Artritis en ancianos: tipos, síntomas y tratamiento

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Lorenzo Gomez

Por: Lorenzo Gomez

Periodista, redactor experto en gerontología

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¿Sabías que existen más de 100 tipos de artritis y que una de ellas es la enfermedad reumática más común? En las próximas líneas descubrimos los aspectos principales de esta afección tan frecuente en las personas mayores.

¿Qué es la artritis?

La artritis significa, etimológicamente, inflamación de las articulaciones. Esta inflamación afecta a la membrana sinovial (el tejido que envuelve el cartílago que protege a los huesos).

Como consecuencia de ello, la articulación se ve debilitada y deformada, lo que impide su buen funcionamiento y conduce a la incapacidad funcional para la realización de las tareas cotidianas.

Este daño puede producirse en cualquier articulación del cuerpo, aunque ciertos tipos de artritis tienden a ocurrir en unas zonas concretas. Por ejemplo, la artritis reumatoide afecta, mayormente, a las extremidades superiores (muñecas y nudillos) y a las inferiores (pies); mientras que otros tipos de artritis afectan, generalmente, a las articulaciones de la columna.

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Tipos de artritis

Como se ha indicado al comienzo del texto, la artritis comprende más de 100 enfermedades y afecciones reumáticas. Entre todas ellas, cabe señalar los siguientes tipos de artritis:

Artritis reumatoide

Es la artritis más común. Para otorgarle la importancia que merece, tras este punto le dedicaremos atención individualizada.

Osteoartritis

Muy frecuente en personas mayores, pues se produce por el propio envejecimiento. Como consecuencia de este, el cartílago de la articulación se desgasta, provocando dolor, hinchazón y rigidez. Si el cartílago se deteriora por completo, el hueso llegará a rozarse con el otro hueso con el que conecta.
Las partes del cuerpo a las que este tipo de artritis afecta con mayor frecuencia son las manos, las rodillas, las caderas y la espalda baja.

Artritis psoriásica

Un 10% de las personas que padecen psoriasis pueden sufrir, como consecuencia de esta, este tipo de artritis. La artritis psoriásica puede afectar a cualquier parte del cuerpo, desde la punta de los dedos hasta la columna vertebral.

En cuanto a su persistencia, los pacientes alternan períodos de fuertes brotes de la enfermedad con épocas de remisión de la misma.
Los principales síntomas son dolor articular, rigidez e hinchazón y presenta un característico aspecto visual: la piel de la articulación afectada se cubre de manchas rojas y escamas plateadas.

Artritis gotosa

Se produce cuando el ácido úrico se acumula en exceso en la sangre, provocando la inflamación de las articulaciones. Normalmente, se inicia en el dedo gordo del pie y solo afecta a una articulación.
Las personas que padecen diabetes, enfermedad renal, obesidad o anemia presentan más probabilidad de sufrir este tipo de artritis.

Artritis traumática

Se produce debido a una herida o un golpe como consecuencia de un ejercicio físico excesivo o inadecuadamente realizado. Asimismo, la fractura de una articulación puede dar lugar a este tipo de artritis. Por ello, nuestros mayores deben tener cuidado al realizar ejercicios que afecten a las articulaciones, no ejercitarlas excesivamente si ya están dañadas e intentar bajar de peso para facilitar la función de las mismas.

Artritis séptica

También llamada artritis bacteriana o infecciosa. Como su propio nombre indica, comprende una infección dolorosa de las articulaciones. La infección puede tener origen en la existencia de gérmenes en el torrente sanguíneo, el cual los desplaza de una parte del cuerpo a otra o puede desencadenarse como consecuencia de una lesión penetrante, en la que los gérmenes entran directamente a la articulación. Este tipo de artritis evoluciona muy rápidamente y suele conducir a un malestar extremo.

Artritis reactiva

Aunque su causa concreta todavía no se conoce, sí se sabe que siempre sucede tras una infección (no obstante, la articulación que queda afectada no está infectada, sino que la infección se da en otra parte del cuerpo).

Entre las infecciones a partir de las que puede presentarse este tipo de artritis, destacan aquellas que surgen como consecuencia de intolerancias alimenticias.

Artritis reumatoide: ¿Qué es?

Ilustración con dos manos que ilustran una artritis reumtoide.

