Señales de que has envejecido mal para ser presidente de los EEUU

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Lorenzo Gómez

Por: Lorenzo Gómez

Periodista, redactor experto en gerontología

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Tirar la toalla no es fácil. Y si has de hacerlo para admitir la pérdida de facultades inexorable al paso del tiempo aún lo es menos. La edad no perdona y mucho menos si tu tarea es la de liderar el ‘mundo libre’ y tu documento de identidad marca 81 años.

Ojo. Desde Aiudo creemos mucho en el envejecimiento activo y en la capacidad de las personas mayores no solo de liderar gobiernos, sino también de su potencial para realizar cualquier actividad que se planteen. Sin embargo, dentro de la definición de ‘Envejecimiento Saludable’ que plantea la Organización Mundial de la Salud -OMS- encontramos elementos desalineados en la figura de Joe Biden.

Un Biden que ha protagonizado durante los últimos tiempos diferentes episodios que han arrojado muchas dudas en la opinión pública acerca de su estado de salud mental y física.

Pérdida de memoria en aspectos fundamentales

La pérdida de memoria es el olvido inusual. Una afección que suele estar relacionada con la edad.

A sus 81 años, Biden padece los problemas típicos de un hombre de su edad. En cuanto a la pérdida de memoria, estos cambios son generalmente olvidos leves (o cambios de memoria asociados con la edad) y, a menudo, son normales a medida que se envejece.

De hecho, el pasado mes de febrero, Joe Biden fue examinado por un neurólogo en la Casa Blanca, quien confirmó que no había encontrado ninguna alteración cerebral que pusiera en riesgo sus facultades y que por ello, podía competir por su reelección ante Donald Trump. 

No obstante, más allá de errores anecdóticos, algunos olvidos de Biden han causado serias preocupaciones. En un caso reciente, olvidó la fecha de la muerte de su hijo Beau Biden, un dato biográfico esencial y emocionalmente significativo. Este tipo de olvidos son alarmantes porque podrían indicar un deterioro cognitivo más profundo que simples lapsus.

Estos son algunos de los signos preocupantes que hacen diferenciar un desliz en la memoria puntual de un problema más serio como algún tipo de demencia o alzhéimer:

  • Hacer las mismas preguntas una y otra vez.
  • Perderse en lugares conocidos.
  • No poder seguir recetas de cocina o instrucciones.
  • Confundirse con el tiempo, las personas y los lugares.
  • No cuidarse de sí mismo: no alimentarse bien, no bañarse o comportarse de manera insegura.

Aunque expertos neurólogos defienden que no es tanto los lapsus sino la frecuencia con la que se producen lo que obligaría a pensar en problemas mentales más graves a los del presidente.

Joe Biden se queda pensativo ante un discurso.

Síndrome confusional ante personas y objetos evidentes

El síndrome confusional se caracteriza principalmente por una marcada alteración del nivel de conciencia y la capacidad atencional, conllevando otra serie de alteraciones cognitivas, del estado de ánimo, del sueño y de la conducta.

Otro episodio curioso ocurrió hace pocas semanas en Colleville-sur-Mer, Francia, y el marco fue el acto conmemorativo de los 80 años del desembarco de Normandía, un hito clave en el desenlace de la Segunda Guerra Mundial.

El presidente demócrata le dio la mano a su par francés Emmanuel Macron y empezó a hacer los típicos movimientos de agacharse para tomar asiento. El detalle es que la silla no existía, por lo que la situación adquirió un ribete grotesco, que se extendió a lo largo de varios segundos.

Otro episodio que alerta del padecimiento de este problema en el presidente demócrata fue sus lapsus al confundir los presidentes de Egipto y México o al actual mandatario francés con François Mitterrand, fallecido hace casi 30 años, pueden ser anecdóticos y no estar relacionados con posibles demencias. Olvidar la fecha de muerte de su hijo Beau, en cambio, hace reflexionar a los médicos.

Uno de los momentos más recordados durante su mandato fue cuando en la cumbre de la OTAN, en el que Biden confundió al presidente ucraniano Volodimír Zelenski, llamándolo como el presidente ruso, Vladimir Putin, ante la atenta mirada del ucraniano.

El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, se lleva la mano a la frente ante un descuido.

Trastornos del lenguaje en sus discursos

Uno de los problemas añadidos es que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a veces tartamudea. Lo hace de una manera muy sutil, arrastrando o repitiendo algunas palabras. Biden, de 79 años, consiguió casi por completo la tartamudez con una gran disciplina. De niño, practicaba recitando poesía frente al espejo para detectar las expresiones faciales asociadas con la tartamudez y, ahora como presidente, planea con rigurosa antelación qué pausas va a hacer en cada discurso.

Un problema que ha utilizado su homólogo al Gobierno, Donald Trump, para burlarse en alguna ocasión en actos públicos. 

Un problema con el habla que, sin embargo, le ha permitido desarrollar otras habilidades sociales para ayudar a otras personas.

Según ha comentado la hermana del presidente, Valerie, en Los Angeles Times en 2019, “el tartamudeo y la lucha por superarlo ha convertido a Biden en alguien más empático, capaz de sentir una mayor compasión por el resto cuando tienen dificultades con algo“.

Desorientación en citas clave

En los últimos tiempos, las confusiones y desorientaciones del presidente son una constante. La desorientación en personas mayores es algo que conviene vigilar de cerca, ya que suelen tener intrínsecas otras causas, como las caídas en ancianos.

En algunos momentos de la ceremonia para conmemorar el Día D en Francia el 6 de junio, el presidente se veía confundido. Al día siguiente, al reunirse con el presidente de Ucrania, cometió un error sobre la finalidad de una nueva entrega de ayuda militar a ese país.

Otro de los episodios recientes de desorientación del presidente Biden ocurrió pocos días después. El 10 de junio, se quedó paralizado en una celebración anticipada de la festividad del Día de la Liberación, también conocido como Juneteenth. El 18 de junio, su tono de voz suave y su breve dificultad para recordar el nombre de su secretario de Seguridad Nacional en un acto sobre inmigración desconcertaron a algunos de sus aliados, que intercambiaron miradas de alarma y, como uno de ellos dijo, se sintieron “conmocionados”. Biden se repuso y logró mencionar el nombre de Alejandro Mayorkas.

Recientemente, en la cumbre del G-7 en Italia, la primera ministra del país transalpino, Giorgia Meloni, tuvo que orientar a Biden.

Algo parecido a lo que ocurrió el pasado mes de junio, cuando en acto de su partido el expresidente Obama se da cuenta de la situación, decide tenderle la mano a Biden para acompañarle hasta la salida del escenario.

Ataxia o pérdida de coordinación

La ataxia hace referencia a un trastorno caracterizado por la disminución de la capacidad para coordinar los movimientos. Algo que acusa el presidente Biden que, en más de una ocasión se ha quedado bloqueado, sin dar un movimiento ni hacia adelante ni hacia atrás, tras alguna comparecencia pública.

La ataxia no es una enfermedad en sí misma, sino de una manifestación como consecuencia de un proceso neurodegenerativo.

Estos son los principales signos de alerta del actual presidente de los Estados Unidos, que recientemente ha afirmado que no seguirá como candidato presidencial.

Bien es cierto que este tipo de evidencias en la salud del actual presidente estadounidense ha debilitado su fuerza en los últimos tiempos hacia su carrera por quedarse en la Casa Blanca.

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