El castellano es uno de los idiomas con más historia en el mundo. Tanto es así, que existen variantes y expresiones, como son los refranes populares, que se han convertido en una parte esencial de la cultura y la comunicación, ya que encapsulan la sabiduría popular y transmiten valores, experiencias y enseñanzas de generación en generación.
Además, invitan a la reflexión de los problemas de la vida y dan una enseñanza ética y moral que puede servir para afrontar ciertos problemas de la vida.
¿Qué son los refranes?
Los refranes son frases que han pasado de generación en generación y que tienen una moraleja o una enseñanza oculta. Su constitución suele darse por rimas asonantes o consonantes, lo que las hace más fáciles de memorizar y hasta más divertidas para hacer entender conceptos complejos.
Se usan en la literatura históricamente para dar vida a los diálogos o caracterizar a los personajes.
Los refranes condensan en pocas palabras conocimientos adquiridos a lo largo del tiempo, permitiendo compartir enseñanzas de manera accesible.
Además, en muchas ocasiones se usan para ilustrar un punto o advertir sobre posibles consecuencias, como en:
“El que mucho abarca, poco aprieta”, que aconseja no asumir más responsabilidades de las que se pueden abarcar.
Del mismo modo, permiten enriquecer el lenguaje, y actúan como un vínculo cultural entre las personas, reforzando la identidad y el sentido de pertenencia a una comunidad.
20 refranes graciosos
Los refranes con tintes graciosos suelen resumir experiencias de vida y tratar situaciones cotidianas. A continuación se muestran algunos de los refranes graciosos que todo el mundo ha debido de leer o escuchar en alguna ocasión:
“Quien se fue a Sevilla perdió su silla”
Este refrán se utiliza en situaciones en las que una persona deja su asiente y otra persona lo toma. El origen de esta expresión es la pelea que enfrentó a dos hombres por el Arzobispado de Sevilla. El primero en ocupar el puesto se marchó a Santiago de Compostela para preparar el futuro cargo del segundo. Cuando volvió, su enemigo le había quitado el cargo.
“Zapatero a sus zapatos”
Otro de los refranes populares más conocidos es el de “Zapatero a sus zapatos”, y quiere decir que cada persona ha de ocuparse de los asuntos que le incumben.
A través del Libro XXXV escrito por Plinio el Viejo (siglo I a.C.) es posible encontrar el origen de este famoso dicho, el cual tiene tras de sí una curiosa anécdota que se sitúa en la Antigua Grecia del siglo IV a.C.
Afeles, que era uno de los pintores más aclamados de la época, tenía por costumbre exhibir sus obras a los transeúntes una vez que estas estuviesen acabadas.
Una vez, uno de esos transeúntes era un zapatero que le recriminó al artista un fallo grave en las sandalias del protagonista de un cuadro. El pintor enmendó su error y volvió a mostrar su obra al día siguiente. El zapatero, anonadado con el poder de convicción que tuvo, volvió a opinar y recriminarle otro fallo del cuadro, a lo que el artista le respondió: “El zapatero no debe juzgar más arriba de las sandalias“ (Ne supra crepidam sutor judicaret).
La expresión ha ido avanzando a lo largo de los años hasta derivar en lo que se conoce hoy en día.
“A buenas horas, mangas verdes”
Este refrán gracioso se utiliza para expresar que algo llega demasiado tarde, cuando ya no tiene sentido o no puede solucionar el problema.
Es una forma de criticar la falta de puntualidad o la tardanza de una acción que ya no resulta útil.
Tiene su origen en la época de los Reyes Católicos, en la que existía una Hermandad encargada de capturar a los malhechores como ladrones. Estos guardias vestían uniformes con mangas verdes, de ahí el nombre. Sin embargo, casi siempre llegaban tarde a cumplir su misión. Según la tradición, estos hombres lucían un uniforme de mangas verdes, de ahí el nacimiento de este refrán.
“A buen entendedor, pocas palabras bastan”
Este refrán se usa para indicar que una persona inteligente o perspicaz no necesita muchas explicaciones para comprender una situación. La frase sugiere que las personas astutas captan rápidamente la esencia de las cosas, por lo que no es necesario hablar en exceso.
Muchos son los expertos que indican que es el equivalente de una locución en latín que decía ‘Intelligenti pauca’, traducida literalmente como ‘Al inteligente, poco’.
Este refrán tiene usos y traducciones en diferentes idiomas y es uno de los más usados en cualquier contexto.
“A quien madruga, Dios le ayuda”
Otro refrán clásico español, que hace referencia a que las personas que son diligentes, que se levantan temprano y se esfuerzan por aprovechar el día, tienen mayores probabilidades de éxito en sus tareas.
