La epilepsia es una trastorno del sistema nervioso central que afecta, cada vez más, a las personas mayores. Tanto es así que, en los últimos años, el 25% de los casos detectados afectan a este colectivo.
Para conocer más sobre ella, vamos a abordarla a fondo en este artículo para que la conozcas y puedas entender de qué se trata la epilepsia en profundidad.
Qué es epilepsia
Si te preguntas qué es epilepsia, tienes que saber que es un conjunto de trastornos del sistema nervioso central cuya manifestación principal son las crisis epilépticas.
Se trata pues, no de una enfermedad mental, sino de un problema físico provocado por un funcionamiento anormal esporádico de un conjunto de neuronas.
Durante las crisis epilépticas se produce una alteración de la señal eléctrica mediante la que las neuronas se comunican entre sí.
De este modo, la señal eléctrica se extiende a otras partes o a todo el cerebro, afectando a otras neuronas, las cuales pierden temporalmente su función debido a la excitación eléctrica a la que son sometidas.
Epilepsia causas
Las causas de la epilepsia son diversas. Y es por ello, por lo que más del 70% de las personas que padecen epilepsia no pueden identificar la causa exacta de por qué la padecen.
De hecho, los especialistas coinciden en enumerar una serie de principales causas asociadas a la epilepsia en ancianos, que son las siguientes:
- Accidente cerebrovascular.
- Enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer.
- Enfermedades de otros órganos del cuerpo, como afecciones del hígado y de los riñones (insuficiencia renal crónica), así como hipertensión arterial y diabetes.
- Problemas cardíacos.
- Tumores cerebrales.
- Lesión cerebral traumática (por ejemplo, un accidente de coche).
- Cirugía del cerebro, especialmente cuando queda una cicatriz cerebral residual.
- Infecciones diversas, como la meningitis o la encefalitis.
- Trastornos epilépticos congénitos (epilepsia hereditaria).
Asimismo, un importante factor de riesgo es la edad, puesto que las personas mayores de 60 años poseen mayor probabilidad de sufrir ataques epilépticos. Una de las causas de la epilepsia más reconocidas.
Tipos de epilepsia: las diferentes crisis
Existen dos tipos de crisis epilépticas:
- Crisis generalizadas: constituyen aquel tipo de ataques epilépticos en los que la descarga epiléptica afecta a la vez a toda la superficie del cerebro.
- Crisis epilépticas focales: la descarga epiléptica se produce en una zona reducida de la superficie del cerebro.
Dentro de cada uno de estos dos tipos, se clasifican otros subtipos determinados en los que se desencadenan unos síntomas específicos.
Otro tipo de crisis son aquellas a las que la doctrina médica les ha incluido un apellido, como, entre muchas otras, la epilepsia gelástica (las convulsiones se manifiestan en forma de incontrolables ataques de risa) o la epilepsia refractaria (aquella en la que las crisis epilépticas son tan continuadas que limitan, enormemente, la vida del paciente).
Epilepsia vascular en ancianos
La epilepsia vascular en ancianos, ocurre por los problemas vasculares cerebrales que sufren las personas de la tercera edad. De hecho, las afecciones de este tipo son la causa de, aproximadamente, la tercera parte de las epilepsias de nuestros mayores.
Conocer los distintos tipos en muy importante para entender qué es la epilepsia y cómo se desarrolla.
Epilepsia síntomas
Los síntomas de la epilepsia dependen de la parte de la corteza cerebral que sufre la alteración de la transmisión neuronal.
De hecho, dentro de la particularidad de los que se producen en cada paciente, los síntomas más habituales de la epilepsia son los siguientes:
- Convulsiones parciales (afectan a una parte del cuerpo) o generalizadas (afectan a la totalidad del cuerpo).
- Justo antes de perder el conocimiento durante una crisis epiléptica, las personas notan una sensación que se denomina aura. Esta se caracteriza por señales como náuseas y mareo.
- Hormigueos en partes concretas del cuerpo.
- Rigidez y, en otras ocasiones, sacudidas musculares.
- Dificultad para comunicarse: en algunas crisis, los pacientes no encuentran las palabras para poder expresarse con normalidad.
- Confusión espacio-temporal: sucede después de la crisis, momento en el que la persona se siente aturdida y confundida.
- En los casos de mayor intensidad, pérdida de conciencia y del control de los esfínteres.
Como puedes observar, son diversos los síntomas de la epilepsia.
Ataque de epilepsia
¿Cómo debemos actuar si nuestro mayor sufre un ataque de epilepsia?
Ante un ataque epiléptico, estos son los pasos a seguir:
- No sujetar al paciente. Solo retirar los objetos con los que se pueda golpear.
- Colocarle de lado.
- No introducirle nunca nada en la boca ni, mucho menos, intentar darle un medicamento.
- No dejarle solo hasta que no recobre el conocimiento y se recupere.
- Controlar el tiempo que dura la crisis. Si es más de 5 minutos, llamar al teléfono de emergencias (112).
Esperamos que estas pautas te sirvan de ayuda a la hora de asistir a la persona que sufre el ataque de epilepsia.
Epilepsia tratamiento
El tratamiento de la epilepsia en ancianos contiene unas particularidades dada su propia realidad médica.
Para diagnosticar la enfermedad, el médico revisará los síntomas y el historial clínico de nuestro mayor. Tras ello, podrá decidir realizar una evaluación que consistirá, generalmente, en las dos pruebas siguientes:
- Examen neurológico: el facultativo examinará sus funciones motoras y cognitivas, su comportamiento y otras áreas mentales para determinar el tipo de epilepsia que puede sufrir.
