Un estudio de la Universidad de Copenhague desvela que el edadismo hace que los trabajadores se planteen una jubilación prematura al no sentirse productivos
Desmotivados, desganados, resignados, o improductivos, entre otros, son algunos de los estereotipos más habituales ligados a los empleados de edad avanzada. Estereotipos erróneos que una investigación ha tratado.
Actualmente, todavía existen muchos conceptos equivocado ligados al edadismo, o discriminación por edad. Hasta tal punto que un estudio danés ha demostrado que las personas mayores de 55 años temen por su posición en su puesto de trabajo a ojos de sus compañeros y esto puede propiciar una jubilación adelantada.
Aunque los estereotipos suelen ser infundados, influyen en cómo los empleados de alto nivel se perciben a sí mismos y su estatus en el lugar de trabajo. Y, por lo tanto, se convierten en un factor clave en las decisiones de jubilación de muchos empleados sénior, concluyen investigadores de la Universidad de Copenhague en un nuevo estudio publicado en PLOS ONE.
El estudio trata el síndrome del desgaste
Según este estudio danés, muchos de los empleados analizados parecen internalizar los estereotipos que circulan alrededor del mercado laboral sobre las personas mayores, o profesionales séniors.
Esta investigación se detiene en la incertidumbre que sienten los empleados séniors sobre su estado como ‘el síndrome del desgaste’, que es similar al conocido síndrome del impostor que se asocia con un sentimiento de insuficiencia. Pero hay una diferencia importante: los empleados séniors que hemos entrevistado confían en sus propias habilidades, y sus compañeros son, en su mayoría, positivos sobre su contribución”, dice el autor y profesor asociado Aske Juul Lassen de la Universidad de Copenhague.
Este síndrome del desgaste no tiene nada que ver con lo que otros compañeros de profesión o trabajo piensan sobre un empleado de edad avanzada, sino más bien lo que el trabajador cree que piensan sobre él: es decir, está íntimamente ligado a una percepción personal que ellos mismos alimentan.
Los hallazgos del estudio se basan en trabajo de campo etnográfico en pequeñas y medianas empresas en las industrias de finanzas y producción en Dinamarca, donde Aske Juul Lassen y otros investigadores entrevistaron a 92 trabajadores sénior, gerentes, representantes sindicales y personal de recursos humanos en ocho empresas diferentes.
A todo esto se le suma una incertidumbre ante el futuro laboral, lo cual conduce, en muchas ocasiones, a tomar decisiones precipitadas como una jubilación adelantada.
Los resultados: más dudas sobre el deterioro cognitivo en función del sector laboral
Durante el período de investigación, de varios meses, los examinadores percibieron una marcada diferencia en las actitudes hacia los empleados mayores y el declive en las industrias financieras y productivas, respectivamente. El miedo al declive es, por tanto, más evidente en la industria financiera que en la industria productiva,
Pero esto no significa que los temas del declive y la disminución de la productividad estén ausentes de la industria productiva. Si no más bien todo lo contrario. En palabras de una estudiante de doctorado que colaboró en este proceso, en la industria de la producción, “existe una evidencia sobre el desgaste que generalmente se equipara con el declive físico. Este tipo de declive ha sido parte integrante de la conversación pública y política durante más de 100 años, y ha dado lugar a una gran cantidad de nuevos planes y políticas de pensiones. El cuerpo desgastado es, en otras palabras, una cuestión de preocupación colectiva y política, mientras que la mente desgastada se presenta como un problema individual”.
¿Cómo combatir los estereotipos sobre el síndrome del desgaste?
Para combatir esta problemática, tanto empleados de edad avanzada como gerentes de empresas y compañeros deben ser capaces de encontrar vías de trabajo para discutir abiertamente esta incertidumbre.
El síndrome del agotamiento o desgaste se presenta tres formas diferentes: como miedo a estar ya desgastado, como miedo a ser percibido como desgastado por compañeros y gerentes, y como miedo a desgastarse en el futuro.
Además, es muy importante la comunicación entre empleados y cargos directivos para buscar objetivos en común y la participación en proyectos que involucren a personas de todas las edades dentro de una misma organización.
Asimismo, los empleados séniors deben entender este envejecimiento como una etapa más de la vida. Y es que, en los tiempos actuales, los procesos dentro de una institución están digitalizados, en muchos casos. Por lo que es responsabilidad del conjunto de la empresa acercar las nuevas tecnologías a este colectivo, acostumbrado históricamente a otros tiempos de trabajo, así como a otros métodos.