Este refrán sugiere que el esfuerzo temprano y cotidiano trae recompensas en el tiempo.
Aunque no se conoce el origen exacto de esta expresión, los expertos afirman que aparece en el famoso libro de ‘El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha’.
“Como Pedro por su casa”
Esta expresión se utiliza para hacer referencia a una persona que se mueve de manera cómoda y resuelta en un entorno que no es el suyo.
El origen de este refrán popular español es la conquista de Huesca por parte del rey Pedro I de Aragón. Se dice que el monarca conquistó la ciudad sin apenas resistencia y de ahí nació una expresión: “Entrase como Pedro por Huesca”, que con los años dio origen a este refrán.
“No hay mal que por bien no venga”
Esta frase corta es también un canto al optimismo. Con esta expresión, se pretende comunicar que siempre es posible obtener o aprender algo positivo, incluso de las peores situaciones.
El origen de esta frase del refranero clásico español es una obra de comedia del mismo nombre de Ruiz de Alarcón escrita en 1630.
“Sarna con gusto no pica”
Este refrán hace referencia a una enfermedad como es la sarna, muy incómoda. Hace referencia a que sacrificios o incomodidades se soportan mejor cuando son por algo que nos interesa.
Por ejemplo, madrugar para ir a realizar alguna actividad que a una persona le apasiona.
Es una forma de señalar que, cuando alguien asume voluntariamente una situación, incluso si es incómoda o difícil, no se quejará de las consecuencias porque el deseo o el placer compensa el esfuerzo.
El origen de esta expresión proviene de la sabiduría popular, en la que se usa la ironía para transmitir ideas sobre cómo los deseos y las elecciones personales pueden influir en la percepción de las dificultades.
“De tal palo, tal astilla”
Este refrán clásico significa que alguien tiene unas características que las incorpora de otro semejante, como por ejemplo, un padre o una madre.
“María era muy buena jugando al parchís, como su madre, de tal palo, tal astilla”, es un claro ejemplo de a lo que se refiere esta expresión.
Posiblemente el origen de esta expresión esté en el latín Qualis pater talis filius.
“En casa de herrero, cuchara de palo”
El refrán “En casa de herrero, cuchara de palo” significa que, irónicamente, las personas que se dedican profesionalmente a algo o tienen ciertas habilidades específicas no siempre aplican esas mismas capacidades o recursos en su propio entorno. Es decir, en su casa o en su vida personal, carecen de aquello que producen, hacen o manejan para otros.
Por ejemplo, un mecánico que siempre tiene su coche averiado. Se dedica a arreglar los vehículos de otras personas, pero paradójicamente tiene el suyo siempre para arreglar.
Este dicho resalta una paradoja común: los expertos en un área descuidan su propia aplicación práctica o beneficio personal de esa habilidad.
Este refrán proviene de la tradición artesanal, particularmente de los herreros, quienes trabajaban el metal para fabricar herramientas, utensilios y objetos útiles. Sin embargo, en su propia casa, podían utilizar utensilios más rudimentarios, como una cuchara de madera (palo), ya que estaban más centrados en atender a los demás que en suplir sus propias necesidades.
“Dime con quién andas y te diré quién eres”
Se trata de otro de los refranes españoles clásicos más utilizados a lo largo de los años. Quiere decir que una persona es lo que su círculo cercano, familiares o amigos, son. Dicho de otra manera, este refrán advierte de la gran influencia que ejerce en el comportamiento o en las costumbres de alguien las compañías de los demás, ya sean buenas o malas.
No se conoce con exactitud el momento ni lugar en el que se originó dicho refrán pero sí que hay constancia de su popularidad por la transmisión oral entre el vulgo durante la segunda mitad del siglo XVI.
Además, aparece citado en diferentes obras literarias, como en la ‘Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha’ de Miguel de Cervantes (1615) y ‘Cartas en refranes’ de Blasco de Garay (1632).
“Más vale tarde que nunca”
Otro de los refranes cortos es ‘Más vale tarde que nunca’, muy utilizado de generación en generación. Y quiere decir que en ocasiones no importa llegar tarde a algo, si ese algo es útil.
Se dice que este dicho viene de hace mucho tiempo, de la época del filósofo griego Diógenes de Sínope, que pese a su interés por la música no tomó la iniciativa de aprender solfeo hasta que ya era un anciano.
“Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita”
Otro de los clásicos del refranero español. Se usa en situaciones en las que alguien obsequia con un regalo o da cualquier cosa, pero más tarde intenta que sea devuelto. Automáticamente se le dice: “Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita.
Se dice que una mujer, que según la leyenda era poco agraciada físicamente, rezó a Santa Rita, la santa de lo imposible, para que le permitiese encontrar un novio que la amase.
