La tuberculosis ha sido una dolencia que ha sido objeto de debate durante mucho tiempo. Al afectar a cualquier órgano del cuerpo debido a su naturaleza bacteriana. Son muchos los ilustres que han padecido esta enfermedad a lo largo de la historia. Como el escritor Miguel Hernández, así como George Orwell; Franz Kafka, o Katherine Mansfield tuvieron que hacer frente a la tuberculosis que, a día de hoy, tiene tratamiento.
Se estima que cada año se producen en el mundo 8 millones de nuevos casos. La tuberculosis causa al año alrededor de 2 millones de fallecimientos a nivel mundial.
El mecanismo que usa la bacteria para extenderse es invadir el sistema inmune de las personas. Una vez el bacilo, agente causante de la infección, entra por vía aérea, este llega a los pulmones, invade las células de defensa, llamadas macrófagos, y si el ser humano no incorpora un sistema inmunológico apto para hacerle frente, se desarrolla esta afección.
La complicación del bacilo de la tuberculosis es que incorpora una pared celular bastante gruesa y que tiene la capacidad de multiplicarse de forma lenta.
Aunque hay que tener en cuenta que no toda persona infectada con el bacilo de Koch desarrolla enfermedad tuberculosa. La gran mayoría de las personas sufren un cuadro asintomático o asociado a síntomas leves idénticos a los de una infección respiratoria viral, que cede espontáneamente pudiendo dejar alguna cicatriz en el pulmón o en ganglios linfáticos
¿Qué es la tuberculosis?
La tuberculosis es una enfermedad que la provoca una bacteria que se llama Mycobacterium Tuberculosis y que se contagia a través del aire cuando una persona estornuda, tose o escupe.
La tuberculosis, al ser una enfermedad infecto-contagiosa, va de la mano con las personas de bajos recursos, que viven con un índice alto de desnutrición y, en el caso de la tercera edad, pueden acompañar a enfermedades como la diabetes, enfermedades pulmonares o el tabaquismo y proliferar con mayor posibilidad.
Se trata de la enfermedad infecciosa más antigua de la historia y, su apariencia también ha modificado, por lo que se ha tenido que inventar fármacos nuevos para hacerle frente.
Síntomas de la tuberculosis
Los síntomas de la enfermedad de tuberculosis dependen del área del cuerpo donde se estén multiplicando las bacterias de la tuberculosis. Por lo general, las bacterias de la tuberculosis se multiplican en los pulmones (tuberculosis pulmonar). La enfermedad de tuberculosis en los pulmones puede causar síntomas como los siguientes:
- Tos intensa y persistente que dura 3 semanas o más.
- Dolor en el pecho.
- Tos con sangre o esputo (flema que emana desde el fondo de los pulmones).
Otros síntomas de la enfermedad de tuberculosis son:
- Debilidad o fatiga.
- Pérdida de peso aparente.
- Falta de apetito.
- Escalofríos.
- Fiebre.
- Sudores nocturnos.
Riesgos de sufrir tuberculosis siendo una persona mayor
Las personas mayores están, en muchos casos, sufriendo enfermedades que pueden potenciar la aparición de la tuberculosis. Además, su sistema inmunológico está más debilitado y pueden adolecer la enfermedad a través de diversos signos.
A día de hoy existen pruebas médicas para detectar la tuberculosis a tiempo, vacunas que frenan su aparición, por lo que resulta de vital importancia tanto para cuidadores como para familiares seguir los consejos sanitarios oportunos para minimizar el riesgo de padecer tuberculosis a partir de los 65 años.
La baja producción de anticuerpos en edades avanzadas puede ocasionar que esta patología pueda afectar en mayor o menor medida a personas mayores.
¿Cómo se diagnostica la tuberculosis?
Una vez vistos los síntomas que tiene la tuberculosis, lo siguiente es pasar al diagnóstico que, para ello, existen diversos mecanismos. El método más usado para detectar esta enfermedad es la baciloscopia, que consiste en la observación microscópica de una muestra teñida con colorantes específicos para Mycobacterium para diagnosticar los cuadros clínicos producidos por las especies clínicamente relevantes de este género bacteriano.
