Las lesiones de los tendones en las personas mayores son cada vez más frecuentes. En algunos casos, este deterioro de los tendones puede ser asintomático y el paciente no notar nada, pero en otros, puede causar dolor y malestar considerables.
En estas líneas desgranamos las tendinitis más habituales, así como sus síntomas y tratamiento.
Qué es la tendinitis
La tendinitis es la lesión de un tendón, teniendo como resultado la inflamación o irritación de este.
Los tendones son cuerdas de tejido que unen los músculos con los huesos, de modo que ayuda a los músculos a mover los huesos.
La causas de esta dolencia son, mayoritariamente, las siguientes:
- Lesión provocada durante una actividad física.
- Sobrecarga.
- Degeneración del tendón.
- Envejecimiento.
Este último es un importante factor de riesgo, pues a medida que envejecemos, el tendón pierde elasticidad y aumenta el riesgo de que se deteriore.
Asimismo, enfermedades sistémicas como la artritis reumatoidea o la diabetes, también pueden ocasionar tendinitis.
El modo de diagnóstico de esta afección se lleva a cabo a partir de tres factores: historia clínica, examen físico y pruebas de imagen.
Diferencias tendinitis y tendinosis
Es habitual la confusión entre ambas patologías. La tendinitis es un proceso inflamatorio agudo que no provoca cambios estructurales en el tendón, mientras que la tendinosis es una tendinitis en evolución de nivel de gravedad en la que ya se existen cambios en la estructura del tendón, por lo que es una dolencia muy difícil de solucionar.
Síntomas de la tendinitis en personas mayores
Los principales síntomas de la tendinitis en nuestros mayores son:
- Dolor y aumento de la sensibilidad alrededor del tendón. Esta sensación se agudiza en las zonas cercanas a las articulaciones.
- Intensificación del malestar y del dolor con la realización de actividades físicas que impliquen el movimiento del tendón afectado.
- Falta de fuerza.
- El dolor empeora durante la noche.
Localizaciones
Tendinitis hombro
La tendinitis de hombro también recibe el nombre de lesión del manguito rotador.
El manguito rotador es un conjunto de músculos y tendones que se sitúan en el hombro y que desempeña una función fundamental de estabilización del hombro. Dicha labor no es baladí, pues debemos saber que el hombro es la articulación con mayor variedad y amplitud de movimientos del cuerpo.
La tendinitis del manguito rotador consiste en la inflamación de los músculos y tendones del hombro.
Las causas de esta lesión son concretas:
- Levantar o arrastrar un objeto demasiado pesado o levantarlo de una forma inadecuada.
- Caídas en las que se apoya la mano para limitar la caída.
- Como ya se ha señalado anteriormente, el envejecimiento aumenta la probabilidad de sufrir lesiones en los tendones.
El tratamiento que un paciente mayor con tendinitis de hombro deberá seguir, dependerá del nivel de gravedad de la lesión. Generalmente, consistirá en la fisioterapia y rehabilitación.
Ejercicios tendinitis hombro
Con el fin de reducir, progresivamente, el daño producido en el hombro, el especialista encomendará a nuestro familiar la realización de una serie de ejercicios físicos rutinarios.
El primero de ellos consistirá en suaves ejercicios de estiramientos y calentamiento, con los que vaya recuperando, poco a poco, la movilidad de la zona afectada. Siempre teniendo presente la realidad física de la vejez, la intensidad de estos se adaptará al estado de salud concreto del paciente.
Ejemplo de este tipo de estiramientos puede ser colocar la palma de la mano del brazo dolorido sobre el hombro opuesto. Con el brazo que no está afectado se empuja el codo hacia arriba y se mantiene presionado durante unos segundos.
Tras el calentamiento y el estiramiento del hombro, nuestro familiar continuará con los ejercicios destinados a mejorar la movilidad.
Así, uno de los ejercicios más típicos es, con el cuerpo inclinado hacia adelante, apoyar el brazo sano sobre una mesa, mientras que el brazo con molestias lo dejamos caer. Una vez en esta postura, se comienza a realizar movimientos circulares (por supuesto, controlando que no se realice un esfuerzo excesivo que acabe provocando más sobrecarga y daño del tendón afectado).
Es importante, no obstante, que estos ejercicios sean siempre prescritos y enseñados por un fisioterapeuta y posteriormente, en el hogar, supervisados por la cuidadora. Dada su experiencia en el cuidado de personas mayores y en la atención de las múltiples afecciones que el envejecimiento lleva acarreadas, estas profesionales poseen la capacidad y habilidades de controlar y ayudar a realizar, de manera efectiva, los ejercicios que el especialista médico ha fijado.
Tendinitis muñeca
La tendinitis de la muñeca consiste en la inflamación de un tendón localizado en esta parte del cuerpo.
El daño se produce producir en cualquiera de los muchos tendones que la muñeca contiene.
