Las pulgas, junto con las garrapatas, son los parásitos más abundantes cuando las temperaturas aumentan. La presencia de picaduras de pulgas en verano se intensifica, por lo que hay que tomar medidas para prevenir la acción de estos insectos, sobre todo en colectivos más vulnerables, como puedan ser las personas mayores, que pueden llegar a presentar petequias en la piel como consecuencia de estas picaduras.
Las condiciones medioambientales son un factor clave a la hora de determinar la presencia de pulgas, su tamaño y su distribución geográfica. El clima influye en el ciclo biológico completo de la pulga y el motivo por el cual está presente en unas épocas del año y no en otras.
Su desarrollo depende de los valores de temperatura y humedad que vienen determinados por la estación del año y zona geográfica. La situación óptima para el desarrollo de la pulga oscila en un nivel de humedad relativa en torno el 75 y 92%, y una temperatura en torno los 27 y 32ºC.
¿Qué son las pulgas?
Las pulgas son pequeños insectos de unos 2 milímetros de tamaño (no más grandes que la punta de un bolígrafo) de color marrón claro a negro y con un caparazón duro, resistente a altas presiones, incluso a la ejercida por los dedos. Tienen pequeñas garras en los extremos de las patas que les permiten anclarse a personas o animales. No tienen alas, por lo que se mueven saltando de un lado a otro. Son muy ágiles y pueden dar brincos de hasta 20 centímetros.
A pesar de habitar en animales como perros, gatos, ratones o conejos, también pueden hacerlo en los humanos. Las pulgas se alimentan de la sangre de estos seres vivos y, en el caso de los animales, pueden causar incluso anemia.
¿Cuáles son los síntomas de las picaduras de pulgas?
Las picaduras de pulgas tienen un aspecto bastante característico, formando unos diminutos puntos rojos en la piel donde han picado y con una reacción inflamatoria alrededor en forma de picadura, similar a la de un mosquito. La inflamación puede ser mayor o menor dependiendo de la reacción alérgica individual de cada uno. En general, es característico que aparezcan varias picaduras que suelen agruparse y estar alineadas.
Además, estos insectos suelen ejercer su influencia en las zonas de mayor riego sanguíneo, como puedan ser los tobillos o las partes inferiores de las piernas.
Las picaduras de pulgas solo ocasionan una leve molestia y necesidad de rascado a sus víctimas, aunque puede darse el caso de reacciones alérgicas.
Además, en los casos más extremos pueden llegar a transmitir enfermedades como el tifus o la peste bubónica, que se transmite entre ratas y humanos por pulgas de rata.
¿Cómo se tratan las picaduras de pulgas?
Las picaduras de pulgas no requieren en general ningún tratamiento específico.
El picor, también conocido como prurito, ocasionado por la picadura, puede aliviarse con cremas que contengan antihistamínicos o corticoides tópicos. Aplicar hielo (no en contacto directo con la piel) o cremas con aloe vera puede aliviar los síntomas. Los antihistamínicos orales pueden ser necesarios si el picor es muy intolerable.
Es importante evitar el rascado, dado que produce mayor picor y además puede ser la causa de que se sobreinfecten las picaduras por alguna bacteria.
Si alguna picadura se aprecia más roja, con supuración o dolorosa, o bien se acompaña de fiebre, malestar general y otros síntomas, es aconsejable consultar a un médico por si requiere un tratamiento específico.
¿Cómo curar picaduras de pulgas en casa?
Las pulgas suelen habitar también en muchos elementos cotidianos del hogar. Por ejemplo, una alfombra, un armario o cualquier otro lugar oscuro y en ambiente seco de la casa. Es por ello que, especialmente si se convive con personas mayores, hay que tener en consideración una serie de precauciones para eliminar las pulgas en casa.
La primera recomendación para eliminar las pulgas de casa es pasar la aspiradora por todos los rincones, incluyendo alfombras y lugares húmedos, oscuros y cerrados.
Del mismo modo, es aconsejable lavar, mínimo a 60 ºC, las fundas de los sofás, ropa de cama, y ropa personal, especialmente si ya se ha pasado por un episodio de pulgas anteriormente.
Es posible que sea necesario el uso de insecticidas específicos para estos insectos. Además, se recomienda rociar los rincones más difíciles del hogar con agua, aceite de oliva y lavanda.
Las velas son un potente elemento que ayuda a atraer a las pulgas hacia un recipiente con agua y detergente, que las eliminará.
Otra opción complementaria consiste en utilizar plantas repelentes como la manzanilla o la lavanda, pues las pulgas son sensibles a algunos de los componentes que se desprenden en su aroma.
¿Existen remedios caseros para la picadura de pulgas en humanos?
A pesar de que existen consecuencias graves en el peor de los casos ante una picadura de pulga en humanos, existe tratamientos naturales para controlar la irritación de la piel y evitar molestias o complicaciones.
El primero y más conocido de todos es el bicarbonato de sodio. La aplicación tópica de bicarbonato de sodio podría servir para calmar los síntomas causados por la picadura de pulgas. En efecto, suele recomendarse para disminuir la comezón causada por picaduras de mosquitos. Por esto, podría ser una buena idea utilizarlo de la siguiente manera, siempre y cuando el médico lo apruebe.
Suele recomendarse para reducir la picazón en aquellas personas que padecen prurito urémico, o tratar los síntomas de la picadura de medusas. Hay que recordar que siempre ha de tener la autorización del médico.
El aceite de lavanda también se suele usar para este tipo de casos gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antisépticas. Aunque también hay que tener en cuenta que puede producir dermatitis, sobre todo si se trata de pieles sensibles, por lo que la recomendación desde Aiudo es realizarse una prueba de alergia previamente.
Por otra parte, el hielo en sí mismo es rápido y efectivo para controlar las picaduras causadas por esta clase de insecto.
El hielo produce vasoconstricción en la zona de la picadura y permite reducir la inflamación.
En este sentido, puede ser un buen remedio para utilizar en el primer momento de la picadura. Aun así, no es conveniente aplicar el hielo de forma directa sobre la piel, porque podría ocasionar quemaduras.
Incluso la miel ha demostrado tener propiedades antiinflamatorias. De allí que se utilice de forma tradicional para las afecciones inflamatorias de la piel y para aliviar síntomas como la picazón, según indica una revisión de Applied Sciences.
La avena, el té verde o el aloe vera también son componentes eficaces para reducir la inflación por picadura de pulgas. Este insecto suele proliferar en épocas de mayor exposición y su picadura suele ser muy incómoda. Es conveniente proteger a gente de todas las edades, pero sobre todo personas mayores que pueden tener un sistema inmunitario algo más debilitado.