La cantidad de trastornos neurológicos que condicionan el día a día de las personas de edad avanzada, de causa desconocida y en momentos cruciales de la vida como el descanso, es muy amplia.
El síndrome de las piernas inquietas es un buen ejemplo de ello, y a continuación se profundizará en los síntomas, las causas y las estrategias más efectivas para aliviar este trastorno que, aunque a menudo pasa desapercibido, puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de las personas mayores.
Definición del síndrome de las piernas inquietas
El Síndrome de Piernas Inquietas (también conocido como enfermedad de Willis-Ekbom) es un trastorno de origen neurológico, en el que se producen unas sensaciones molestas en las extremidades (sobre todo en las piernas) durante el reposo, por ejemplo, al permanecer sentado o acostado.
Estas molestias ocasionan necesidad de levantarse, caminar y moverse.
El trastorno aparece con cierta severidad en un 5-12 % de la población, y afecta tanto a hombres como a mujeres. Para lograr aliviar las molestias que ocasiona, el movimiento es la solución.
Este malestar puede surgir en forma de hormigueo, quemazón, o tensión en los músculos inferiores de las piernas. A pesar de ello, también puede ocurrir en otras zonas, como los brazos.
Suele durar aproximadamente una hora, y es más frecuente durante la noche o tras largos periodos de inactividad muscular, como estar sentado o tumbado largos periodos de tiempo.
Esto puede llegar a causar problemas a largo plazo en la calidad de vida de la persona mayor. Puede ocasiones insomnio, ansiedad o depresión, confusión o desorientación.
¿El síndrome de las piernas inquietas tiene cura?
Según el medio de referencia National Institutes of Health (NIH), actualmente no existe cura para esta afección. Sin embargo, hay cambios en el estilo de vida o tratamientos con o sin medicamentos que pueden aliviar los síntomas y ayudar a la persona afectada a dormir mejor, a pesar de que esta condición dure toda la vida.
¿Se puede tener grado de discapacidad por tener el síndrome de las piernas inquietas?
El síndrome de piernas inquietas afecta a cada persona de forma diferente. En el caso de los casos leves, es posible que no afecte en absoluto a su vida. Sin embargo, si padece un caso grave de síndrome de piernas inquietas, es posible que le resulte imposible trabajar.
Es por ello que si una persona padece este síndrome, a largo plazo, puede llegar a ser beneficiaria de incapacidad laboral ya que los afectados de forma severa solo pueden dormir entre 3 y 4 horas, circunstancia que hace difícil concentrarse y estar despejado durante el día.
Por tanto, sí es posible tener un grado de discapacidad por el síndrome de las piernas inquietas, aunque la situación puede variar según la gravedad de los síntomas y cómo estos afectan la vida diaria de la persona.
¿Qué causa el síndrome de las piernas inquietas?
A pesar de que se sospecha que la causa del síndrome de las piernas inquietas puede estar en un trastorno del metabolismo nervioso, no se conoce con exactitud la causa principal que lo motiva, pero pueden influir, según los expertos sanitarios, factores genéticos y otras enfermedades como la diabetes, la anemia, esclerosis múltiple o párkinson.
El hormigueo en piernas puede estar motivado por este síndrome.
El síntoma principal asociado a este Síndrome es la necesidad prácticamente incontrolada de mover las piernas debido a las molestias que aparecen en estas, en los pies y, a veces, en los brazos.
Estos son otros de los síntomas asociados:
- Sensación desagradable en las extremidades inferiores con: cosquilleo, hormigueo, picazón, entre otros.
- Movimiento involuntario de las piernas.
- Dificultad para conciliar el sueño.
¿Cómo dormir con el síndrome de las piernas inquietas?
Con estos síntomas y sabiendo que es una afección que generalmente sucede en reposo, dormir con el síndrome de las piernas inquietas en ocasiones resulta complicado.
De hecho, según un estudio de la Asociación Española de Síndrome de Piernas Inquietas, alrededor del 80% de las personas con esta patología realiza movimientos de piernas durante la noche con una frecuencia de 20 a 30 segundos.
Por ello, estas son algunas recomendaciones para poder dormir con cierta calidad en el sueño:
- Evitar cafeína, teína, alcohol o tabaco, especialmente, de 4 a 6 horas antes de acostarse.
- Pasar tiempo al aire libre: sobre todo en las últimas horas de la tarde dados los beneficios que aporta la vitamina D del sol.
- Estilo de vida activo: sus síntomas suelen darse en reposo, por lo que fortalecer los músculos con ejercicios de estimulación puede ser un gran aliado para controlar esta afección a la hora de dormir.
- Evitar cenas copiosas y mantenerse hidratado, pero no en exceso para evitar las recurrentes ganas de orinar durante la noche.
- Rutina e higiene del sueño: mantener horarios regulares para ir a dormir y evitar estímulos antes de acostarse y mientras se intenta conciliar el sueño.
- Actividades relajantes y meditación: ejercicios de respiración, yoga, meditaciones guiadas o incluso un baño de agua tibia pueden ayudar a dormir.
¿Cómo aliviar el síndrome de las piernas inquietas? Consejos para cuidadores
A pesar de que ya se ha comentado que el síndrome de las piernas inquitas no tiene cura, sí que existen una serie de herramientas que permiten minimizar las molestias y mejorar la calidad de vida de la persona que lo sufre.
- Disminuir el estrés: el estrés y la ansiedad pueden empeorar los síntomas, por lo que emplear técnicas de relajación o incluso meditación, puede ayudar a mejorar notablemente.
- Evitar alimentos que puedan ser perjudiciales, como el té o el café, el alcohol o el tabaco, anteriormente mencionados.
- Masajear las piernas: con el objetivo de relajar la zona y descargar los músculos, es una recomendación a tener en cuenta.
- Intentar no hacer más esfuerzos físicos ni mentales de los necesarios por la tarde y a primeras horas de la noche, porque el estrés favorece la aparición de los síntomas.
- Otra recomendación es mejorar la circulación sanguínea mediante duchas alternas de agua fría y caliente, baños, masajes y envolturas calientes o frías.
- Preparar con un nutricionista una dieta rica en hierro, ya que la deficiencia en este elemento puede ser una de las causas de esta afección. Una dieta más rica en legumbres, semillas de sésamo, frutos secos y verduras, especialmente las coles.
- Realizar ejercicios de estiramiento en la zona afectada.
- Consultar con un médico, que podrá revisar la medicación, apostar por un tratamiento con hierro o valorar otro tipo de tratamientos en función de cada caso.
Síndrome de piernas inquietas: un problema añadido en la tercera edad
El síndrome de las piernas inquietas es una enfermedad aún estigmatizada. Quien lo padece se enfrenta habitualmente a la falta de credibilidad de quienes le rodean. Es por ello que resulta de vital importancia que la cuidadora encargada de la persona que lo sufre sepa gestionar esta situación a nivel empático.
La dificultad para explicar los síntomas dificulta aún más esta sensación de incomprensión. Este motivo, unido a la falta de sueño prolongada, hace que las personas con este problema tengan más probabilidades de padecer depresión, ansiedad o problemas emocionales que pueden afectar a su vida familiar y social.
Asimismo, las personas mayores sufren más frecuentemente dolor crónico y esta afección puede llegar a provocarlo. Este dolor, unido a los demás síntomas en las extremidades inferiores, suele desencadenar problemas para dormir y que el descanso no sea de calidad o sea insuficiente, lo que produce problemas no solo físicos como la fatiga y la somnolencia, sino también problemas emocionales o psicológicos que, al fin y al cabo, merman el bienestar y la calidad de vida del anciano.