Cuando una persona ha padecido un traumatismo craneal, así como un accidente cerebrovascular, alzhéimer o tumores, el cerebro en algunos pacientes impide que se procese la información de la misma forma que antes del daño cerebral que se ha sufrido. En este caso, conviene saber qué es la agnosia, uno de estos trastornos neurológicos que pueden llegar a dificultar la vida diaria de muchas personas.
En el momento en que una persona sea incapaz de identificar un objeto mediante un sentido o varios, se puede diagnosticar por un especialista médico un caso de agnosia. La misma no es, en sí, una enfermedad, sino un trastorno neurológico que afecta, principalmente, a muchos adultos mayores.
¿Qué es la agnosia?
La agnosia se produce cuando la persona pierde la capacidad de reconocer correctamente a personas, objetos, sonidos, imágenes e incluso sentimientos o emociones, en resumen, estímulos que llegan del exterior. Este problema cognitivo no una enfermedad, ya que su base es cerebral, no de los órganos.
Las personas con agnosia pueden ver perfectamente, pero no logran reconocer aquello que están viendo, puede ser desde un familiar cercano hasta un objeto de uso diario.
Este trastorno perjudica al lóbulo parietal, lóbulo temporal y al lóbulo occipital del cerebro, que son las regiones responsables de almacenar información sobre los propósitos y la relevancia de los elementos vinculados a la familia, lugares y sonidos. Estas áreas también facilitan la unión de la memoria con la percepción y el reconocimiento y produce un deterioro significativo para la vida del paciente, porque, por ejemplo, al ver una foto de su propia hija no la reconocerá.
¿Cuáles son los tipos de agnosias en personas mayores?
Cada tipo de afección cerebral puede causar diversas formas de agnosia, y puede afectar cualquier tipo de sentido. Lo más habitual, según los expertos neurólogos, es que afecte a uno solo, pero existe la posibilidad que afecte en conjunto. Todo dependerá, básicamente, de la zona cerebral afectada.
Agnosia visual
La agnosia visual es la dificultad para reconocer a través de la vista a personas, objetos, rostros, colores, o datos del espacio donde se encuentra diariamente. En este tipo de trastorno no existe una afección de los órganos sensoriales, y suele aparecer cuando se altera el funcionamiento del lóbulo occipital izquierdo del cerebro, o en cualquiera de los lóbulos temporales.
Se pueden dividir estas alteraciones visuales en dos categorías: la agnosia aperceptiva, que es la que genera problemas para categorizar los objetos, y la asociativa, que implican la incapacidad para nombrarlos.
Agnosia auditiva
En este caso, los problemas de reconocimiento están relacionados con los estímulos sonoros, y es cuando se habla de agnosia auditiva. Es decir, la persona no distingue ni reconoce los sonidos. Esta afectación puede llevar a la persona a no diferenciar entre el sonido de ambiente y la música o personas hablando. Por ejemplo, puede estar un gato maullando y perciben que es un bebé llorando.
Agnosia gustativa
Lo que sucede con la agnosia gustativa es que, a la hora de comer, la persona afectada siente cambios de gusto en la comida. Diversos estudios neurológicos han demostrado las personas que sufren algún tipo de demencia tienen problemas para identificar los sabores, a tal punto que algunos afirmaban que habían perdido la capacidad de recordar algunos los sabores, o que el dulce prevalecía sobre el salado.
Agnosia táctil
La agnosia táctil, también conocida como astereognoias, es la incapacidad para reconocer objetos a través del tacto, en función de algunos aspectos, como pueden ser la textura o el tamaño. También dificulta identificar el punto de contacto, la presión o dolor en el propio cuerpo.
Agnosia olfativa
La agnosia olfativa genera que la persona pierde la capacidad de percibir y reconocer los olores de manera adecuada. En estos casos, las personas tienen dificultad para identificar y distinguir los diferentes olores, incluso aquellos que antes eran familiares. El daño, en este caso, está en el área del cerebro responsable del procesamiento y la interpretación de las señales olfativas.
Síntomas de la agnosia
Los síntomas de este trastorno pueden variar dependiendo del tipo y la región del cerebro a la cual afecta. No obstante, los más frecuentes son:
- Dificultad para reconocer personas, lugares y objetos.
- Confusión e inseguridad a la hora de realizar actividades diarias, como cocinar o buscar algo en la casa.
- Problemas para reconocer y recordar palabras.
- Imposibilidad para reconocer canciones o sonidos musicales.
- Dificultad para reconocer y recordar el espacio y la orientación.
- Desorientación.
Estos síntomas se pueden presentar de forma aislada, según el tipo de agnosia, o de manera conjunta, lo que puede causar mayor angustia en la persona y dificultará su vida cotidiana. En esta alteración, el enfermo no se da cuenta del déficit que está padeciendo, por lo que se requerirá mayor atención y paciencia por parte de la cuidadora y familia.
Es por este motivo por lo que los cuidados de una persona que sufre agnosia cobran mayor importancia si cabe, ya que la cuidadora o, en su defecto, los familiares, tendrán que tener una gran paciencia y empatía a la hora de tratar de entender la realidad de las personas que sufren este trastorno neurológico.
Consejos para cuidar a una persona con agnosia
Los cuidadores son, en muchos casos, las personas que más lidian con afectados de agnosia en el día. Por ello, es recomendable saber cómo actuar, ya que este trastorno neurológico puede desencadenar en problemas de comunicación entre ambas partes. A continuación se enumeran algunos consejos para saber cómo cuidar a una persona con agnosia.
- Comprender la agnosia: es de vital importancia familiarizarse con la agnosia y otros trastornos neurológicos relacionados para entender mejor las dificultades que enfrenta la persona que cuidas.
- Usar un lenguaje sencillo y conciso al hablar con la persona afectada por agnosia. Esto incluye evitar términos complicados y proporcionar instrucciones paso a paso para ayudarles a comprender mejor.
- Acompañar con gestos, señales visuales y objetos concretos para ayudar a la persona a comprender y recordar información. Por ejemplo, una acción como mostrar una fotografía o un objeto para representar una actividad o una persona puede ser de gran ayuda para quien sufre de agnosia.
- Mantenimiento de un entorno organizado y evita cambios bruscos o innecesarios. Así, la persona que padece agnosia se sentirá más cómoda.
- Fomentar la independencia: un buen consejo para cuidadores es el mantenimiento de la autonomía de la persona en la medida de lo posible. Por ejemplo, proporcionar oportunidades para que realicen actividades por sí mismos.
- Ofrecer estímulos sensoriales: es conveniente explorar diferentes estímulos sensoriales, como música suave, aromas agradables o texturas interesantes, para ayudar a la persona a conectarse con su entorno y estimular sus sentidos.
El cuidado de personas con agnosia puede provocar estrés y conviene mantener la calma y empatía en todo momento.
Además, los expertos neurólogos pueden brindar orientación a cuidadoras de personas que sufran este trastorno cognitivo, así como estrategias específicas y recursos adicionales.
El cuidado de una persona con agnosia puede ser desafiante. No hay que descuidar la propia salud como cuidadores.
Los trastornos neurológicos, incluida la agnosia, pueden implicar cambios en la personalidad y el comportamiento de la persona afectada.