auditivos, entre otras dolencias de salud. Uno de ellos es la misofonía en personas mayores que, unido a otras dolencias, pueden llegar a condicionar mucho la vida de este colectivo.
En consecuencia, ciertos sonidos pueden llegar a percibirse de manera errónea, lo cual supone un impacto en la vida diaria de las personas afectadas.
¿Qué es la misofonía?
La misofonía es un trastorno perceptivo en el que ciertos sonidos que no se perciben demasiado fuertes, llegan a producir asociaciones negativas, así como, molestias y disgustos.
De esta forma, sonidos rutinarios como golpear la mesa con los dedos, sonido del roce del cuchillo con el plato o el masticar pueden resultar molestos e incluso irritantes para las personas mayores que padezcan de este problema auditivo.
Para entender qué es la misofonía se puede hacer una comparación con “odio al sonido” y también se conoce como Síndrome de Sensibilidad Selectiva al Sonido (SSS), cuando esta hipersensibilidad responde sólo a sonidos situados por debajo de una conversación de entre 40 y 50 decibelios, esto es, una conversación normal.
Oír mascar a otra persona, carraspear o incluso respirar, así como el sonido de la lluvia al caer, las voces de niños, el “click” de un bolígrafo o el golpeteo de dedos sobre una mesa son sonidos que las personas que padecen este problema no soportan bien
Por tanto, la misofonía se asocia a la fobia a masticar, pero abarca muchos otros sonidos rutinarios. Estas son algunas de las respuestas del organismo ante este problema:
- Ansiedad.
- Miedo.
- Disgusto.
- Pena.
- Ira.
- Ataques de pánico.
Niveles de misofonía
No obstante, la misofonía presenta niveles que, en muchos casos, pasan desapercibidos o apenas dan problemas en el día a día de muchas personas.
- Nivel 0: La persona afectada sufre un ruido molesto, pero no siente ninguna molestia.
- Nivel 1: Se es consciente de la presencia de la persona que origina el ruido pero no se siente o siente ansiedad mínima. Es la fase previa a la molestia.
- Nivel 2: El ruido provoca malestar psíquico, mínima irritación o molestia. No hay síntomas de pánico o respuesta de lucha o sensación de escapar de algún lugar.
- Nivel 3: Siente crecientes niveles de malestar psíquico, pero no se involucra en cualquier respuesta física.
- Nivel 4: Se involucra con una mínima respuesta física, pero entra en una situación violenta de pedir a la otra persona que deje de hacer lo que está haciendo.
- Nivel 5: La persona adopta mecanismos de supervivencia más polémicas, como cubrirse sus orejas. Suele mostrar irritación.
- Nivel 6: La persona experimenta malestar psíquico considerable. Los síntomas de pánico y una respuesta de lucha o huida comienzan a participar.
- Nivel 7. El malestar psíquico se vuelve considerable y el paciente puede imaginar el sonido durante varias semanas.
- Nivel 8. En este nivel, la persona mayor que sufre de misofonía puede tener algunas ideas violentas.
- Nivel 9. El pánico se apodera de la persona afectada y tiende a alejarse del ruido como mecanismo de defensa, como la violencia ante un objeto o persona.
- Nivel 10. Es el máximo nivel. La violencia física puede hacerse hacia una persona, animal o autoviolencia.
Intolerancia al ruido: ansiedad provocado por una serie de causas
De está forma, todavía no se conoce a ciencia cierta cuál es la causa de la misofonía, sin embargo, se cree que es causada porque se crea una hipersensibilidad entre la parte del cerebro que procesa los sonidos y la parte que determina cuáles son los sonidos a los que se les presta atención, esto produce una respuesta intensa.
Además de esto, también se cree que el tamaño de la amígdala puede influir, pues ésta ayuda a procesar y controlar emociones como el miedo, la depresión y la ansiedad, pudiendo explicar una conexión con el sistema auditivo en personas con fonofobia.
¿Existe solución para la misofonía?
Aunque muchas de las personas afectadas tienen un cuadro médico similar al de personas con Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), todavía no hay cura ni existe un tratamiento definido.
Aunque sí que es cierto que ciertas organizaciones sugieren la aplicación de terapias cognitivas o cognitivo-conductuales, con el propósito de intentar comprender cómo se siente el individuo y cómo le afecta esta enfermedad.
Algunos de los sonidos que provocan la misofonía se pueden encontrar:
- En la boca, como el cepillarse los dientes o masticar.
- Sonidos de respiración, tales como ronquidos o estornudos.
- Sonidos en la voz, como pueda ser una voz áspera.
- Sonidos del ambiente, como el de las agujas de un reloj tradicional de pared en casa.
- Sonido de animales, como el del ladrido de un perro.
Consejos para combatir la misofonía en la vejez
A pesar de saber que no existe un tratamiento o cura específica para hacer frente a la misofonía en la tercera edad, sí que es cierto que existen algunos trucos o terapias que ayudan a sobrellevar mejor esta difícil situación. A continuación se enumeran algunos de los consejos a tener en cuenta, sobre todo dirigidos a cuidadores:
- Evitar siempre que se pueda, los ruidos que se sepan que molestan a la persona cuidada.
- Se puede hacer frente a ese tipo de ruidos con música relajante o incluso tapones. La musicoterapia para personas mayores es remedio muy eficaz para relajarse.
- Siguiendo el hilo anterior, existen técnicas de relajación como la meditación o el yoga en personas mayores para ayudar a hacer frente a la misofonía.
- Otra de las opciones a implementar es acudir a terapia cognitivo-conductual, que incluyan indicaciones psicológicas para aprender a controlar las reacciones emocionales de este estilo.
Diferencia entre misofonía e hiperacusia
Aunque pueden resultar términos similares, conviene dejar claras las diferencias entre misofonía e hiperacusia que, aunque ambos términos hablen de sensibilidad a ciertos sonidos, no son lo mismo.
La hiperacusia es al ruido lo que la misofonía a sonidos rutinarios
Sin embargo, en el caso de la hiperacusia no se trata de una excesiva sensibilidad a determinados ruidos, sino del nivel de ruido. Las personas con hiperacusia reaccionan con gran sensibilidad al ruido a niveles de volumen que otras personas encuentran completamente normales.
¿Cuál es la relación entre la misofonía y la inteligencia?
Según un estudio de la Universidad de Newcastle, el cerebro de las personas que sufren misofonía va más rápido de lo normal, lo que ocasiona las sensaciones desagradables.
Esta investigación ha sido publicada en la revista ‘Current Biology‘, tras analizar, mediante escáneres cerebrales realizados con resonancias magnética, cómo respondían personas con o sin misofonía a sonidos como la lluvia, el llanto de un bebé, una persona gritando, la respiración o el sonido que produce una persona al masticar.
De esta forma, los científicos llegaron a la conclusión de que existía una diferencia física en el lóbulo frontal de los hemisferios cerebrales de las personas con y sin este trastorno.
Además, observaron que en estos pacientes existía una conexión anormal entre esta zona del lóbulo frontal y la corteza insular anterior, la cual juega un papel esencial en el procesamiento de las emociones.
Esto se traduce en que gracias a este tipo de investigaciones se abre una puerta a futuros tratamientos y nuevas opciones terapéuticas para estos pacientes, así como para otros trastornos asociados a reacciones emocionales anormales.