Abuelos cuidadores: la guardería gratis en España

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Lorenzo Gómez

Por: Lorenzo Gómez

Periodista, redactor experto en gerontología

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El dato es demoledor. Más del 35% de las personas mayores de 65 años en España cuida de sus nietos varios días a la semana. Y no solo eso, sino que dedican un promedio de 16 horas semanales a esta labor.

Son datos extraídos de un estudio de Eurostat. De hecho, si se compara con otros países, España está muy por encima de Francia y Alemania, donde un 13% y un 15% de los mayores se dedican a ello, respectivamente.

De hecho, España se ha convertido en el segundo país de la UE con mayor aumento de padres que necesitan de los abuelos o de la guardería para el cuidado de sus hijos mientras están trabajando, solo por detrás de Eslovaquia, según Eurostat.

La implicación de los abuelos en el cuidado de los nietos no es solo una cuestión de tradición o afecto: responde a una necesidad estructural.

La escasez de plazas en guarderías públicas, los horarios laborales extensos y la precariedad económica obligan a muchas familias a recurrir a los mayores como solución para la conciliación laboral y familiar. Esto deja en evidencia el claro problema de conciliación que afecta a España.

Abuelos que crían: más allá de una figura con la que el nieto juega

Algunos abuelos, en situaciones más complejas, asumen el papel de cuidadores principales de sus nietos.

Este rol implica no solo cuidados diarios, sino también la gestión de aspectos educativos, emocionales y legales, transformando la relación tradicional entre abuelos y nietos.

En España, los últimos 15 años han consolidado un modelo social en el que la figura del abuelo ha dejado de ser un recurso ocasional para convertirse e un pilar fundamental en el sistema de cuidados no remunerado.

Según Aldeas Infantiles SOS, en España, 11.395 niños y adolescentes crecen acogidos por algún miembro de su familia biológica, siendo en la mayoría de los casos los abuelos quienes asumen esta responsabilidad.

Pero hay que indagar en los múltiples motivos que propician esto:

  • Jornadas laborales extensas y poco flexibles: el 43% de los españoles afirma que tiene dificultades para conciliar trabajo y vida familiar, según el CIS.
  • Elevado coste de las escuelas infantiles privadas: el coste oscila entre los 300 y 600 € mensuales por niño, muy por encima del salario medio ajustado.
  • Escasez de plazas públicas en guarderías: paralelamente y, a pesar de las mejoras recientes, sigue habiendo listas de espera en muchas zonas urbanas.
  • Sueldos ajustados y subida de la inflación: el coste de vida, sobre todo con los gastos fijos de cualquier familia, como puedan ser los alquileres, los suministros, facturas o alimentación, ha crecido de una manera acelerada. Esto hace que se necesiten dos sueldos, con todo lo que ello supone. El resultado: los abuelos han llenado el vacío que el sistema no es capaz de cubrir.

Un abuelo sonríe y juega con su nieta en una casa.

Un rol educativo integral y no solo recreativo

El papel de los abuelos ha ido evolucionando con el paso de los años, pasando del apoyo emocional y el juego o diversión ocasional a uno que incluye un impacto directo en la educación y en el desarrollo personal de los nietos:

  • Son co-educadores: puesto que ayudan en la tareas escolares, refuerzan hábitos de comida y descanso y, además, transmiten valores como el respeto o el esfuerzo para conseguir las cosas.
  • Mediadores intergeneracionales: históricamente, en familias con problemas comunicativos o, incluso desestructuradas, los abuelos son muchas veces las figuras más estables y respetadas.
  • Fuente de protección y calma: los abuelos suelen ser ese soporte emocional incondicional que acompaña ante cualquier tipo de adversidad.

Una ilustración de dos abuelos y un dato: el 35% de ellos cuida de sus nietos en España varios días a la semana.

Paco y su pareja Alicia, ambos trabajadores a jornada completa, ejemplifican cómo los abuelos juegan un rol crucial en la crianza de los nietos debido a la falta de opciones de cuidado infantil.

Al trabajar los dos, no pueden hacerse cargo de sus hijas en todo momento. Son funcionarios, por lo que a las 15:00 horas acaban su jornada, y eso les salva de poder ir a la guardería a por la mayor.

La segunda todavía es muy pequeña y no va a la guardería, y es aquí donde entran en juego los abuelos de ambas partes. Primero, para estar físicamente con la niña y, segundo, actuar de madres y padres sin serlo, en todo lo referido con las tareas del hogar, rutinas de la niña, entre otros.

Las consecuencias del desgaste emocional en los cuidadores abuelos

Los cuidadores familiares, especialmente los abuelos, a menudo se enfrentan a un desgaste emocional muy acentuado.

La Asociación Española de Cuidadores señala que el 60% de los cuidadores principales presentan síntomas de agotamiento, depresión y ansiedad.

