Triunfar en la tercera edad: la experiencia como mejor aliada

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Daniel Ibiza

Por: Daniel Ibiza

CEO-fundador, trabajador social

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En un mundo en el que la juventud lidera listas de éxitos a nivel musical, en el que también se ve cada vez más jóvenes a la cabeza de empresas emergentes, o incluso son personas influyentes en el arte en todas sus vertientes, ser persona mayor y triunfar en alguna faceta se ha vuelto cada vez más complicado, pero no imposible.

De hecho, de acuerdo a varios estudios, como el del informe de la Fundación Ewing Marion Kauffman, The Coming Entrepreneurship Boom, la tasa más alta de emprendimiento durante la última década se ha registrado entre personas mayores de 60 años.

Si, además de este esclarecedor dato, se tiene en cuenta que existe un crecimiento de la población entre los mayores de 60 años, la idea de emprender y poder triunfar tiene sentido.

El “ya estoy mayor para eso” deja paso a una oleada de artistas y casos de éxito mayores de 65 años que han aprovechado su vejez para romper barreras, estereotipos, e incluso récords mundiales.

Desde escritores que han conseguido su primer premio internacional a partir de los 80 años, pasando por pintores que han descubierto su vocación de forma tardía.

Por ejemplo, José Samarago comenzó como literato a los 60 años y ganó el Premio Nobel de Literatura con 76 años

Además, en un mundo cada vez más globalizado y en el que internet manda a su paso, dejando atrás a generaciones que no convivieron en este ciberespacio desde sus inicios.

Jimi Hendrix, quien se pasaba las horas y horas tocando la guitarra, inclusive dicen que dormía con ella, llegó a afirmar que “para dominar un instrumento se necesitaban unas 10.000 horas“. Esta afirmación no hace otra cosa sino confirmar que, en el caso de los artistas tardíos, se junta talento y dedicación en muchos casos.

Que una persona adquiera un talento y aprenda a la par que destaque en una faceta debe su origen a una característica del cerebro humano que es la plasticidad cerebral. Es decir, las personas tienen una parte del cerebro que es moldeable al entorno. Y más en la tercera edad, en la que se dispone de tiempo para llevar a cabo actividades de envejecimiento activo que antes, por falta de tiempo, no eran posibles disfrutar.

Abuela Moses: la artritis le descubrió su talento

Anna Mary Robertson Moses, conocida como ‘Abuela Moses’, fue una célebre pintora estadounidense que comenzó su carrera a los 76 años. Nacida en 1860, su vida quedaría marcada por conflictos internacionales como las dos Guerras Mundiales.

La abuela Moses tuvo que abandonar a los 70 años su profesión a la que se dedicaba a causa de la artritis: el bordado. Pero ahí no acabó su vida profesional. Moses comenzó a pintar escenas familiares, rurales y costumbristas de su país, la gran mayoría representaban la vida rural americana.

Tanto fue su éxito, que algunas campañas publicitarias en Europa usaron sus cuadros como reclamo. Sirvió de inspiración para muchos artistas estadounidenses. Cuando cumplió los 100 años, el gobernador de Nueva York, Nelson Rockefeller, proclamó el día ‘Grandma Moses Day’ en su honor.

Un cuadro de una obra de la Abuela Moses en el que sale un paisaje estadounidense.

Penelope Fitzgerald: ejemplo del éxito paulatino

Pese a escribir su primera obra literaria con 58 años, su éxito llegaría más tarde, siendo considerada por expertos como una de las escritoras más brillantes de su generación.

 En 1999, solo un año antes de su muerte, su trayectoria literaria fue reconocida con el Premio Golden PEN.

Esta escritora británica escribió hasta los 83 años. Un auténtico modelo para artistas tardíos que no solo escribía libros, sino que durante la Segunda Guerra Mundial trabajó para la BBC.

En 2008, The Times la incluyó en su selecto listado de los cincuenta mejores escritores ingleses posteriores a 1945

Pese a escribir desde comedias a novelas históricas, a lo largo de los últimos años de su carrera profesional publicó cuatro novelas de inspiración autobiográfica, que la consagraron como una de las figuras cruciales de la nueva narrativa inglesa, comparable a Iris Murdoch.

Un collage con imágenes de la escritora inglesa famosa Penelope Fitzgerald.

