España se enfrenta a un fenómeno demográfico sin precedentes: el envejecimiento extremo de su población. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), más del 20% de los españoles tiene 65 años o más, y la proporción seguirá creciendo en las próximas décadas hasta el punto de convertirse en 2050, según Naciones Unidas, en el país más envejecido de la tierra con una tasa del 40% de mayores de 60 años.
Nuestro país es un caso extremo dentro de un fenómeno europeo más amplio, especialmente en provincias rurales como Ourense o Zamora, donde la combinación de baja natalidad y migración juvenil acelera el envejecimiento.
Este cambio estructural plantea retos económicos, sociales y sanitarios que requieren medidas urgentes, coordinadas y un proceso de adaptación que, en algunas provincias española como Ourense o Zamora, ya se están llevando a cabo.
Un panorama preocupante
Provincias como Zamora, Ourense, León y Asturias encabezan el ranking de envejecimiento, con índices que superan el 300%, es decir, hay más de tres personas mayores de 64 años por cada menor de 16. La edad media en Ourense, por ejemplo, ha alcanzado 51 años, mientras que Zamora se sitúa en torno a los 52 años, cifras que convierten a estas provincias en referentes del envejecimiento poblacional en Europa.
En el conjunto del país, la población mayor de 80 años supera ya el 6%, y se espera que en 2050 este porcentaje se duplique. Este fenómeno no solo afecta a España; Europa en general enfrenta tendencias similares, aunque con diferencias regionales significativas: los países del sur y este del continente presentan un envejecimiento más acelerado.
Este desafío compartido por muchas regiones de Europa, tiene múltiples implicaciones que, en el caso de España se concentran en:
-
Sanidad y cuidados: aumento de la demanda de hospitales, residencias y atención domiciliaria.
-
Economía y pensiones: presión sobre el sistema de pensiones y necesidad de políticas para incentivar la participación laboral de personas mayores y jóvenes.
-
Ruralidad y despoblación: en provincias envejecidas, la emigración de jóvenes acentúa la pérdida de población activa y dinamismo económico.
-
Vivienda y accesibilidad: adaptar hogares y espacios públicos a personas con movilidad reducida y necesidades especiales.
Ourense, envejecimiento activo y termalismo como estrategia
Algunos territorios de España, como Ourense, han comenzado a apostar por el envejecimiento activo. El termalismo, por ejemplo, se ha reconvertido en un recurso de bienestar y salud para personas mayores, combinando tradición con terapias preventivas.
Además, están lanzando programas de ejercicio físico, cultura y participación social buscan mantener a los mayores activos y autónomos, reduciendo los efectos del aislamiento y la dependencia.
En este sentido, el alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, resume el reto de esta manera: “estamos ante un desafío histórico. Debemos adaptar nuestra ciudad a la realidad de una población envejecida, garantizando dignidad, autonomía y oportunidades para todos, mientras buscamos atraer y retener a los jóvenes.”
Por su parte, expertos en demografía advierten que sin políticas públicas coordinadas, España podría enfrentar en las próximas décadas un aumento de la dependencia económica y social, especialmente en áreas rurales.
Una Zamora de ‘Vida Activa’ y que ‘RenaturaliZA’
Zamora, la provincia más envejecida de España, está implementando diversas medidas para abordar el desafío del envejecimiento poblacional extremo. Con una población donde más del 32% tiene más de 65 años y el 12% supera los 80, la pirámide poblacional está profundamente invertida .
La Concejalía de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Zamora ha lanzado la iniciativa ‘Vida Activa’, un programa dirigido a mayores de 65 años que busca mejorar la memoria, fomentar hábitos de vida saludables y promover la participación social. En la edición de 2024, se ofrecieron 280 plazas, priorizando a personas en situación de vulnerabilidad social y aquellas que no habían participado anteriormente.
Asimismo, el consistorio local Ayuntamiento está trabajando en la adaptación de viviendas y espacios públicos para garantizar la accesibilidad y seguridad de las personas mayores. Esto incluye la instalación de ascensores, rampas y la mejora de la iluminación en zonas comunes. Además, se están promoviendo viviendas adaptadas a las necesidades de las personas mayores, facilitando su permanencia en su entorno habitual.
Infraestructura verde y calidad de vida
Por otra parte, el proyecto ‘RenaturaliZA’, impulsado por el Ayuntamiento con apoyo de la Universidad de Salamanca, busca renaturalizar la ciudad y promover los beneficios de una infraestructura verde. Con un presupuesto de 3,7 millones de euros, se planea renaturalizar 16 hectáreas y 7 kilómetros de vías, plantar 400 árboles y colocar 150 cajas nido para diversas especies. Este proyecto no solo mejora el entorno urbano, sino que también contribuye al bienestar de la población mayor.
Ávila, León y Burgos: la fuerza laboral más envejecida
Las provincias castellano leonessas de Ávila, León y Burgos son actualmente las que tienen una media de más alta de población ocupada con un 29%, 28% y 27% de población ocupada mayor de 55 años, respectivamente.
Frente a este desafío de falta de relevo generacional en Ávila se están llevando a cabo programas mixtos de formación digital; Burgos está promoviendo la creación de equipos intergeneracionales en las empresas para impulsar el traspaso de experiencia entre trabajadores, además de sensibilizar contra el edadismo y fomentar la comodidad laboral.
Por su parte, en León la población reivindicó recientemente en una manifestación de más de 20000 personas un mayor autogobierno como herramienta para combatir el envejecimiento, potenciar la economía local y retener talento.