¿Por qué hurgarse la nariz podría aumentar el riesgo de demencia? Un estudio científico alerta sobre este gesto

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Investigadores de la Universidad de Griffith descubrieron que las bacterias pueden llegar al cerebro a través del canal olfativo. Además, el dedo elimina algunas de las defensas del organismo

Desde siempre, hurgarse la nariz ha sido sinónimo de despiste y ha sido común denominador ver cómo las madres y padres han ido detrás de sus hijos para que dejasen de realizar tal gesto. Un gesto que, en muchos casos, nace de manera espontánea pero que se puede convertir en un hábito muy peligroso, puesto que es un foco de entrada de bacterias.

Cuando se introduce el dedo en la nariz y se hurga en su interior se puede estar dañando los tejidos internos, que son protectores, facilitando la entrada de bacterias al organismo. Esto ha sido el objeto de estudio de unos científicos en Australia, que han alarmado sobre una acción que muchas personas repiten a diario y que puede tener consecuencias fatales.

Un equipo de investigadores, demostraron que una bacteria puede viajar a través del nervio olfativo de la nariz y llegar al cerebro desencadenando patologías que se parecen a las del alzhéimer y la demencia. Sin duda, un avance para los cuidadores de alzhéimer, así como para su investigación.

‘Chlamydia pneumoniae’, como se llama el estudio, puede infectar el sistema nervioso central “a través de los nervios olfatorio y trigémino y contribuye al riesgo de enfermedad de Alzheimer”, según recoge la revista científica ‘Scientific Reports‘.

La bacteria “Chlamydia pneumoniae” no solo está relacionada con el Alzheimer, es la responsable del 5 al 20% de la neumonía y también se la ha relacionado con el asma y un mayor riesgo de cáncer de pulmón.

Además, en el análisis, realizado en un primer momento con ratones, examinó la capacidad de las bacterias para poder viajar a través de las fosas nasales hasta el cerebro.

Esta bacteria puede subir al cerebro

En el estudio se explica que hurgarse la nariz podría tener graves impactos a largo plazo para nuestra salud, ya que la bacteria puede infectar de manera mucho más sencilla el sistema nervioso central a través del nervio olfativo. El profesor James St John, de la Universidad de GriffithAustralia, dijo en un comunicado: “Observamos esto en ratones y la evidencia también es potencialmente aterradora para los humanos”.

Para el estudio, St John y varios investigadores infectaron ratones con la bacteria “C. pneumoniae” y descubrieron que la nariz era una de las formas más claras de provocar una infección en el cerebro. Una vez en el sistema nervioso, los ratones desarrollaron placas hechas de la proteína “beta amiloide”, que es la misma que se observa en las personas con alzhéimer.

El estudio, realizado en ratones, encontró niveles detectables de la bacteria en el cerebro en 72 horas. En el plazo de un mes, los roedores desarrollaron cúmulos de una placa proteica relacionada con el alzhéimer.

El equipo de la Universidad de Griffith expuso a los roedores a la Chlamydia pneumoniae a través de su canal olfativo. Esta es la vía entre el cerebro y la nariz, y la forma más rápida de que un invasor del exterior llegue al sistema nervioso central.

Experimento realizado con ratones como antesala para humanos

Los ratones infectados también mostraron daños en las vías neuronales de su cerebro que podrían afectar a su función cognitiva, junto con el desarrollo temprano de Alzheimer en 28 días. También se detectó la formación de placas de beta amiloide en el cerebro de los ratones.

Se cree que la bacteria desencadena la formación de toxinas en el cerebro. Una de las principales teorías sobre el desarrollo del Alzheimer está vinculada al desarrollo de esta placa.

Una nueva clave en el desarrollo de una cura para el alzhéimer

Aun así, los investigadores de la Universidad de Griffith tienen la esperanza de haber encontrado un posible origen de la formación de esta desconcertante enfermedad. También pueden haber descubierto que los sistemas de defensa inherentes a la nariz son más valiosos para el cerebro de lo que se creía.

St. John afirmó que su equipo “tiene que hacer este estudio en humanos y confirmar si la misma vía funciona de la misma manera”. “Es una investigación que ha sido propuesta por mucha gente, pero que aún no se ha completado. Lo que sí sabemos es que estas mismas bacterias están presentes en los humanos, pero no hemos averiguado cómo llegan a ellas”, concluyó.

A pesar de los hallazgos obtenidos en los experimentos, se desconoce que los efectos sean los mismos en ratones y en humanos. De hecho, no se sabe con seguridad que la presencia de placas de proteína beta-amiloide sea la causa del alzhéimer.

Lo que sí está claro es que los seres humanos necesitan el revestimiento interno de la nariz para evitar que las bacterias suban por el nervio olfativo hacia el cerebro, por lo que es de obligado cumplimiento protegerlo.

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