Cuidadoras internas en tiempos de COVID

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La pandemia de la Covid -19 ha demostrado más que nunca la importancia de atender a nuestros mayores con cuidadoras internas.

La angustiosa realidad que se sigue viviendo durante los tiempos de la Covid-19, a pesar de que ya se ha empezado a vacunar a las personas mayores, nos ha hecho comprender más todavía la atención permanente que nuestros ancianos deben tener, debido al peligro que esta enfermedad representa para ellos.

Hay que recordar que a finales de marzo, mientras que en las edades más jóvenes la letalidad del coronavirus no alcanzaba el 1%, en las franjas de edad más avanzada llegaba al 18%.

Por ello, las personas mayores son las que más cuidados médicos precisan, ya que el 25% de las personas contagiadas de más de 70 años han necesitado atención hospitalaria en los momentos más duros de la pandemia.

De hecho, la suerte de cada persona mayor ha distado mucho según dónde se haya encontrado. Es el ejemplo de las residencias, donde la situación que se ha vivido ha sido trágica. Por ello, las personas mayores en residencias han sido las primeras en recibir la vacuna del coronavirus desde enero de 2021.

El 25% de las personas contagiadas de más de 70 años han necesitado atención hospitalaria

En el domicilio, la realidad ha sido también complicada por el temor al contagio de nuestros mayores. Pero gracias al trabajo de las cuidadoras, las familias tienen la tranquilidad de que su familiar está recibiendo los cuidados que en estos difíciles momentos requiere.

Por ello, hoy queremos destacar las virtudes de la gran labor que en el hogar las cuidadoras están llevando a cabo.

Cuidado personalizado

Las necesidades de cada persona mayor son muy diferentes y dependen no solo de los tipos de patología que tenga, sino de la propia persona. Una de las principales labores y, a su vez, virtudes de la cuidadora es que detecta estas necesidades específicas y adapta sus cuidados a ellas.

Ejemplo de ello son estos días en los que muchas personas mayores que necesitan cuidados como pasear para no perder movilidad, no pueden salir de su hogar. La cuidadora adapta su rutina a esta circunstancia repentina y duradera y prepara actividades sustitutivas que pueda realizar en el propio domicilio y que le generen el mismo beneficio.

Vínculo cuidador – persona mayor

Esta atención individualizada crea algo que solo este tipo de servicio puede construir: un vínculo afectivo entre la cuidadora y la persona mayor.

Gracias a este fuerte vínculo, nuestro familiar observará a la cuidadora como la figura en la que confiar y con la que poder desarrollar toda su autonomía.

Por ello, en este momento de angustia, la cuidadora será un pilar fundamental para que su estado de ánimo no decaiga y afronte estos días de forma positiva, manteniendo la tranquilidad de que todo a su alrededor está controlado.

Permanecer en el hogar

Despertarse en su propia habitación, caminar por su pasillo, asomarse a la ventana y contemplar las calles por las que siempre ha paseado, será la mejor medicina frente al estrés que tras su casa la sociedad está padeciendo.

Su propio hogar es el lugar en el que nuestro familiar más seguro se va a sentir para afrontar los difíciles días que quedan por delante.

Tranquilidad y comunicación

El saber que hay una persona dedicada íntegramente al cuidado de tu familiar proporciona a la familia una gran tranquilidad y seguridad que con otros servicios no tendrían.

Este tipo de cuidados permite una comunicación directa e inmediata entre la familia y la cuidadora, algo que es esencial para evitar la inquietud y la preocupación familiar constante ante la duda de cómo su familiar se encontrará en este momento.

Gracias a esta comunicación permanente, las visitas que ya no podemos realizar a nuestro familiar pueden ser sustituidas por videollamadas con las que pasemos largos ratos charlando y que hagan el transcurso del día más fácil para todos.

cuidadora con mascarilla

Recibir atención especializada

Los cuidadores que en Aiudo seleccionamos son cuidadores profesionales. De forma que cuando el paciente requiere unos cuidados muy especializados por el tipo de patología que padece, seleccionamos a las cuidadoras en base a su especialización en atender este tipo de dolencias.

Gracias a este valioso conocimiento y a una dilatada experiencia en el cuidado de personas mayores, la cuidadora conoce a la perfección qué necesita nuestro familiar en cada etapa de la enfermedad.

Por ello, si en estas semanas, nuestro familiar no puede acudir a sus clases de rehabilitación o asistir a las visitas médicas programas, la cuidadora posee la capacidad y los conocimientos para atender vía telefónica las instrucciones médicas y aplicarlas en el hogar.

La sensación de abandono desaparece

Una de los sentimientos más dolorosos cuando poseemos a un familiar ingresado en una residencia es la duda de si se sentirá abandonado.

En este momento, esa sensación de abandono puede agudizarse al no permitir la comunicación con los familiares y no entender bien qué es lo que está sucediendo a su alrededor.

Permanecer en su propio hogar elimina por completo este sentimiento desolador y evita cualquier fuerte alteración de su estado de ánimo, algo vital en una situación de este tipo.

Las dudas sobre la elección de la residencia

Sin duda, el primer paso más complicado tras la decisión de que la residencia es la opción elegida para el cuidado de nuestro familiar, es la elección de esta. Hay tan múltiples posibilidades y, cuando investigamos, tantas diversas opiniones sobre cada una, que es muy difícil conocer cómo nuestro familiar será atendido en ella.

En condiciones normales y, en la actualidad, más todavía, nos persigue la incertidumbre de si hemos escogido la residencia más adecuada y de si, llegado un momento tan difícil como el actual, tiene la capacidad de responder ante él.

Aiudo: servicio de selección gratuito por coronavirus

Sobre esto último, en Aiudo somos conscientes de la complicada y sobrecogedora situación que las residencias están viviendo estos días como consecuencia del coronavirus e imaginamos el dramático escenario en el que se encuentran residentes y empleados.

Por ello, seguimos ofreciendo en esta segunda ola nuestros servicios de forma gratuita a las familias con menos recursos para que sus familiares sean atendidos con total seguridad.

Este ofrecimiento gratuito de selección de cuidadoras internas lo hemos ampliado también a las familias de las tres principales ciudades de nuestro mercado (Madrid, Valencia y Sevilla) que necesiten los servicios de una cuidadora y no puedan costeárselo.

Nuestros mayores merecen hacer frente de una manera digna a esta complicada realidad que todos vivimos. Ningún familiar, ninguna persona mayor que observaba con tranquilidad sus días merece encontrarse, de repente, en una coyuntura insalvable y aterradora. Las virtudes de los cuidados en el hogar resaltan en estos difíciles momentos y nos demuestran, una vez más, la importancia de tener a nuestro lado a nuestros mayores.

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