A pesar de que existen multitud de trastornos neurológicos, poca gente ha oído hablar del síndrome de la persona rígida, y conviene saber qué es para adaptar los cuidados pertinentes si se tiene a una persona a cargo.
¿Qué es el síndrome de la persona rígida?
El síndrome de persona rígida es un trastorno neurológico y autoinmune que puede causar espasmos musculares insoportables y rigidez. El síndrome de la persona rígida (SPR), también conocido como síndrome de la persona rígida, es una enfermedad neurológica rara pero devastadora. Afecta tanto a hombres como a mujeres, y aunque puede manifestarse en cualquier etapa de la vida, suele diagnosticarse con mayor frecuencia en adultos cercanos a los 60 años y con más edad.
Se cree que este raro trastorno neurológico y autoinmune afecta sólo a una o dos personas de cada millón, dos tercios de ellas mujeres.
Es poco común, y los músculos del tronco y las extremidades suelen verse más afectados, lo que puede llevar a dificultades en la movilidad y la postura. Estos síntomas pueden empeorar con el tiempo, afectando significativamente la calidad de vida.
Causas del síndrome de la persona rígida
De acuerdo con el portal de salud National Institutes of Health, no está claro qué causa exactamente el síndrome de la persona rígida. No se ha investigado tanto como otras afecciones autoinmunes, como la esclerosis múltiple, que también puede causar espasmos musculares y rigidez. Pero los científicos saben que está relacionado con un mal funcionamiento del sistema inmunitario.
¿El síndrome de la persona rígida es hereditario?
Según el mismo medio, National Institutes of Health, la mayoría de los casos parecen ocurrir de manera aislada, pero se han reportado múltiples casos en la misma familia. No se han identificado cambios genéticos específicos (mutaciones) que causen el síndrome de persona rígida, pero se piensa que la genética en combinación con otros factores puede jugar un papel en la aparición del síndrome de la persona rígida, como es el caso de muchas otras enfermedades autoinmunes.
Síntomas del síndrome de la persona rígida
Una de las particularidades de esta enfermedad es la gran variedad de síntomas que presenta, así como en la zona del cuerpo en la que se manifiesta. Es por ello que es difícil de diagnosticar para los profesionales de la salud.
Lo más habitual es que las personas experimenten espasmos y rigidez en la espalda, los hombros y el cuello, y en algunos casos son tan intensos que se ven obligados a permanecer en cama, o incluso hospitalizados.
Además, los síntomas también pueden manifestarse internamente. Algunas personas pueden arrastrar las palabras o tener dificultades para hablar.
Estos son, en general, los síntomas más habituales:
- Rigidez muscular: a menudo comienza en el tronco y abdomen, y puede extenderse a las piernas y otras áreas.
- Espasmos musculares dolorosos: estos pueden ser desencadenados por estímulos externos como el ruido, el tacto, o el estrés emocional.
- Postura anormal: la rigidez puede causar una postura encorvada o rígida.
- Dificultad para caminar y moverse: la rigidez y los espasmos pueden dificultar la movilidad y el equilibrio.
¿Cuál es la esperanza de vida si se sufre el síndrome de persona rígida?
El síndrome de la persona rígida en sí no es mortal, pero puede ser debilitante, y las complicaciones de la enfermedad pueden conducir a una esperanza de vida más corta. Por ello, aunque también afecte a personas de otras edades, en el caso de personas mayores o en situación de dependencia, conviene extremar los cuidados ya que esta condición, junto a otras patologías que pueda llegar a padecer, pueden complicar seriamente su calidad de vida.
¿Tiene cura el síndrome de la persona rígida?
Este trastorno neurológico no tiene cura, pero sí puede tratarse para aliviar los síntomas. De hecho, aún se desconoce, las causas exactas y su investigación futura.
En cuanto a su investigación, se están explorando factores genéticos que podrían predisponer a una persona a desarrollar SPR. Esto podría abrir la puerta a terapias genéticas o a tratamientos personalizados en el futuro.
Por otro lado se encuentran las terapias biológicas, pues se están investigando nuevos medicamentos inmunomoduladores y terapias biológicas que podrían ofrecer un mejor control de los síntomas o incluso modificar el curso de la enfermedad. Por ejemplo, estudios con rituximab han mostrado resultados prometedores en algunos pacientes.
Y se están estudiando tratamientos con células T reguladoras y otras formas avanzadas de inmunoterapia para reprogramar el sistema inmunológico y evitar que ataque las células productoras de GABA, que es el principal neurotransmisor inhibitorio en el sistema nervioso central.
Es importante destacar que todavía se está en las etapas de investigación temprana y clínica, y puede pasar tiempo antes de que se desarrollen tratamientos más definitivos o una cura.
A pesar de ser una enfermedad desconocida hasta la fecha, se puede disfrutar de calidad de vida, siempre y cuando se acompañe de una serie de buenos hábitos en la salud. Los analgésicos, los ansiolíticos y los relajantes musculares pueden formar parte del tratamiento de esta enfermedad.