Un grupo de científicos en EE.UU. cree estar cerca de poder demostrar que la memoria de unos octogenarios a los que estudian es muy superior a la de personas jóvenes
Llegar a los 80 años de edad y conservar la memoria intacta puede parecer casi una misión imposible, algo excepcional. A no ser que se trate de un “superanciano”. Estas personas, conocidas por la ciencia como “SuperAgers“, han sido objeto de estudio en Estados Unidos, con unos resultados que no dejarán indiferente a nadie.
Un grupo de investigadores de la Universidad Northwestern (EE.UU) que publica The Journal of Neuroscience ha confirmado que la existencia de neuronas con mayor tiempo de edad son una “firma biológica de superenvejecimiento”.
Lejos de parecer una paradoja, o más allá, una contradicción, es lo que se ha demostrado en dicho centro universitario, de acuerdo a un programa de investigación en el que se ha examinado a decenas de personas mayores de 80 años y han mostrado una memoria digna de alabanza.
¿Puede ser este hallazgo una luz al final del túnel en la lucha contra la enfermedad de Alzheimer? ¿Tiene alguna explicación científica consolidada?
Para ello, estos investigadores estudiaron la corteza entorrinal del cerebro, formada por seis capas de neuronas superpuestas, que controla la memoria y es uno de los primeros lugares afectados por el alzhéimer.
Los ‘superancianos’ tienen neuronas más grandes y sanas en esta capa
Esta es la conclusión a la que han llegado, en comparación con sus compañeros de la misma edad, con individuos con fases tempranas de la enfermedad de Alzheimer e incluso con individuos 20 y 30 años más jóvenes.
Dicho de otra manera, esas neuronas están a salvo de la formación de ovillos de proteína tau, una de las características del alzhéimer.
El estudio de “SuperAgers” con memoria excepcional fue el primero en mostrar que estos individuos tienen una firma biológica única que comprende neuronas más grandes y saludables en la corteza entorrinal que están relativamente libres de ovillos Tau
En este sentido, los hallazgos sugieren que una neurona que se salva de la formación de ovillos puede mantener su integridad estructural, es decir, permanecer sana y grande, y lo contrario también parece ser cierto: los ovillos de Tau pueden provocar el encogimiento de las neuronas, según los autores.
El equipo analizó, post morten, los cerebros de seis “superancianos”, siete individuos de edad avanzada cognitivamente media, seis jóvenes y cinco con fases iniciales de alzhéimer, para calcular el tamaño de las neuronas de la capa II del córtex entorrinal en comparación con otras capas.
Los investigadores se refieren a estas personas octogenarios como “superancianos” y consideran que podrían tener células nerviosas más grandes en los sectores del cerebro que se encargan de la memoria.
La observación de los “SuperAgers” mostraron neuronas más grandes que sus pares más jóvenes, y puede implicar que las células grandes estaban presentes desde el nacimiento y se mantienen estructuralmente durante toda su vida.
¿Por qué estos ancianos tienen células nerviosas más grandes?
Esto podría deberse a dos motivos: o que estas personas han nacido con dichas células o que sus neuronas han ido creciendo más y no se han encogido con el paso de los años.
El estudio, publicado en la revista Journal of Neuroscience, considera que se necesitan más investigaciones para luchar contra la demencia. El equipo quiso centrarse en cómo los cambios en las células nerviosas podrían impactar en la salud del cerebro.
Los cerebros de estas personas funcionan igual que el de alguien de 50 años
Basándose en el análisis de resonancias magnéticas, los investigadores han concluido que los cerebros de estas personas funcionan igual que el de alguien de cincuenta años.
Las autopsias de los cerebros se han centrado en analizar la corteza entorrinal, encargada de controlar la memoria.
Así, los científicos muestran que los “SuperAgers” albergan neuronas más grandes y saludables en la capa II de la corteza entorrinal en comparación con sus pares de la misma edad, personas con etapas tempranas de la enfermedad de Alzheimer e incluso personas de 20 a 30 años más jóvenes.
El objetivo: anticiparse al alzhéimer
El Programa de Investigación de SuperAging de Northwestern tiene como propósito comprender cómo y por qué las personas mayores pueden ser resistentes al alzhéimer. Para ello, “es importante investigar de cerca los cerebros post mortem de los SuperAgers“, dijo Tamar Gefen, profesora asistente de psiquiatría y ciencias del comportamiento en la Escuela Feinberg de la Universidad Northwestern, además de ser una de las principales autoras de este estudio.
Los científicos estudiaron la corteza entorrinal del cerebro porque controla la memoria y es uno de los primeros lugares en los que ataca la enfermedad de Alzheimer. La corteza entorrinal consta de seis capas de neuronas agrupadas una encima de la otra. La capa II, en particular, recibe información de otros centros de memoria y es un centro muy específico y crucial a lo largo del circuito de memoria del cerebro.
«En este estudio, mostramos que en la enfermedad de Alzheimer, la contracción neuronal (atrofia) en la corteza entorrinal parece ser un marcador característico de la enfermedad», dijo Gefen.
Lejos de parecer que esta investigación sea una de las soluciones más eficaces en el futuro para combatir el alzhéimer, puesto que se necesitan más pruebas científicas para dar con la tecla en el freno de la enfermedad, puede allanar el terreno de la investigación, así como saber cuáles son las características químicas, metabólicas o genéticas de estas células que las hacen resistentes.
Por último, la investigación estadounidense también planea investigar otros centros a lo largo del circuito de memoria del cerebro para comprender mejor la propagación o la resistencia a la enfermedad.