Poco tiempo después del rezo, el deseo se cumplió y apareció un hombre en su vida, con quien tuvo una relación apasionada aunque también breve, ya que terminó a los pocos meses. Fue entonces cuando la mujer espetó la famosa frase “Santa Rita Rita, lo que se da ya no se quita”, aunque al menos Santa Rita no se quedó el novio para ella misma.
“Más vale estar solo que mal acompañado”
Otra de las expresiones más reconocibles del refranero popular español es “más vale estar solo que mal acompañado”. Hace alusión a ver el lado positivo de la soledad antes que una compañía ingrata.
El origen del refrán “Más vale solo que mal acompañado” se remonta a tiempos muy antiguos, aunque resulta difícil precisar su origen exacto. A lo largo de los siglos, su uso ha perdurado en muchas culturas de habla hispana, ya que expresa una verdad universal: la calidad de nuestras relaciones afecta directamente nuestra felicidad.
“Perro ladrador, poco mordedor”
El refrán de “perro ladrador, poco mordedor” se refiere a que los perros que ladran mucho por lo general suelen ser inofensivos. Esto se ha extrapolado a lo largo de los años a situaciones cotidianas entre humanos, refiriéndose a quien mucho se queja y no toma acción o ninguna decisión al respecto.
El origen de este refrán, aunque no está claro, pero se puede relacionar con el mundo rural, el mundo del campo, especialmente en la caza.
“A caballo regalado no le mires el dentado”
Este refrán busca hacer referencia a la necesidad de no buscar matices ante un regalo de otra persona.
El origen de este refrán tiene su raíz en en la evaluación que realizan los expertos cuando miran los dientes de un caballo para saber cosas como la edad, la salud, procedencia, el tipo de dieta que ha llevado, entre otros aspectos. Básicamente podían valorar al animal solo mirándole los dientes.
“Caballo grande, ande o no ande”
Esta expresión significa que no hay necesidad de encarecer algo por su gran tamaño. Se emplea también para ridiculizar a quien hace ostentación de algo, ignorante de que no todo consiste en las mayores dimensiones de lo adquirido o poseído. Critica a los que eligen lo de mayor tamaño sin considerar si es lo mejor.
Es un refrán medieval que empleaban los agricultores que necesitaban la fuerza de estos animales para su trabajo en el campo. Los caballos grandes eran más fuertes y podían arar la tierra mejor que un buey y sobre todo transportar más carga del campo a la ciudad.
“En boca cerrada no entran moscas”
Este refrán quiere decir que en ocasiones es mejor no pronunciarse sobre un asunto que no es de propia incumbencia. Aunque también se suele usar en un contexto en el que es mejor no decir alguna cosa que no se ha pensado previamente como corresponde.
En cuanto al origen del refrán en boca cerrada no entran moscas, se cree data del siglo XVI durante el reinado de Carlos I, quien se caracterizaba por su prognatismo mandibular le hacía mantener la boca entreabierta, algo que no podía evitar. Además, este problema se iba incrementando con la edad. Durante una visita a Calatayud, un lugareño tuvo a bien comentarle esto: “Cerrad la boca, majestad, que las moscas de este reino son traviesas“.
“Dios aprieta, pero no ahorca”
Esta expresión nace como consecuencia de un llamado a la esperanza de las personas ante situaciones difíciles. Significa que por muy mal que vayan las cosas, siempre se encuentra un atisbo de luz.
Esta frase, que se ha transmitido de generación en generación, ha encontrado eco en diferentes culturas y se ha convertido en una fuente de consuelo y esperanza para muchos.
El origen de este refrán no se encuentra explícitamente en la Biblia. Sin embargo, su significado se basa en la idea de que Dios no permite que sus hijos sufran más allá de lo que puedan soportar. Esta idea se encuentra en numerosos pasajes bíblicos que hablan de la fidelidad y el amor de Dios hacia su pueblo.
“Hombre precavido, vale por dos”
El último de los refranes españoles recogidos en este post hace referencia a la necesidad de tomar precauciones a la hora de llevar a cabo ciertas acciones ante el peligro de caer error. Solo así se conseguirá un objetivo con garantías.
Este dicho tiene raíces profundas en la sabiduría popular y ha sido recogido en diversas obras literarias a lo largo de la historia. Por ejemplo, en El Quijote se menciona una expresión similar: “Hombre apercibido, medio combatido”, que transmite una idea afín sobre la ventaja de estar preparado.
El refranero popular deja un legado de expresiones con multitud de aplicaciones en la vida real, que suele resumir situaciones cotidianas que se pueden afrontar de otra manera.
Uno de los aspectos fundamentales de este enriquecimiento de la lengua es que perduran en el tiempo, de generación en generación.