Dentro de los cuidados de la enfermería o domiciliarios conviene saber que existen posiciones específicas para cada situación, ya que es fundamental realizar una correcta movilización de pacientes para evitar posibles lesiones. Como es el caso de la Posición de Roser, muy útil para personas mayores o con dependencia que se encuentren en muchas ocasiones encamadas. Se trata de una de las posturas anatómicas recomendadas para personas con movilidad reducida, como la posición Fowler, o la posición Trendelenburg.
El bienestar de un paciente encamado debe ser prioridad para familiares y cuidadores. Existen diversas posiciones anatómicas que pueden aumentan el confort en el adulto mayor, pacientes con lesiones o patologías que requieran reposo absoluto a través de prácticas terapéuticas que garanticen la comodidad del enfermo.
Contemplar los cambios de postura será una excelente medida de prevención de lesiones en la piel, escaras y úlceras por presión. Todas las posiciones que se ejecuten en la cama deberán facilitar al cuidador labores como asear, alimentar, distraer, curar y manejar cada práctica que el paciente requiera.
¿Qué es la Posición de Roser o Proetz?
La Posición de Roser, también conocida como ‘Posición de Proetz’ se refiere a una posición corporal específica que se utiliza en el manejo de pacientes con lesiones en la médula espinal, particularmente cuando se sospecha una lesión cervical. Esta posición se utiliza para mantener la alineación adecuada de la columna cervical y minimizar el riesgo de lesiones adicionales en la médula espinal durante la atención inicial de emergencia.
El objetivo de la posición de Roser es mantener el cuello en hiperextensión.
La posición de Roser o Proetz implica colocar al paciente en una posición supina (boca arriba) y mantener la cabeza, el cuello y la columna vertebral en una alineación neutra. Esto significa que se deben evitar movimientos bruscos del cuello y la cabeza para prevenir el empeoramiento de posibles lesiones espinales.
¿Cuándo usar la posición de Roser?
Como cuidadores, incluso expertos médicos, será conveniente usar la posición de Roser en los siguientes casos:
- Evitar que la persona encamada aspire sangre o secreciones.
- Cuando se pretenda realizar exploraciones faríngeas, en el caso de que un experto sanitario lo vea pertinente.
- Si un médico especialista tiene que llevar a cabo una intubación traqueal.
- Si le tienen que realizar al paciente una intervención de bocio.
- Para lavar el pelo de los pacientes encamados.
Ventajas de la posición Roser
La posición Roser, también conocida como posición lateral de seguridad, ofrece diversas ventajas para el cuidado de personas mayores encamadas a tener en cuenta.
- Prevención de úlceras por presión, ya que, al reducir la presión constante sobre una sola área de la persona, se disminuye el riesgo de sufrir esta afección.
- Mejora la circulación en áreas que son más propensas a la creación de úlceras.
- Facilitación del drenaje Pulmonar: la posición lateral puede ayudar en el drenaje de secreciones pulmonares, lo cual es especialmente útil en pacientes con problemas respiratorios o acumulación de líquidos en los pulmones.
- Apertura de las vías aéreas: puede mejorar la oxigenación al permitir una expansión más efectiva de los pulmones.
- Alivio del dolor y mayor confort, pues, al cambiar de postura, se puede aliviar el dolor asociado con la inmovilidad prolongada y mejorar el confort general del paciente.
- Mejor acceso a zonas del cuerpo que requieren de una higiene más exhaustiva.
Implementar la posición Roser de manera regular y adecuada en el cuidado de personas mayores encamadas puede contribuir significativamente a mejorar su calidad de vida, previniendo complicaciones y promoviendo su bienestar general.
Pasos para llevar a cabo la posición de Roser
Conviene estar muy bien informados al respectos de las posiciones para las movilizaciones de personas encamadas, ya que son posturas que suelen realizar los expertos en sanidad.
Estos son los pasos que hay que seguir para llevar a cabo la posición de Roser de manera correcta:
- Lo primero que hay que hacer es colocar la cama en posición horizontal y asegurarse de que esté frenada y sin ningún obstáculo cerca.
- Seguidamente y, con cuidado, habrá que colocar al paciente en posición extendida con la cabeza fuera de la cama.
- Es necesario asegurarse de que las extremidades inferiores del paciente se encuentren extendidas y juntas.
- En cuanto a las extremidades superiores, deben estar paralelas al tronco.
- Para asegurar la comodidad del paciente, será conveniente colocar una almohada bajo sus hombros.
Los cuidadores deben recibir orientación y formación adecuada sobre cómo movilizar y manipular a las personas mayores de manera segura, especialmente si están encamadas o tienen problemas de movilidad. Sin embargo, la posición de Roser es más apropiada para situaciones de emergencia en las que se sospeche una lesión espinal y debe ser llevada a cabo por personal médico o de emergencia capacitado.
Una recomendación importante es colocar en la cabeza un reposacabezas para evitar la tumefacción (hinchazón en alguna parte del cuerpo).
Del mismo modo, se recomienda mantener apoyada la zona lumbar para evitar las contracturas, sobre todo si la persona encamada ha sufrido una operación previa reciente.
Incluso se aconseja proteger los tales para evitar el equino, una deformidad en el pie.
Consideraciones finales sobre la posición de Proetz
Expertos en enfermería apuntan que hay que comprobar los siguientes puntos:
- Que no se obstaculice la respiración o circulación.
- Que no se ejerza ninguna presión ni tracción sobre ningún nervio.
- Que se reduzca al máximo la presión sobre la piel.
Los cambios posturales son las modificaciones realizadas en la postura corporal de una persona que se encuentra encamada. Son maniobras que, en caso de tener a cargo a una persona con dependencia en el hogar, serán necesarias realizar en más de una ocasión. En este caso, la posición de Roser o Proetz debe llevarse a cabo con suma delicadeza y cuidado. Se trata de una de las posiciones en decúbito supino más utilizadas para lavar la cabeza al paciente, cuando este no tiene movilidad, o para una posterior operación del aparato respiratorio, puesto que evita que se acumule mucosidad. Es imprescindible controlar de forma continua el riego sanguíneo hacia el cerebro y prevenir el daño cervical.