Este cansancio acumulado tiene repercusiones no solo en la persona que cuida, sino también en la calidad de vida de los menores a su cargo.

La conciliación familiar en España es un tema que ha cobrado especial relevancia en los últimos años debido a las dificultades que enfrentan las familias para equilibrar la vida laboral y familiar.

En este contexto, una de las realidades más visibles es la creciente dependencia de los abuelos en el cuidado de los nietos.

Esta situación no solo pone de manifiesto la falta de apoyo institucional, sino que también expone la precariedad laboral que sufren muchos padres, quienes, debido a su situación económica, no tienen la posibilidad de reducir su jornada o acceder a permisos de maternidad y paternidad más largos. Esto deriva, a su vez, en una serie de consecuencias muy a tener en cuenta.

Estrés, agotamiento y soledad: el coste invisible de la conciliación

Cuidar a los nietos es una tarea que puede hacer sentir a los abuelos una infinita gratitud, pero no hay que olvidar las consecuencias directas que pueden tener a nivel emocional y físico.

Hay que tener en cuenta que las jornadas de trabajo que incluyen el cuidado de los más pequeños no son sostenibles a largo plazo sin una adecuada red de apoyo.

Los abuelos que se ven obligados a asumir estas responsabilidades, sin acceso a recursos externos de apoyo, corren el riesgo de desarrollar cuadros de burnout (agotamiento extremo) o incluso depresión.

De hecho, según un estudio publicado en La Vanguardia, más de la mitad de los cuidadores familiares en España sufren de estrés crónico debido a la carga emocional de sus responsabilidades. Este dato refuerza la importancia de replantear el sistema de cuidados en España.

Carga familiar unido al estrés financiero

La realidad de muchas familias en España la refleja el Instituto Nacional de Estadística (INE). El organismo informa que la pensión media en España es de 1.000 €, lo que dificulta a muchos jubilados costear los gastos diarios, incluso cuando las familias les solicitan que se encarguen de los niños. Esto, combinado con el coste de la vida, es una receta para el estrés financiero y emocional.

Como es el caso de Carlos y Majo, ambos pensionistas de 70 años vecinos de un barrio céntrico de Valencia, cuidan de sus nietos en su tiempo libre, pero han notado recientemente un descenso de su poder adquisitivo. El balance entre cuidar a los pequeños, trabajar y mantener su salud es cada vez más difícil para ellos.

La importancia de un sistema de cuidados más flexible y accesible

Desde organismos como Aiudo se aúna esfuerzos para remodelar el modelo de cuidados en España, no solo para los menores, sino también para las personas mayores.

Las políticas públicas deben orientarse a ofrecer un sistema de cuidados a largo plazo más accesible y eficiente, que alivie a los abuelos y a las familias de esta carga excesiva.

Las políticas deben fomentar:

  • Un mayor número de subvenciones para la contratación de cuidadores profesionales, que puedan aliviar a los abuelos de estas tareas.
  • Flexibilidad laboral: que las empresas y organismos públicos adapten sus horarios a la realidad familiar de los trabajadores.

Un padre y una madre trabajan desde casa con el ordenador mientras atienden a sus hijas y ríen.

La política tiene la llave para mejorar la situación de los abuelos que cuidan

Desde la vía política, existen varias soluciones que podrían aliviar la carga de las familias y mejorar la conciliación. En primer lugar, es necesario un fortalecimiento de las políticas de permisos laborales tanto para las madres como para los padres, ampliando la duración de la baja por maternidad y paternidad, y asegurando que los salarios de estos permisos sean suficientes para que las familias no se vean obligadas a volver al trabajo antes de tiempo por cuestiones económicas.

En segundo lugar, se debe impulsar un modelo de guarderías públicas y accesibles que no sea un lujo, sino una opción para todas las familias.

Esto requeriría una mayor inversión en infraestructuras y un modelo de financiación que permita que las familias con menos recursos puedan acceder a estos servicios sin poner en riesgo su estabilidad económica.

Además, la creación de una red de cuidados para personas mayores más eficiente es esencial. Los abuelos, como mencionábamos antes, no solo cuidan de los nietos, sino que también necesitan apoyo. Mejorar la atención a los mayores, ya sea a través de servicios de cuidado a domicilio o en centros especializados, aliviaría significativamente la carga que muchos de ellos llevan sobre sus hombros.

Los abuelos que cuidan no solo tienen que lidiar con las exigencias de la crianza, sino también con la escasez de recursos, el desgaste físico y emocional, y la precariedad laboral.

El futuro del cuidado de personas mayores y de niños no debe recaer únicamente sobre los hombros de los abuelos, sino sobre un sistema de cuidados que sea accesible, flexible y sostenible para todos.

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