Ingresar en una residencia o contratar un cuidador

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Ingresar en una residencia o contratar un cuidador. Estas son las dos opciones y soluciones que debemos decidir cuando contamos a una persona que necesita atención. Según la fuente IMSERSO en su publicación de 2014. Decía que el 87% de las personas mayores quiere envejecer en su domicilio.

No obstante, lamentablemente para nuestros mayores, sigue estando por encima la opción de ingresar en una residencia a contratar un cuidador. Pero, si que es cierto, que año tras año la contratación de cuidadores va aumentando. Siendo esta una buena noticia para las personas mayores que pueden envejecer en su domicilio y hacerlo de una forma autónoma y digna.

El 87% de las personas mayores quiere envejecer en su domicilio

Los factores que influyen para que los ancianos se decanten por esta opción es porque de esta forma cuentan con una mayor autonomía. También, seguir viviendo en su hogar les genera una sensación de tranquilidad y de paz, además de satisfacción por saber que están en su casa.
También es cierto que muchas personas mayores no quieren que un cuidador acuda a su domicilio. Es decir, hay muchos tipos de resistencias al cuidado, pero lo que parece que es cierto, es que la mayoría quiere permanecer en su hogar contando con un cuidador de confianza.

Hay una compatibilidad entre el servicio de cuidadores a domicilio y la residencia

Muchas personas piensan que en todos los casos hay que elegir ingresar en una residencia o contratar un cuidador. Pero no siempre es así. Bien es cierto, que contratando a un cuidador el servicio será más personal e individualizado. Sobre todo en el caso de AIUDO que seleccionará cuidadores de forma específica. No obstante, los cuidadores realizan tareas de asistencia y de hogar. Esto significa que hay casos, como por ejemplo, cuidados paliativos de larga duración o que precise una atención sanitaria recurrente, que en estos casos la familia optará por una residencia.

También nos encontramos con servicios en domicilios durante años que llegan a un punto de intensidad en el que, muy a pesar de la familia, han de ingresar a su familiar en la residencia. Estos casos son relatados como “un momento muy duro” o “una decisión muy difícil”
Por esta razón, se podría decir que contratar un cuidador puede ser la solución perfecta para la última década de cada persona mayor que entra en fase de dificultad. Mientras que el ingreso en una residencia puede reservarse para aquellos usuarios que necesitan intervenciones sanitarias recurrentes y cuando la persona posee una gran dependencia.

La evolución de la contratación de cuidadores

La asistencia a domicilio ha sido una opción demandada en España desde los años 70. No obstante, hasta finales de los años 90 no se encontró como una de las soluciones más solicitadas. A partir del año 2000 y tras el estallido de la crisis en 2008 sufrió un aumento. Y es que la demanda del servicio de ayuda a domicilio ha alcanzado a la demanda de las residencias.
Esto ha sido en parte por la situación económica de las familias, las peticiones de las personas mayores y la apuesta por la profesionalización de los cuidadores.

Ingresar en una residencia o contratar un cuidador

Por lo que, hoy en día, sigue siendo más habitual ingresar en una residencia a contratar un cuidador, pero con una diferencia mínima. Y es posible que en los próximos años la estadística se reinvierta. De hecho, la contratación de cuidadores fomentada por el gobierno en el año 2011 ha permitido que paliar la economía sumergida del sector y aumentar la protección de este colectivo.

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