El síndrome del colon irritable (SII) es padecido por, al menos, el 10% de la población adulta. Este es, además, dos veces más común en las mujeres que en los hombres.
El SII puede tener efectos sustanciales en la vida de las personas que lo sufren, sobre todo en lo que respecta al campo de la socialización. Pues, debido a las consecuencias que este síndrome puede provocar en los pacientes, en la mayoría de ocasiones ven limitada su libertad para realizar actividades sociales.
Con el propósito de conocer esta dolencia más en profundidad, en estas líneas hablamos de los aspectos principales de ella:
¿Qué es el colon irritable?
El síndrome del intestino irritable es un trastorno funcional crónico del tubo digestivo que provoca dolor abdominal y cambios en el tránsito intestinal (estreñimiento y/o diarrea).
Como sabes, el colon es la última porción del aparato digestivo y el órgano más importante de este, puesto que se encarga de absorber ciertos nutrientes beneficiosos y de eliminar las sustancias inservibles.
Dado que afecta al colon y, por tanto, al aparato digestivo, el síndrome del colon irritable se engloba dentro del grupo de patologías de los trastornos funcionales digestivos. De esta forma, ha sido clasificado como afección funcional porque supone la alteración de las actividades ordinarias del organismo, como la motilidad intestinal (el movimiento del tubo digestivo para conducir el bolo alimenticio de la boca hasta el ano), la sensibilidad de los nervios intestinales o la forma en la que el cerebro dirige alguna de estas funciones.
Hay que tener claro que aunque sí reduce, y no en pequeña medida, la calidad de vida de las personas que lo padecen, el síndrome del colon irritable no conlleva una mayor probabilidad de padecer cáncer ni acorta la esperanza de vida.
Colon irritable: síntomas
Los síntomas más frecuentes del síndrome del intestino irritable son los siguientes:
- Dolor abdominal o cólicos, molestias que suelen atenuarse de manera total o parcial al evacuar los intestinos. El tipo de dolor que el paciente siente es un dolor punzante y opresivo que se presenta en la parte más baja del abdomen. En la mayoría de veces, el paciente relaciona el comienzo de este síntoma con la ingesta de algún alimento.
- Diarrea o estreñimiento irregular. En ocasiones, el paciente padece de manera predominada uno de los dos y, en otras, de forma alterna.
- Hinchazón abdominal, así como náuseas o ardor.
- Saciedad precoz al comer.
- Pérdida de apetito.
- Sensación de que no se ha terminado de defecar, así como evacuación incompleta.
- Mucosidad en las heces, visualizándose estas con un un color blanquecino.
- Exceso de gases.
- Dolor rectal.
- Como consecuencia de los síntomas anteriores, pueden desencadenarse otros no relacionados directamente con el aparato digestivo, pero provocados debido al mal funcionamiento de este: fatiga, ansiedad, dolor de espalda, dolor de cabeza y dificultad para concentrarse.
Es importante señalar que estos síntomas no se mantienen permanentemente presentes, sino que suelen presentarse de manera intermitente. Igualmente, su intensidad y gravedad varía de forma irregular.
Colon irritable: causas
Si bien se tiene la constancia de que el síndrome del intestino irritable suele atender a causas hereditarias, el resto de sus causas específicas se desconocen todavía. Esto es, no se conoce ningún motivo único que esclarezca por qué los pacientes con colon irritable padecen de forma crónica los síntomas anteriormente expuestos.
Hasta el momento, las afirmaciones más aceptadas y demostradas es que existen alteraciones de la motilidad y/o de la sensibilidad digestiva, influenciadas por factores psicológicos. Así, los expertos consideran que ciertos problemas pueden conformar factores determinantes para la aparición del síndrome del intestino irritable, como la proliferación de bacterias o infecciones bacterianas en el tracto digestivo, la intolerancia a determinados alimentos y las situaciones estresantes del pasado o ciertos problemas emocionales como ansiedad y depresión.
Una vez más, observamos cómo existe una estrecha relación entre el estado emocional y la salud del organismo, tal y como ocurre en la mayor parte de las enfermedades que nuestros mayores padecen.
Concretamente en esta dolencia específica, debemos saber que el cerebro y el intestino están muy relacionados, por lo que el estado de ánimo de nuestros mayores influye de forma directa en su buen funcionamiento intestinal. Cuando sufrimos enfados, disgustos o cualquier evento traumático, segregamos bilis. ¿Y cuál es la función de esta? Llevar a cabo la digestión de las grasas en el intestino, siendo, a su vez, muy laxante. Por ello, cuando una situación provoca que se libere bilis en el intestino, es muy probable que se produzca una diarrea.
¿Cómo saber si tienes colon irritable?