Para ello, se analizan tres muestras de esputo del árbol bronquial de la persona afectada.
Una segunda opción para diagnosticar un posible caso de tuberculosis es el análisis de sangre. El profesional de la salud toma una muestra de sangre para analizarla en un laboratorio en busca de la bacteria de la tuberculosis.
¿Cómo se puede contagiar la tuberculosis?
Se trata de una de las enfermedades infecciosas más mortales del planeta, y su contagio se produce de manera sencilla.
Las bacterias de la tuberculosis se transmiten de una persona a otra por el aire. Estas bacterias se liberan al aire cuando una persona con enfermedad de tuberculosis de los pulmones o de la garganta tose, estornuda, habla o canta. Las personas que se encuentren cerca pueden inhalar estas bacterias e infectarse.
La tuberculosis no se transmite por lo siguiente:
- Darle la mano a alguien.
- Compartir alimentos o bebidas.
- Tocar la ropa de cama o los inodoros.
- Compartir el cepillo de dientes.
- Besarse.
Anualmente la tuberculosis causa en el mundo, la muerte de alrededor de 1,4 millones de personas y se calcula que hay 2.000 millones de casos latentes.
Conviene tener en cuenta que la tuberculosis es más fácil contagiarla a las personas con las que convive todas los días.
Cuando una persona inhala las bacterias de la tuberculosis, estas pueden alojarse en los pulmones y comenzar a multiplicarse. Desde allí, las bacterias pueden desplazarse por la sangre a otras partes del cuerpo, como los riñones, la columna vertebral y el cerebro.
La enfermedad de tuberculosis en los pulmones o la garganta puede ser contagiosa. Esto significa que las bacterias pueden transmitirse a otras personas. Por lo general, la tuberculosis que afecta otras partes del cuerpo, como los riñones o la columna vertebral, no es contagiosa.
¿Cómo tratar la tuberculosis? Consejos para cuidadores
La mayoría de las personas con tuberculosis no necesitan tratamiento en un hospital y es posible cuidarlas en el hogar. Los médicos suelen tratar la tuberculosis con antibióticos de administración oral.
El bacilo de la tuberculosis, llamado bacilo de Koch, tiene una gran capacidad de protegerse contra los antibióticos, desarrollando resistencias cuando éstos se emplean de forma individual. Por ello, se recomienda el uso de combinaciones de medicamentos que, en este caso, será el médico especialista quien determine cuáles y en qué medida.
Hacer un seguimiento correcto del tratamiento contra la tuberculosis será labor de cuidadores y familiares, por lo que es muy importante llevar a rajatabla las indicaciones del médico.
Es muy importante seguir las pautas de la medicación tal y como ha señalado el especialista, a pesar de que la persona afectada se encuentre mejor.
Asimismo, la persona cuidadora deberá conocer información básica acerca de la enfermedad y cómo se manifiesta, para poder actuar con contundencia ante cualquier alarma y comunicarlo al personal sanitario.
Otra recomendación, a no ser que el especialista incluya alguna contraindicación, es apostar por una dieta lipídica, ya que diversos estudios clínicos han avalado la importancia crucial que tiene esta dieta para la supervivencia de la micobacteria.
Consejos para prevenir la tuberculosis entre familiares
La prevención de la tuberculosis depende de lo siguiente:
- Evitar el contacto con las personas con la enfermedad activa.
- Usar medicamentos como medida de prevención en los casos de riesgo elevado.
- Mantener buenos hábitos de salud
Para prevenir el contagio de los gérmenes que causan la tuberculosis y otras infecciones, conviene animar a todas las personas de la familia a hacer lo siguiente:
- Lavarse las manos con frecuencia y de manera adecuada.
- Estornudar o toser en un pañuelo de papel o sobre el codo, nunca sobre las manos.
- Usar toallas, vasos, y cubiertos propios en lugar de compartirlos.