La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune en la que las propias defensas del cuerpo atacan el recubrimiento de las articulaciones. En este tipo de artritis, la inflamación en el revestimiento de la articulación en los huesos provoca el daño de la articulación, particularmente del cartílago. También puede ser causante del hormigueo en las manos a causa del síndrome del túnel carpiano.

Más de 200.000 personas en España sufren artritis reumatoide, una cifra formada en gran parte, por personas mayores. Tanta es su prevalencia que cada año se diagnostican unos 10.000-20.000 nuevos casos.

Al mismo tiempo, las mujeres presentan más posibilidades de padecer artritis reumatoide que los hombres. Se estima que esta enfermedad afecta a alrededor del 5% de las mujeres mayores de 55 años (grupo a los que la enfermedad resultaría unas 5/10 veces más frecuente que en la población general).

¿Cómo empieza un brote de artritis reumatoide?

Un brote de artritis reumatoide puede comenzar de diferentes maneras, ya que depende de la persona que padece la enfermedad.

Una de las formas más destacadas para detectar un brote de artritis reumatoide es experimentar dolores articulares, sobre todo por la mañana, que van mejorando con el movimiento y con el paso del día.

Otra de las señales para saber si se está presentando un episodio de este tipo de artritis son los dolores en los pies al levantarse, sobre todo en la parte anterior de los mismos.

También puede ser un indicio de artritis reumatoide dolor en la parte anterior de la mano. Cuando una persona afectada por esta enfermedad se despierta con las articulaciones rígidas, puede ser un factor clave de brote de artritis reumatoide.

Un señor mayor se toca los pies ante un dolor articular.

Esta rigidez suele durar algo más de 30 minutos y, a raíz de ello, las articulaciones comienzan a aumentar de volumen, principalmente las articulaciones que unen la mano y los dedos.

Estos son algunos de los síntomas iniciales de la artritis reumatoide, unidos a:

  • Pérdida de apetito y de peso.
  • Debilidad muscular y fatiga.
  • Hinchazón y sensibilidad al tacto de las articulaciones.

Detectar estos signos a tiempo será de vital importancia a la hora de poder acudir a un especialista reumatólogo para llevar el tratamiento oportuno en cada caso.

Síntomas de la artritis reumatoide

Los síntomas más frecuentes de la artritis se manifiestan en las articulaciones o en la zona que las rodean. Los principales síntomas son:

  • Es el síntoma inicial más habitual, presentándose tras el reposo nocturno.
  • Inflamación.
  • Tumefacción.
  • Problemas para mover la articulación afectada.
  • Cansancio y debilidad muscular.
  • Pérdida del apetito.
  • Asimismo, suelen presentarse manifestaciones extraarticulares, las cuales aparecen cuando la enfermedad ya está asentada. Estas afectan, principalmente, a la piel, los vasos sanguíneos, los pulmones y los ojos.

El trastorno evoluciona de forma muy diferente según la persona a la que afecta. Así, las personas con artritis reumatoide pueden presentar:

  • Síntomas relativamente leves.
  • Reagudizaciones esporádicas y largos períodos de remisión (en los que la enfermedad está inactiva).
  • Síntomas graves, que progresan de forma constante, pudiendo ser el desarrollo tanto lento como rápido. Esta es la forma más frecuente de avance de la enfermedad.

¿Se conoce la cura definitiva de la artritis reumatoide?

Todavía no se ha encontrado por parte de los especialistas reumatólogos e investigadores una cura para la enfermedad, sí que se han diseñado métodos para convivir con ella. Con la artritis reumatoide y con cualquier otro tipo de artritis se desconoce la cura en medicina, pero realizando tratamientos adecuados se puede reducir el dolor y la incapacidad que esta condición genera.

Una mujer mayor se duele de la rodilla al levantarse de su sofá.

Relación entre la artritis reumatoide y el cáncer

Mucho se ha hablado sobre si la artritis reumatoide es un tipo de cáncer o está unido a la proliferación del mismo. Aunque no hay una relación directa avalada por la medicina, es

Es importante destacar que la relación entre estas dos condiciones puede estar influenciada por varios factores, como la genética, la edad, el género y el uso de medicamentos inmunosupresores.

Algunos estudios han indicado que las personas con artritis reumatoide podrían tener un riesgo ligeramente elevado de desarrollar ciertos tipos de cáncer, como linfoma y leucemia. Sin embargo, la magnitud de este riesgo parece ser modesta y no está claro si la artritis reumatoide es directamente responsable del aumento del riesgo o si factores comunes, como la inflamación crónica, podrían contribuir tanto a la artritis reumatoide como al cáncer.

