En los meses de verano suele aumentar la factura de luz debido a que los electrodomésticos y los dispositivos electrónicos gastan más, como es el caso del aire acondicionado o de la nevera.
Hay que tener en cuenta que la temperatura de la nevera variará según la época del año porque, con la llegada del verano, el calor se intensifica y esto implica la necesidad de mantener más elementos fríos, así como la necesidad de abrir la nevera más constantemente.
De esta forma, al llegar el calor, será necesario ajustar el termostato de la nevera y procurar mantener la temperatura entre 0 y 5ºC, para asegurar la conservación de los alimentos y que estos se mantengan fríos.
Esto es imprescindible saberlo, debido a que desde la OCU alertan de que el frigorífico es uno de los electrodomésticos que más consumen, suponiendo un 31% del total.
En el caso de que no se disponga de un termostato que permita regular la temperatura en el interior del electrodoméstico, la recomendación es que se lean las instrucciones del mismo o consultar a un técnico.
¿Por qué mantener la nevera entre 0 y 5º?
Existen varios motivos de peso por los que ajustar la temperatura de la nevera en verano a dicha temperatura, y tienen que ver con la conservación de los alimentos:
- Prevención de bacterias: las bacterias dañinas proliferan rápidamente a temperaturas superiores a 5°C. Mantener la nevera entre 3°C y 5°C ayuda a minimizar el riesgo de enfermedades alimentarias.
- Frescura de los alimentos: una temperatura adecuada prolonga la vida útil de frutas, verduras y otros alimentos perecederos, manteniéndolos frescos por más tiempo.
- Ubicación del termómetro: colocar un termómetro en el estante central de la nevera para asegurarse de que la temperatura sea constante y precisa.
¿A qué temperatura mantener el congelador en verano?
En cuanto al congelador, la temperatura ideal de éste es de -18ºC, sobre todo si conservamos carnes y pescados sin que se pierdan sus propiedades, mientras que bacterias y parásitos que se encuentran ellas mueren a estas temperaturas.
Consejos para optimizar el rendimiento de la nevera y congelador en verano
- No sobrecargar: evitar sobrecargar la nevera y el congelador. Una circulación adecuada del aire frío es esencial para mantener una temperatura uniforme.
- Revisión de sellos: inspeccionar regularmente los sellos de las puertas. Un sello defectuoso puede permitir la entrada de aire caliente, obligando al motor a trabajar más y aumentando el consumo de energía.
- Ubicación del electrodoméstico: colocar la nevera y el congelador lejos de fuentes de calor, como hornos y ventanas expuestas al sol. Esto ayuda a mantener una temperatura interna estable y eficiente.
- Limpieza regular: limpiar las bobinas del condensador al menos dos veces al año. El polvo y los residuos pueden dificultar la capacidad del electrodoméstico para mantener una temperatura adecuada.
- Organización eficiente: organizar los alimentos de manera que los productos más perecederos estén al frente y de fácil acceso. Esto reduce el tiempo que las puertas permanecen abiertas, minimizando la pérdida de frío.
- No introducir en la nevera alimentos que todavía estén calientes, ni siquiera es aconsejable hacerlo en invierno, pero hay que tener especialmente cuidado en verano, ya que incluir alimentos calientes en la nevera favorece el aumento de temperatura y puede tardar más en refrigerar.
Además, se recomienda evitar abrir la puerta de la nevera de manera innecesaria o dejarla abierta aunque sea poco tiempo. Esto se debe a que cada vez que se abre la nevera se pierde frío y la nevera tiene que trabajar más para volver a enfriarse.
Los adultos mayores suelen tener un sistema inmunológico más vulnerable, lo que los hace más susceptibles a las enfermedades transmitidas por alimentos. Hay que tener mucho cuidado con esto porque muchas personas mayores tienen condiciones médicas que pueden agravarse con una intoxicación alimentaria.
Asimismo, cuando se alcanza una cierta edad es más difícil detectar cuándo un alimento no está en condiciones óptimas para consumirse.
Uno de los principales consejos si se convive con una cuidadora de personas mayores es colocar los alimentos que se consumen más frecuentemente en los estantes superiores, donde la temperatura es más constante. Además, estos profesionales de los cuidados serán los encargados de revisar cada cierto el estado de los alimentos en la nevera, sobre todo los que hay que consumir en un periodo de tiempo corto.