En medicina, y especialmente en los campos de la cirugía y la enfermería, se manejan una serie de posiciones corporales utilizadas para el tratamiento y el manejo de los pacientes. Una de estas posiciones esenciales es la llamada posición de Trendelenburg, que se usa en una variedad de contextos y situaciones clínicas. Este tipo de posturas rinden homenaje, en la mayoría de los casos, a sus mentores, como es también el caso de la posición Fowler, usada habitualmente para dormir.
Nombrada en honor al cirujano alemán Friedrich Trendelenburg, la posición de Trendelenburg implica que el paciente esté acostado sobre su espalda en una cama o camilla que se inclina con los pies más altos que la cabeza, generalmente en un ángulo de alrededor de 15 a 30 grados. Esta posición particular tiene varios usos médicos, especialmente en situaciones en las que se necesita mejorar la circulación del paciente.
Originalmente, Trendelenburg utilizaba esta postura para practicar operaciones en la vejiga o en órganos genitales, pero entrado el siglo XX, comenzó a practicar otros usos, aunque siguió recibiendo el mismo nombre.
Se trata de una posición supina sobre una superficie, una mesa o camilla, inclinada a 45 grados, con la cabeza debajo y las piernas colgando por el extremo superior de la camilla. En el ámbito médico es común definir esta postura como “el paciente debe estar en Trend”.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el uso de la posición de Trendelenburg debe ser cuidadosamente considerado por los profesionales de la salud y cuidadoras con formación, ya que puede tener efectos secundarios, como el aumento de la presión en el cerebro, problemas respiratorios y el riesgo de aspiración.
Beneficios de la posición Trendelenburg
La posición Trendelenburg favorece el retorno de la sangre procedente de la vena cava inferior hacia el corazón gracias al efecto de la gravedad. En la actualidad, algunas camas articuladas tienen la capacidad de adaptarse a esta posición de forma automatizada, facilitando considerablemente las maniobras del personal sanitario.
El efecto sobre el cuerpo de esta postura es aliviar la presión arterial en las extremidades inferiores en pacientes con daños por accidentes isquémicos, o personas de la tercera edad que no poseen la misma capacidad de acción de los barorreceptores.
La posición Trendelenburg también puede ser beneficiosa para pacientes con afecciones cardíacas, puesto que es capaz de oxigenar de mejor manera al corazón.
Gracias a sus efectos sobre el retorno venoso, ha sido también usada en el tratamiento y recuperación de pacientes con shock hemorrágico.
Entre los beneficios más comunes para la posición Trendelenburg se encuentran:
- Mejorar la circulación sanguínea en el cerebro.
- Tratamiento de síncopes.
- Drenaje de secreciones bronquiales.
- Tratamiento de shock hemorrágico.
- Mejora de hemorragias.
- Operación de órganos pélvicos.
- Evitar dolores de cabeza tras una punción lumbar.
- Difícil acceso a las vías aéreas para intubación orotraqueal.
¿Qué riesgos tiene la posición Trendelenburg?
Aunque la posición Trendelenburg ofrece ventajas en términos de visualización y acceso, también conlleva riesgos potenciales, como complicaciones respiratorias y cambios hemodinámicos. La evaluación de riesgos y beneficios es esencial antes de decidir su uso. Por ejemplo, en personas con hipertensión no será eficaz su mejora de la circulación.
En algunos casos, la posición de Trendelenburg puede aumentar la presión en el pecho, lo que dificulta la respiración, especialmente en pacientes con enfermedades pulmonares preexistentes. También puede aumentar la presión en el cerebro, lo que puede ser peligroso para las personas con ciertas condiciones, como la hipertensión intracraneal.
¿Qué es la posición Anti-Trendelenburg o Maniobra invertida?
Así como la posición Trendelenburg consiste en la elevación de los pies sobre la cabeza, la posición Anti-Trendelenburg es exactamente lo contrario. Es decir, los pacientes en esta postura se encuentran boca arriba también, pero en esta ocasión la cabeza queda en un ángulo más elevado que las extremidades.
El uso de la posición Anti-Trendelenburg no fue desarrollado por Trendelenburg, sino Hippolyte Morestin, un cirujano francés que desarrolló su carrera también durante el siglo XIX.
En esta postura, al contrario de la posición Trendelenburg, queda con mayor accesibilidad la zona de la cabeza y alrededores, por lo que es utilizada para las cirugías de cabeza y cuello, como sería el caso de tiroides, vías respiratorias, así como para la operación de vesícula y vías biliares. También la posición anti-trendelenburg se aplica en caso de daño craneoencefálico.
Además de ser utilizada para el tratamiento e intervención en estos casos clínicos, es una postura que permite al paciente permanecer semi-sentado, por lo que también es utilizada cotidianamente para que este realice actividades como ver la televisión, leer o comer.
Si eres cuidador de una persona que debe permanecer en cama, seguramente podrás aplicar estas posturas en caso de que creas que pueden mejorar la experiencia del paciente. Ninguna de estas dos se utiliza para descansar, sino que, como hemos explicado, se usan para la intervención, tratamiento y reposo de los pacientes en casos específicos de afecciones.
Consejos para llevar a cabo la posición Trendelenburg en el hogar
La posición Trendelenburg, a pesar de ser comúnmente asociada con entornos médicos, puede tener aplicaciones limitadas en el hogar. Sin embargo, en ciertos escenarios y bajo la supervisión adecuada, algunos individuos pueden considerar implementarla por razones de salud específicas. Estos son algunos consejos para llevar a cabo la posición Trendelenburg en el hogar de manera segura y efectiva.
- Contar con el equipamiento adecuado. Es decir, como almohadas o cojines para elevar los pies de la persona de manera segura. Es posible que también sea necesario contar con una cama ajustable para elevar la parte superior del cuerpo.
- Aprobación médica previa. Antes de intentar la posición Trendelenburg en casa, es fundamental obtener la aprobación y orientación de un profesional de la salud. Esta posición puede no ser segura o adecuada para todas las personas, especialmente para aquellos con problemas cardíacos, respiratorios u otros problemas de salud.
- Colocar a la persona mayor o con dependencia en una posición correcta. Como cuidadores, hay que asegurarse de que la cabeza de la persona esté bien apoyada y que no haya presión excesiva en el cuello. Es conveniente utilizar almohadas adicionales si es necesario para proporcionar soporte adicional.
Los efectos fisiológicos de la postura Trendelenburg son un descenso de la presión arterial en las extremidades inferiores y un aumento de la misma en la zona craneal. Debido a ello, esta postura es conveniente para enfermos que han sufrido una lipotimia, desmayo, conmociones, evitar cefaleas después de una punción lumbar o que padecen falta de riego sanguíneo cerebral. En casa se puede conseguir esa posición utilizando un somier articulado.