El Día Mundial del Trabajo Social invita a reflexionar sobre las razones que impulsan a los profesionales de este campo a dedicarse por mejorar la vida de las personas. En este contexto, empresas como Aiudo, especializadas en la atención domiciliaria, representan un ejemplo innovador y adaptado a los tiempos modernos.
En Aiudo siempre decimos que la ayuda a los demás es nuestra razón de ser. Y precisamente este es el punto de partida que facilita saber cómo piensan los trabajadores sociales de nuestra empresa y por qué se diferencian de otros profesionales de otros ámbitos: la vocación por el servicio de ayuda a domicilio y, sobre todo, el impacto directo, a la par que positivo, que su trabajo tiene sobre la sociedad.
Para el Día Mundial del Trabajo Social hemos querido conocer las motivaciones de sus profesionales, así como los desafíos que esperan al sector de cara a los próximos años.
Un día mundial cuyo lema para este año 2025 es el siguiente: “Fortalecer la solidaridad intergeneracional para un bienestar duradero”, poniendo el énfasis en la importancia de cuidar y respetar a las generaciones para construir sociedades fuertes, preservar el medio ambiente y compartir la sabiduría para un futuro mejor.
Un enfoque diferencial en el cuidado de personas mayores
Dentro de los diversos ámbitos en los que puede ejercer un trabajador social, uno de los que más peso tendrá en el presente y en el futuro es el de los cuidados domiciliarios.
Su trabajo en este campo se centrará en las siguientes partes:
- Identificar las necesidades físicas, emocionales y sociales de la persona mayor para diseñar un plan de atención personalizado.
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Gestionar el acceso a servicios médicos, terapias, y apoyo psicológico.
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Prevenir la soledad y el aislamiento social mediante la promoción de actividades comunitarias y redes de apoyo.
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Brindar orientación y formación a quienes se encargan del cuidado diario.
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Evaluar periódicamente la calidad de la atención y realizar ajustes cuando sea necesario.
El ADN del trabajador social
Hemos querido entrevistar a dos expertos trabadores sociales en Aiudo, como son el CEO, Daniel Ibiza, y el responsable de negocio de Aiudo, Ángel Carrero, con el objetivo de profundizar en su trabajo diario.
Hay muchos tipos de trabajadores sociales pero, en palabras de Daniel Ibiza, si vamos a la disciplina del Trabajo Social, “hay que ser una persona empática, sensible con la sociedad, vocacional, con iniciativa y que esa vocación despierte cierta energía dirigida a favorecer y poner los recursos disponibles y herramientas a mejorar ciertas situaciones, que pueden ser individuales o comunitarias“, recalca el CEO de Aiudo.
Para Ángel Carrero, el trabajador social de Aiudo tiene que “poner en valor su experiencia y conocimientos en la ayuda a domicilio“, porque también ha de tener conocimientos y competencias en gestión de personal y recursos humanos para satisfacer una situación puntual de la familia, movilizando los recursos disponibles, como son los auxiliares de ayuda a domicilio, entre otros, con una gestión justa del personal, que empodere a la persona, que facilite la autonomía de la persona para que ella misma pueda tomar pequeñas decisiones para mejorar un servicio y, sobre todo, para establecer límites.
Tanto para Ángel como para Daniel, los valores imprescindibles que hacen que se ejerza esta profesión con éxito y ética son la dignidad, hacer el bien y la justicia.
“Es muy importante ser justo porque al final en las relaciones personales pueden surgir dominancias, situaciones en las que el cuidador se siente menospreciado y todas las situaciones en las que la familia no tiene el servicio que merece, es entonces cuando el trabajador social tiene que intervenir“, expresa Ibiza.
Por tanto, la justicia en las decisiones es algo intrínseco en el trabajador social, puesto que por la naturaleza de su labor ha de gestionar situaciones en las que se requerirá una intervención que esté a la altura de las circunstancias personales.
El papel del trabajador social en la sociedad: intervención y acción cuando más se necesita
El Trabajo Social, desde que nace como disciplina en plena Revolución Industrial, ha tenido como premisa la búsqueda la intervención y la acción gracias a los servicios sociales disponibles para satisfacer las necesidades de colectivos vulnerables en la sociedad.
“Lamentablemente, el papel del trabajador social en la sociedad es menos del que debería. Las instituciones públicas deberían impulsar mucho más esta figura, ya que desempeña un rol fundamental en todo lo que tiene que ver con bienestar social, expresa Ángel Carrero.