Dentro de la tendinitis de muñeca encontramos una lesión específica que recibe el nombre de tendinitis de quervain. Se trata, esta, de una afección dolorosa que se produce en los tendones de la muñeca situados al lado del pulgar y constituye uno de los tipos más frecuentes de tendinitis de los tendones extensores que cruzan la muñeca.
Pese a que la muñeca posee una gran capacidad para realizar una ingente variedad de movimientos, tiene poca protección, por lo que es habitual que este tipo de lesiones se produzcan. Sobre todo, en el caso de los más mayores, como se ha comprobado hasta el momento y como podremos entender al leer sus causas.
Entre las causas más comunes de la tendinitis de muñeca se encuentran:
- Escribir con bolígrafo y papel.
- Hacer un uso excesivo del ordenador o de la tablet.
- Realizar tareas físicas repetitivas, como coser o efectuar las tareas del hogar.
- Practicar actividades físicas que requieran el uso de las muñecas (por ejemplo, caminar durante mucho tiempo con muletas o empujar por sí mismo las ruedas de la silla de ruedas).
- Proceso degenerativo tendinoso: al debilitarse el tendón, la repetición de cualquier movimiento, por mínimo que este sea, puede provocar la inflamación del mismo.
Además de la propia fisioterapia y rehabilitación de la persona mayor, con la que recuperará la movilidad y fortaleza de la muñeca, también es frecuente la cirugía.
El facultativo valorará los aspectos positivos de practicarla (ya que no es beneficiosa en todos los casos). Si la cirugía se lleva a cabo, será un procedimiento mínimamente invasivo y que, generalmente, solo requerirá anestesia local. El cirujano hará, simplemente, una pequeña incisión en la muñeca y localizará el tendón afectado para actuar sobre él.
Tendinitis rotuliana
La tendinitis rotuliana es una lesión en el tendón encargado de conectar la rótula con la tibia, lo que provoca un intenso dolor en la zona de la rodilla, agudizándose cuando se camina.
Como en las anteriores, los ancianos deben tener un cuidado extremo en realizar una buena cura de este tipo de lesión, pues esta puede acabar evolucionando hacia una degeneración irreversible del tendón.
Entre las causas más usuales de la tendinitis destacan la sobrecarga y la calcificación. Esta última, la calcificación, consiste en la acumulación de calcio en una parte del cuerpo y suele producirse, con más frecuencia que en otros grupos, en las personas mayores. Esto es debido a la disminución del riego sanguíneo como consecuencia del envejecimiento del cuerpo. Cuando envejecemos, la circulación empeora y los tejidos dejan de recibir todo el oxígeno que necesitan, de manera que comienzan a acumularse en ellos cristales de calcio.
El tipo de tratamiento que se sigue pasa tanto por ejercicios de fisioterapia como, en la fase aguda, por la inmovilización mediante yeso o, en los casos crónicos, recurrir a la cirugía para extirpar la parte rota del tendón.
Tendinitis pata de ganso
La pata de ganso constituye la confluencia de los tendones de tres músculos localizados en la rodilla (sartorio, grácil y semitendinoso).
La tendinitis de la pata de ganso consiste en la inflamación del tendón de inserción de dichos tres músculos.
Suele ser frecuente en, concretamente, las personas mayores que sufren sobrepeso o artritis de rodilla.
Otras tendinitis frecuentes son las lesiones que se producen en los tendones del codo, del pie, del brazo y del tobillo. Todas ellas manifestarán los mismos síntomas que las anteriores y si importante es el tratamiento de esta afección, fundamental es también su prevención.
Prevención de la tendinitis en nuestros mayores
Si la tendinitis no se cura bien, se pueden producir problemas a largo plazo de tanta gravedad como la ruptura final del tendón.
Antes de que se produzca, podemos seguir una serie de pautas para prevenirla. Los especialistas médicos resumen estas recomendaciones en:
- Realizar actividades físicas siempre controladas y de una intensidad proporcional al estado físico y de salud de la persona mayor que las realiza.
- Ejercitar, de manera rutinaria, todos los grupos musculares para, así, mantener la flexibilidad y fortaleza de los huesos y músculos.
- Mantener una buena hidratación. El consumo de agua diario recomendado para una persona anciana es de entre 1,5 y 2L de agua al día para evitar que sufra una deshidratación.
- Mantener una adecuada dieta. Es importante que nuestros mayores tomen todos los nutrientes necesarios para desarrollar su día a día.
2 Responses
Tras una operacion de protesis de la rodilla mi madre sufre una infeccion atacando agresivamente el tendon, el cual le extirpan.
Ahora esta en posoperatorio, que nos pueden plantear para que mi madre pueda volver a andar?
Tiene 80 años
Hola, Silvia. Cada caso y cada persona es único. Estas cuestiones debes consultarlas con el equipo médico que está llevando el caso de tu madre. Ellos sabrán orientaros 🙂