Los ancianos en la historia: ¿Cómo ha sido su concepción?

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Lorenzo Gomez

Por: Lorenzo Gomez

Periodista, redactor experto en gerontología

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La longevidad ha sido contemplada de manera diversa a lo largo de las diferentes épocas de la historia.
A continuación hacemos un breve repaso de cada uno de estos períodos y de la concepción de la vejez en ellos: un resumen de los ancianos en la historia.

Cultura primitiva

Las personas ancianas eran consideradas casi seres sobrenaturales. La esperanza de vida era muy reducida y eran pocos los que llegaban a una edad avanzada. Los que lo conseguían eran tratados como semidioses. Vejez era sinónimo de recompensa divina a los que durante su vida habían obrado con rectitud y justicia. 

Los mundos griego y romano

En la Grecia clásica, la longevidad era vista desde una perspectiva muy diferente a la época anterior. Cuna del hedonismo y de la búsqueda de la perfección, la vejez tenía una connotación negativa. Esta era, incluso, rechazada. Muchos estaban dispuestos a repudiar la inmortalidad si para conseguirla tenían que pasar por la ancianidad.

Por su parte, en los inicios del mundo romano, los ancianos concentraron todo el poder y riqueza. Con el paso de los años, este dominio desmedido se volvió en su contra. Las nuevas generaciones comenzarán a detestar a los ancianos y a todo lo que ellos representaban. Así, el papel de los ancianos paso de ser pater familias al de marginados.

Edad Media

En el Medievo, solo los más fuertes tenían el respeto de los demás y la validez como persona. Los ancianos eran ignorados al ser considerados débiles y desprovistos de la fuerza física necesaria para la guerra. Aquí, será la familia la que decidirá la suerte del anciano, siendo muchos de ellos abandonados. Para socorrerles, religiosos crearán enfermerías y hospitales de la caridad dedicados a su cuidado. El papel de los ancianos en esta época fue  muy escaso.

Renacimiento

Este fue uno de los peores tiempos de la historia para los mayores y, especialmente, para las mujeres ancianas. En el Renacimiento se vuelve a la idea de perfección y de la exaltación de la juventud surgida en la Grecia Antigua. Como consecuencia, la ancianidad fue atacada de manera feroz. Los ancianos eran el símbolo de la decadencia. Las mujeres, representantes de la belleza, se convertían al envejecer en el reflejo de la fealdad, siendo frecuentemente consideradas brujas. Así se reflejará en la pintura y las obras literarias de representativos pintores y autores de la época.

Papel de los ancianos en el mundo moderno

En este período se crea un concepto parecido a lo que hoy entendemos por jubilación. Las personas de edad avanzada son recompensadas con una remuneración económica por los servicios prestados a la sociedad. Por tanto, los ancianos dejan de depender de sus familias y de la caridad para ser atendidos por el Estado.

La Edad Contemporánea: ancianos en la historia

Los avances en medicina y la mejora de las condiciones de vida harán que el número de ancianos aumente enormemente. La esperanza de vida no dejará de incrementarse y los poderes públicos centran su atención en los ancianos. Junto con ello, el deseo vital de la población es conseguir vivir el mayor tiempo posible. Los ancianos, concebidos como representantes de la sabiduría y la experiencia, son observados desde la admiración y la estima.

Así pues, la ancianidad ha sido motivo de estigma a lo largo de toda la historia. En la actualidad, las familias hemos comenzado a valorar las ilimitadas virtudes de nuestros mayores. Ellos han sido nuestros mayores cuidadores y en la vejez son los mejores transmisores de costumbres y vivencias del pasado.

Hagamos que esta época sea contada en los libros de historia como el período en el que los mayores se sientan valorados. La era en la que la longevidad se aprecie como debería. La edad en la que los ancianos gocen de unos cuidados sin precedentes. Esto, justo, es lo que originamos en Aiudo.

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