Desde la base de la formación en Trabajo Social se busca recalcar que sus profesionales son mediadores entre los recursos que se disponen en la sociedad, valorando cuáles son las necesidades reales de cada individuo e intentar ver la manera de satisfacerlas, facilitando el acceso a los servicios sociales, a los servicios sanitarios y a los educativos. En este último existe una “especial escasez de recursos de trabajo social“, puntualiza el responsable de negocio de Aiudo.
“Nuestra labor abarca desde la intervención a colectivos vulnerables hasta el desarrollo de políticas sociales que busquen reducir la desigualdad, que promueva la inclusión y que trabaje de una manera interdisciplinar”, expresa Ángel Carrero.
En el caso concreto de personas mayores es muy importante que exista un énfasis en la satisfacción de las necesidades por ser un colectivo muy vulnerable, y en el que hay un amplio abanico de personas que viven en situación de soledad y en precariedad.
Los desafíos pasan por más política social y más recursos
Los retos a los que se tendrá que enfrentar la profesión son muy diversos y constantes y, dependiendo del ámbito de trabajo, marcarán una hoja de ruta u otra.
“Tenemos desafíos sociales importantes como es el aumento de la demanda de servicios sociales, y sobre todo en una población cada vez más envejecida“, según el responsable de negocio de Aiudo.
Otro desafío pasa por la falta de recursos y de financiación que tenemos en algunos sectores. “Recientemente, acabamos de luchar y conseguir que se apruebe la Ley ELA, pero no podemos quedarnos solo en aprobarla, sino que tenemos que desarrollarla, y ahí está el desafío“, comenta Ángel Carrero.
Otro de los retos importantes está ligado a la Ley de Dependencia que, aunque está aprobada, todavía no se asegura el 100% de su funcionamiento.
La sobrecarga de trabajo de los profesionales, así como la necesidad de adaptación a las nuevas tecnologías también es algo que se mirará con lupa de cara a futuros años.
Tanto el modelo centrado en la persona como la mejora de otros modelos de atención desde una visión social también será uno de los esfuerzos que los profesionales del sector tendrán que hacer.
“Me gustaría poner también énfasis en la prevención, no solamente en la intervención. Si queremos optimizar recursos económicos para la Ley de Dependencia será más importante poner el foco en la prevención para que cada vez intentemos tener menos personas dependientes“, según Ángel Carrero.
Para Daniel Ibiza, hay que diferenciar los desafíos por campos. “Hay retos desde el campo de la discapacidad y el envejecimiento, drogodependencias y otras adicciones, discapacidad sin envejecimiento y también enfermedades mentales, entre otros“, comenta.
Además, también será necesario tratar a personas que no tengan tanto grado de vulnerabilidad aparente. “Habría que poner el foco en las personas sanas que lidian con problemas como la ansiedad u otros problemas emocionales. El trabajador social también puede dar herramientas aquí para poder ayudar a la persona“, concluye Ibiza.
Las motivaciones de un trabajador social
Preguntando a ambos profesionales, pocos oficios tienen un grado tan vocacional como este, y es una de las señas de identidad más evidentes.
“Yo creo que nací siendo trabajador social. Soy una persona que me considero un “animal social” y creo que siempre he tenido muchas habilidades sociales con los demás. Cada profesional es un mundo en este sentido, pero no he tenido en mi cabeza otra idea que no sea ser trabajador social. Vengo de un pueblo y me he criado con valores tradicionales. Soy nieto de mi abuelo Juan y mi abuelo Anastasio y en mi caso, este tipo de circunstancias han hecho que mi formación haya ido encaminada a esto“, explica Carrero.
Hay personas que se dedican a esto porque han experimentado situaciones de vulnerabilidad, o porque sienten la necesidad de luchar por una sociedad más justa y equitativa. Yo, además de eso, tengo la vocación de servicio y deseo de generar un impacto positivo en la sociedad.
El mensaje de un trabajador social en un día como hoy va encaminado a hacer las cosas desde el corazón y, dentro de los recursos humanos disponibles, paliar situaciones en las que la intervención de un trabajador social sea clave.
“Nos gustaría incorporar tecnología de calidad, de valor y avanzada para que nos acompañara y nos ayudara en este tipo de cometido”, puntualiza Daniel Ibiza.
Ha habido muchos avances en impacto social y en la responsabilidad social corporativa desde las empresas, “pero es cierto que todo el mundo se piensa que el trabajador social ejerce en ONG’s, en ayuntamientos u hospitales o en residencias. Por lo tanto, debería haber trabajadores sociales en empresas porque aporta un valor incalculable e inmediato, sobre todo en empresas que trabajen con personas“, apunta el CEO de Aiudo al respecto.
El recorrido del Trabajo Social en los últimos años
En los últimos 30 años, el Trabajo Social ha experimentado una notable transformación y consolidación como disciplina académica y profesional.