- Análisis de sangre: mediante una muestra de sangre, el médico puede observar la presencia de signos de infecciones, enfermedades genéticas u otro tipo de trastornos relacionados con las convulsiones.
Medicamentos para la epilepsia
El principal tratamiento de la epilepsia es la utilización de fármacos antiepilépticos. Actualmente, existen 20 fármacos para tratar esta enfermedad y, tal y como señalan los expertos, ninguno es mejor que otro.
Gracias a los efectos de los fármacos antiepilépticos, se puede conseguir la remisión de la patología a largo plazo en un 60/70% de los casos.
Hay que destacar que el manejo de estos medicamentos es complicado. De manera que el tipo de fármaco que se recete dependerá de factores muy diferentes como: la edad, el tipo de epilepsia o la presencia de otras enfermedades, entre muchos otros.
Así, el especialista recetará primero la toma de una dosis muy baja de la medicación y la irá aumentando progresivamente el tratamiento, conforme vaya consiguiendo controlar las crisis.
Los fármacos antiepilépticos pueden desencadenar efectos secundarios relacionados con el estado de ánimo, como la irritabilidad, el decaimiento o la dificultad para gestionar las emociones.
Por ello, muchas veces se combinan varios medicamentos que se contrarrestan entre sí para lograr combatir este trastorno del sistema nervioso central manteniendo un buen estado emocional.
El tratamiento farmacológico contra la epilepsia que el paciente toma es, en la mayoría de ocasiones, un tratamiento a largo plazo o para toda la vida.
Debido a ello, es vital que se mantenga un adecuado seguimiento del mismo, pues una de las principales causas de que un fármaco antiepiléptico no sea eficaz es que no se esté tomando de manera continua y adecuada.
Es importante por ello, llevar el tratamiento para la epilepsia adecuado dependiendo de la situación de cada paciente.
Cirugía y neuroestimulación
Si la medicación combinada no consigue el control de las crisis, la epilepsia puede pasar a ser considerada como farmacorresistente y el facultativo puede considerar otro tipo de tratamientos para nuestro familiar: cirugía y neuroestimulación.
En caso de que la parte afectada por la epilepsia, y desencadenante de las crisis, sea solo una pequeña área de células cerebrales que puede acotarse con precisión, se puede valorar una intervención quirúrgica.
No obstante, la cirugía es una alternativa excepcional en el caso de los ancianos, debido a su morbimortalidad elevada y a los resultados insatisfactorios que presenta.
En contraposición al tratamiento activo que supone la cirugía, se encuentra, como tratamiento paliativo, la neuroestimulación.
Esta es conocida como estimulación vagal, y consiste en la implantación de un generador programable (de unas dimensiones parecidas a un marcapasos cardíaco) que se coloca en la pared torácica.
El paciente dispondrá de un imán que puede ser utilizado cuando note que está sufriendo una crisis. Mediante dicho generador, el propio paciente, así como sus familiares o su cuidador, podrán frenar o detener una crisis que creen inminente.
Gracias a ello, nuestro mayor podrá minimizar la intensidad de las crisis y, por ende, sus consecuencias (aunque, no las eliminará del todo).
Estos tipos de tratamientos para la epilepsia ya ha ayudado a muchos pacientes que no responden de forma efectiva a la medicación.
Estilo de vida saludable
Junto con los tratamientos propiamente médicos, nuestro mayor debe seguir un tratamiento para la epilepsia basado en el mantenimiento de unos buenos hábitos de vida.
Algunas de las pautas más recomendadas son:
- Tomar la medicación de forma rigurosa: volvemos a incidir en ello, es fundamental que nuestro mayor se tome la medicación recetada por el neurólogo, así como cumpla con todas las indicaciones diarias que le ordena.
- Mantener un horario regular de sueño.
- Evitar el consumo de drogas y alcohol.
- Reducir, lo máximo posible, el nivel de estrés.
- Mantener una dieta equilibrada que contenga todos los nutrientes necesarios.
- Realizar ejercicio físico moderado pero periódico.
- Ser especialmente cuidadosos con aquellas actividades que por la enfermedad puedan suponer algún tipo de riesgo (como conducir).
- Siempre que se vaya a tomar una medicación relacionada con algún otro tipo de afección, debe comprobar que no produce efectos secundarios en personas que sufren epilepsia.
- Es importante el conocimiento de uno mismo: el paciente debe aprender a reconocer cuándo comienza a sentir las auras anteriormente citadas y tomar precauciones inmediatamente para evitar graves caídas.
Consecuencias de este trastorno
Además de los propios efectos de las crisis epilépticas, provocadas por estos, los afectados llegan a sufrir consecuencias físicas directas como fracturas, hematomas, quemaduras o ahogamientos.
Al mismo tiempo, derivado de ello, los pacientes son más propensos a sufrir trastornos que afectan también al estado de ánimo como depresión o ansiedad. Por lo que la atención psicológica es necesaria.
¿La epilepsia tiene cura?
Pese a que la mayor parte de la población crea lo contrario, los especialistas tienen una respuesta muy clara a esta pregunta: la epilepsia sí tiene cura. De hecho, en una gran parte de los casos, son superados mediante la utilización de fármacos.
Y hasta aquí, todo en este artículo sobre la epilepsia. Esperamos que esta guía sobre las causas, tipos y síntomas te ayude a ti y a tus familiares a llevar de una mejor forma este trastorno, en caso de que alguno lo esté sufriendo. Así como a tener una visión más amplia sobre qué es la epilepsia en sí misma.
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