El diagnóstico del síndrome del intestino irritable no es sencillo. Para diagnosticarlo, el médico especialista se suele servir del llamado criterio de Roma, el cual se basa en los siguientes pilares:
- Presencia de dolor abdominal al menos 3 días al mes durante los últimos 3 meses, presentando, al mismo tiempo, dos o más de los siguientes signos:
- Mejora de los síntomas tras la evacuación.
- Aparición de los síntomas tras un cambio en la frecuencia de las heces.
- Otros síntomas asociados a la forma (apariencia) de las heces.
2. Las molestias deben haber comenzado, al menos, 6 meses antes del diagnóstico.
Colon irritable: tratamiento
En este momento, no existe ningún tratamiento específico para la cura del síndrome del colon irritable.
Como se ha indicado anteriormente, esta dolencia surge en forma de “brotes”. Esto es, periodos en los que el paciente padece los síntomas y otros en los que se produce menor o nula sintomatología.
Para abordar la enfermedad y mitigar sus síntomas, podemos actuar desde dos campos: farmacología y hábitos de vida.
Farmacología
Existen multitud de medicamentos que el facultativo puede prescribir para aliviar cada uno de los síntomas de esta dolencia. Entre los más comunes, se encuentran los siguientes:
- Fibra. Menos el dolor abdominal, para el que no presenta demasiados efectos, este componente ayuda a reducir la gran mayoría de síntomas relacionados con el tracto digestivo.
- Laxantes. Utilizados en los casos en los que predomina el estreñimiento.
- Antidiarreicos. Utilizados en los casos en los que prevalece la diarrea.
- Espasmolíticos. Empleados para inhibir la motilidad, de manera que mejoran, en un notable porcentaje de pacientes, el dolor abdominal.
- Antidepresivos. Usados con el objetivo final de mejorar el tracto intestinal gracias a la mejora del estado de ánimo.
- Probióticos. Aunque su eficacia requiere de mayor investigación, todo parece indicar, en base a los estudios realizados hasta la fecha, que mejoran la distensión abdominal.
Hábitos de vida
Una adecuada rutina diaria mejorará la calidad de vida de los pacientes que sufren esta dolencia. Las recomendaciones que esta rutina debe contemplar son:
- Evitar comidas copiosas.
- Realizar cinco comidas al día y tomarse un tiempo suficiente (al menos, 20 minutos) para llevarlas a cabo.
- Igualmente, tomarse tiempo para defecar.
- Aumentar la ingesta de agua, hasta llegar a beber, al menos, 2 litros de agua diaria (sobre todo si predomina el estreñimiento).
- Realizar ejercicio físico de manera regular. Este actúa sobre dos elementos principales de los que en estas líneas hemos hablado: la digestión (favorece la motilidad digestiva) y la tensión emocional (ayuda a eliminar la tensión y el estrés).
- Evitar el consumo de tabaco y alcohol.
- Intentar cambiar la forma en la que nos enfrentamos a las situaciones estresantes para que estas no tengan tanto efecto en nuestra salud.
Colon irritable: dieta
La dieta para el colon irritable no tiene por qué ser restrictiva y altamente limitada. Al contrario, debe ser variada. Por supuesto, siempre teniendo en cuenta cuáles son los alimentos que, generalmente, los gastroenterólogos recomiendan no consumir si se sufre de esta enfermedad y cuáles son aquellos que, específicamente, el propio organismo de nuestro familiar mayor no tolera adecuadamente.
Alimentos buenos para el colon irritable
Los alimentos más recomendados en la dieta de un paciente con colon irritable son, principalmente, los que a continuación se señalan:
- Maíz.
- Carne no procesada.
- Lácteos sin lactosa y bebidas vegetales (de almendras, de avena o de arroz).
- Hortalizas como acelgas, zanahoria, judías, tomate o pimiento.
- Frutas como plátano, mandarina o arándanos.
Alimentos que irritan el colon
Los alimentos que parecen agravar los síntomas del colon irritable son el trigo, la lactosa, algunas legumbres como las alubias o garbanzos, determinadas verduras como espárragos o brócoli, ciertas frutas con hueso como los albaricoques, chocolate, frutos secos, las bebidas gaseosas, el café y el té.
Asimismo, todos los alimentos en general que contengan una cantidad notable de hidratos de carbono. Pues, las bacterias del intestino causan la fermentación de los hidratos de carbono, lo que es el desencadenante de la aparición de gases, hinchazón y cólicos.
Dicho esto, es importante que sea el médico el que pauta una dieta determinada, pues cada alimento se comporta distinto en un organismo que en otro. Igualmente, será fundamental que nuestros mayores tengan al lado a alguien que les ayude a mantener tanto la dieta como los hábitos de vida que el síndrome del colon irritable precisa.
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