En la década de 1990, se centró en la atención directa y la asistencia social, enfocándose en poblaciones vulnerables. Con el tiempo, adoptó un enfoque más integral, incorporando perspectivas críticas, derechos humanos y justicia social.
La globalización, la migración y las crecientes desigualdades sociales llevaron al Trabajo Social a intervenir en contextos más complejos y multiculturales. Además, se ha fortalecido la investigación basada en evidencia y la colaboración interdisciplinaria.
“La digitalización puede haber sido clave en la gestión de algún caso, un enfoque más personalizado y un modelo centrado más en la persona, una mayor interdisciplinariedad trabajando entre profesionales de los ámbitos de la educación, de la salud y de la justicia“, expresa Ángel Carrero.
Además, se ha dado algo más de evidencia científica, pero el Trabajo Social sigue siendo una disciplina que ya de por sí sigue siendo complicado instaurar cambios importantes.
“Ahora mismo lo que tenemos que hacer está en la concienciación que tienen que tener la políticas sociales y los poderes políticos sobre la importancia de una figura tan necesaria como es el del trabajador social en todas las instituciones de este país“, puntualiza Carrero.
Mucha más inversión y mucha menos burocracia
El Trabajo Social sigue siendo un ámbito con mucho futuro, pero será necesario que los poderes públicos introduzcan esta figura dentro de todas las áreas necesarias, al mismo tiempo que se requiere de mayor inversión en servicios sociales y mucha menos burocracia que permita una intervención mucho más ágil y rápida en todos los aspectos.
“Además una inclusión de más formación en salud mental, en el uso de nuevas tecnologías, mayor protección para los colectivos vulnerables, mayores recursos para las personas mayores, pero sobre todo, mucho más reconocimiento social de esta profesión“, añade Ángel Carrero.
Daniel Ibiza pone el foco en los bancos y en las herramientas de uso diario, que deben estar al servicio a las personas mayores y adaptados a sus necesidades, algo que poco a poco se está consiguiendo pero que para que se implante al 100% todavía queda mucho por hacer.
Aiudo y el Trabajo Social, un tándem único
En Aiudo, todo pasa por la directriz del Trabajo Social. Cualquier decisión, cualquier acción tiene en el Trabajo Social el motor que lo impulsa.
“Hemos conseguido que el Trabajo Social esté en el eje de nuestras decisiones estratégicas, desde la dirección hasta las operaciones“, explica Daniel Ibiza.
El valor diferencial de Aiudo está para Ángel Carrero en la dignidad. “Es una de las palabras más importantes a día de hoy y una de las palabras que deberíamos usar como sociedad mucho más“, comenta el fundador de Aiudo.
“Intentamos realizar acciones de base, preocupándonos más allá de la situación del usuario en cuanto a los cuidados se refiere, además de mediar en situaciones complejas con los familiares, intentamos apostar por la prevención, vemos al individuo como individuo, con sus necesidades particulares y como persona en sí“, según Ángel Carrero.
Todo lo vemos desde un paradigma social. Aparte de esto, la diferenciación de Aiudo con otras empresas del sector se encuentra en el proceso de selección, en el impacto social, en intentar que el profesional seleccionado sea un profesional de larga duración y que se generen vínculos.
“Mediamos en el entorno del domicilio y tratamos de hacer que los profesionales estén cada vez más formados con nuestros cursos de formación., al mismo tiempo que nos adaptamos a las necesidades cambiantes de la sociedad y tratamos de estar al día con las nuevas tecnologías“, enfatiza Ángel.
Desde Aiudo ponemos el foco en la protección social, un modelo de atención centrado en la persona basado en la dignidad del individuo y con la ayuda de la tecnología, con el objetivo de que nuestra intervención sea preventiva y que alcance la mayor calidad de vida por las personas con las que trabajamos.
Trabajadores sociales de Aiudo, personas con compromiso y con valor añadido
Precisamente porque todas las decisiones y operaciones emanan desde el Trabajo Social, las personas que forman Aiudo se distinguen por incorporar una serie de valores únicos.
Personas con compromiso, con calidad de servicio y con capacidad para adaptarse a distintas situaciones. Además, el enfoque de la empresa, junto con la innovación y con la personalización del cuidado hace que los profesionales tengan un valor añadido, en comparación con otros modelos tradicionales. “Me gustaría agradecer desde aquí a Daniel Ibiza que haya apostado por estos valores y por nosotros“, expresa el responsable de negocio de Aiudo.
Tal y como finaliza en su entrevista Ángel Carrero, “el trabajo social sigue siendo esa trinchera donde aún se pelea por un mundo un poco menos jodido y un poco más humano“.
¡Feliz Día Mundial del Trabajo Social!