La supervivencia en cáncer a los cinco años en pacientes con la enfermedad autoinmune está sustancialmente reducida comparada con la de la población general, según un estudio de Arthritis & Rheumatism.

La artritis reumatoide afecta los tejidos linfáticos, y el linfoma es un tipo de cáncer que provoca una inmunidad debilitada para el organismo y afecta los ganglios linfáticos. Esto, unido a que los linfomas suelen estar asociados a personas mayores de 60 años y a que los pacientes con artritis reumatoide tienen la probabilidad de desarrollar un linfoma, hacen que se relacione científicamente ambas enfermedades.

Artritis en las manos

Las manos son afectadas en el 90% de las personas que sufren artritis reumatoide y son, generalmente, las primeras partes del cuerpo en experimentar los síntomas de la enfermedad.

Los síntomas más habituales son la rigidez matutina (que no suele desaparecer hasta varias horas después de despertarse), el dolor (que suele ser constante) y el debilitamiento de los músculos.

Conforme la artritis avanza, nuestros mayores comienzan a tener dificultad para flexionar los dedos y llevar a cabo otro tipo de movimientos como cerrar el puño o mover el dedo pulgar, sintiendo un intenso dolor cuando intentan realizarlos.

Artritis en los pies

Las articulaciones de los pies se ven afectadas, también, en el 90% de las personas que sufren artritis reumatoide, presentándose ya desde las fases iniciales.

El síntoma más característico es el dolor en la parte superior del pie, el cual se agrava al apoyarlo, al caminar o cuando se calza un zapato de estrecha anchura.

Suelen desarrollarse deformaciones esqueléticas, de manera que la parte delantera del pie se ensancha, el dedo gordo se desvía hacia fuera y el resto de dedos se doblan hacia abajo.

Artritis rodilla

La rodilla se muestra afectada en el 80% de los casos, siendo, al igual que las manos y los pies, de las primeras articulaciones en ser perjudicadas.

En las fases iniciales, el síntoma más habitual es el dolor y la inflamación de la rodilla.

En ocasiones, a diferencia de lo que suele suceder en las articulaciones pequeñas, puede producirse un derrame articular (una acumulación excesiva de líquido en el interior de la articulación).

Si no se trata desde las fases tempranas, esta afección puede dañar los ligamentos y los huesos de la rodilla, provocando deformaciones irreversibles que pueden llevar a una gran pérdida de autonomía. De hecho, la lesión de rodillas es una de las principales causas de discapacidad de las personas con artritis.

Artritis reumatoide tratamiento

Un tratamiento adecuado puede aliviar los síntomas de la artritis y mejorar su pronóstico, consiguiendo el aumento de la calidad de vida de quienes la padecen.

Los tratamientos más utilizados son:

  • Medicamentos. Reducen la inflamación y el dolor.
  • Terapia. La fisioterapia y el ejercicio físico controlado aumenta la fortaleza ósea y muscular, de manera que facilita el movimiento y la flexibilidad.
  • Cirugía. Con el nombre de artroplastia, con esta intervención se reconstruye o se reemplaza una articulación dañada con el objetivo de eliminar el profundo dolor y restablecer el funcionamiento de dicha articulación.

A estos tratamientos hay que sumarle el que envuelve a todos ellos: atención constante. El avance de la enfermedad provoca que la persona afectada vaya perdiendo autonomía, por lo que es esencial que disponga de una persona en la que apoyarse para que su rutina diaria sea lo menos afectada posible. Es en este momento cuando la figura de una cuidadora profesional se convierte en su eficaz tratamiento físico y, muy importante, emocional.

Diferencia entre artritis y artrosis

Aunque algunas personas tienden a confundirlas entre sí, la diferencia entre la artritis y la artrosis radican en varios factores. Son, por tanto  enfermedades muy diferentes en sus características principales:

  • Parte afectada. Mientras que en la artritis se ve dañada, como hemos señalado al comienzo de este texto, la membrana sinovial, en la artrosis son los cartílagos los afectados.
  • Síntomas. En ambos casos, la articulación presenta rigidez por la mañana, pero su persistencia y dolor es diferente. Mientras que en el artritis es constante (incluso, intensificándose en reposo), en la artrosis el dolor se agrava con el movimiento y se reduce con el reposo.
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