Es bastante común cuestionar lacras de la sociedad como el racismo, el sexismo, clasismo o el edadismo. Pero existen otras formas de discriminación que pueden causar mucho daño emocional en las sociedades actuales, como es el caso del capacitismo.
Para entender qué es el capacitismo, lo más importante es conocer las bases de esta tendencia social: el núcleo de esta ideología es la confusión o el hecho de que se homologa el concepto de capacidad con el concepto de funcionalidad. Así, las diferentes maneras de realizar una actividad van a ser descalificadas.
Definición de capacitismo
El capacitismo es la discriminación y el prejuicio social contra las personas con discapacidad. Incluye estereotipos dañinos, conceptos erróneos, barreras físicas y opresión en mayor escala.
Dentro de esta forma de exclusión, la disminución de la capacidad para realizar ciertas actividades es considerada como un “error” y no como parte de la diversidad humana, por lo que se incluye una connotación negativa.
Del mismo modo que ocurre con el racismo y el sexismo, el capacitismo no siempre es fácil de detectar, ya que éste forma parte de la vida cotidiana.
Un ejemplo de una acción capacitista evidente es negarle el acceso a una persona a un puesto de trabajo por motivo de su discapacidad. Una acción menos evidente, pero igual de capacitista, es hablar con un adulto con estas condiciones como si fuera un/a niño/a.
Consecuencias del capacitismo
El capacitismo tiene graves consecuencias para las personas con una diversidad funcional, así como para su entorno social y familiar más directo, ya que limita su participación activa en la sociedad y su capacidad de desarrollo personal y profesional. Algunas de las consecuencias más comunes son:
- Exclusión social: este tipo de discriminación puede llevarlas a la exclusión social, porque se ven privadas de la participación plena y efectiva en la sociedad.
- Barreras de acceso: las personas con discapacidad pueden encontrarse con barreras de acceso a la educación, el empleo, el transporte y otros servicios básicos.
- Estereotipos y prejuicios: el capacitismo puede llevar a la propagación de estereotipos y prejuicios negativos sobre ellas, que son percibidas como inferiores o dependientes.
- Baja autoestima: el daño emocional que sufren se ve reflejado en una baja autoestima y sentimientos de inferioridad como resultado de este prejuicio social.
- Dificultades emocionales: es muy común que estas personas experimenten ansiedad, depresión y otros problemas emocionales, como resultado del aislamiento y la discriminación.
¿Cómo combatir el capacitismo?
Como ocurre con cualquier otra forma de discriminación, para combatir el capacitismo, es necesario adoptar una serie de medidas y actitudes que promuevan la inclusión y la accesibilidad de las personas con discapacidad. A continuación, se detallan algunas acciones que pueden contribuir a la lucha contra el capacitismo:
- Sensibilización: es importante concienciar a la sociedad sobre los problemas que enfrentan estas personas y promover una cultura de inclusión y accesibilidad.
- Accesibilidad: resulta necesario garantizar y adaptar la accesibilidad de los espacios públicos, el transporte y otros servicios básicos.
- Educación: apoyada en valores de respeto y tolerancia, puede ayudar a prevenir actitudes capacitistas y promover la inclusión.
- Igualdad de oportunidades: es de vital importancia promover la igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad en el ámbito educativo, laboral y social.
- Participación activa: es importante fomentar la participación activa de ellas en la sociedad, promoviendo su voz y su presencia en los medios de comunicación y otros espacios públicos.
Para combatir el capacitismo, es necesario promover la accesibilidad, la educación en valores, la igualdad de oportunidades y la participación activa de las personas con discapacidad en la sociedad. Solo así podremos construir una sociedad verdaderamente inclusiva y respetuosa con la diversidad.
Es crucial reconocer las situaciones en las que se encuentre presente el capacitismo, y trabajar para lograr erradicarlas. De este modo, la sociedad se dirigirá hacia una más inclusiva y sin prácticas y políticas que excluyen, marginan y discriminan a las personas con discapacidad.