Frank McCourt: el escritor de éxito más veterano en su debut

El caso de McCourt no dejará indiferente a nadie. Frank McCourt fue un escritor de origen irlandés, aunque nacido en Nueva York, que se dio a conocer en el mundo gracias a su novela “Las cenizas de Ángela”. Una obra que estuvo más de 70 semanas encabezando la lista de las más leídas, según el suplemento literario del New York Times, y en solo tres años fue llevada al cine y traducida a más de 20 idiomas.

Lo más curioso es que McCourt comenzó a escribir esta novela de éxito con 66 años. La mayor parte de su vida había sido un maestro de escuela en instituciones secundarias de Nueva York. Trabajó principalmente con jóvenes desfavorecidos y se consideraba a sí mismo más como un profesor que como un escritor.

Una imagen de Frank McCourt sentado en la silla de un aula de un colegio antiguo.

Mario Vargas Llosa: un premio nobel en plenitud

Este escritor ha dado vida a una veintena de novelas, además de once ensayos, dos cuentos infantiles y diez obras de teatro. Pero, su momento de plenitud a nivel literario fue en 2010, a los 74 años, ganó el Premio Nobel de Literatura por su “cartografía de las estructuras del poder y aceradas imágenes de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo”.

A partir de ese momento, ha ido cosechando novelas que se han convertido en éxitos de ventas.

Aparte de su obra narrativa, Vargas Llosa ha desarrollado una sostenida labor crítica y es autor de originales y profundos estudios sobre diversos autores y cuestiones literarias.

Una imagen del literario Mario Vargas Llosa en un acto con traje.

Giuseppe Verdi: el legado de un músico de época tardío

Este compositor italiano de ópera del siglo XIX fue uno de los más influyentes de su tiempo. De hecho, actualmente sigue reuniendo a personas de todas partes del mundo para escuchar sus ya clásicas composiciones. Su obra más conocida fue ‘Otelo’ que se estrenó el 5 de febrero de 1887, a la edad de 74 años.

Un retrato del músico Giuseppe Verdi.

Gladys Burrill: una atleta con mucho mérito

El caso de Gladys Burrill es especialmente curioso. Se trata de la persona mayor que ha corrido una maratón con más edad, a los 92 años, que tuvo lugar en Honolulu, en nueve horas, 53 minutos y 16 segundos, lo que le llevó a entrar en el libro de los Record Guiness y se ganó el cariñoso apodo de «Glady-ator».

Este caso supone un antes y un después en muchas personas mayores que ven en el deporte un muro infranqueable.

Desafortunadamente después de enfermar de neumonía, y con 100 años de edad, esta atleta falleció. Burrill murió dos semanas antes de cumplir 101 años.

Una imagen de la atleta anciana Gladys Burrill recogiendo un homenaje por la maratón de Honolulu.

El coronel Sanders: cómo una decisión cambió su vida

Harland David Sanders nació en una granja de Henryville, en Indiana, Estados Unidos. Tras abandonar la escuela con tan solo 12 años para ayudar en la granja familiar y tener una niñez y adolescencia complicada con pocos recursos económicos, montó unas cuentas empresas iniciales que no dieron sus frutos.

Incluso llegó a ser un hombre de prestigio en el ámbito legal, trabajando en los tribunales de Justicia de Paz, en Little Rock, Arkansas. Pero llegó a ser un hombre de gran popularidad porque ideó, en 1939, un mecanismo para cocinar pollo rápidamente, en una olla a presión, que fue todo un invento en aquel momento.

Con 65 años, y aprovechando la fama que le había dado ese pollo frito sabroso que hacía las delicias de muchos estadounidenses, se lanzó a abrir Kentucky Fried Chicken, que fue todo un movimiento de masas. A día de hoy, esa franquicia sigue existiendo y sigue utilizándose el mismo método iniciado por Sanders.

Una imagen del logo de KFC y su fundador.

En conclusión, cualquier persona que tenga cierta edad y todavía tenga sueños por cumplir está en disposición de poder triunfar en mayor o menor medida.

Solo hace falta tener interés, indagar sobre algún talento oculto y, más allá de que ese talento dé un beneficio económico, lo más importante es sentirse realizada/o en aquello que se lleve a cabo.

El mundo está lleno de artistas, científicos o incluso deportistas que han traspasado la barrera de los 65 años y han querido demostrar la valía y capacidad para conseguir metas y seguir teniendo motivación en la etapa dorada de la vida, como es la vejez.

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