Existen aspectos fundamentales que tienen el objetivo de mantener el bienestar de la trabajadora y una relación laboral justa y equilibrada. Uno de ellos es la manutención. En el caso de una empleada de hogar, esto está regido por una normativa que conviene tener en cuenta.
¿Qué es la manutención de una empleada de hogar interna?
Se refiere al conjunto de prestaciones en especie o beneficios no monetarios que se otorgan a las personas que trabajan y residen en el hogar del empleador, en este caso, las cuidadoras internas.
Esto implica que, además de su salario, la empleada recibe alojamiento y manutención, cubriendo necesidades básicas como comida y estancia.
Esta situación es algo habitual en casos en los que una empleada reside en el hogar de forma habitual. De esta manera, se garantiza su disponibilidad para realizar las tareas domésticas que se requieran en cada situación.
Además, esta situación es un alivio para muchas familias que ven cómo su familiar puede contar con una atención personalizada y supervisada de manera continuada.
¿Qué incluye la manutención de una empleada de hogar interna?
La manutención de una empleada de hogar interna incluye una serie de prestaciones que conviene tener en cuenta:
- Alimentación: la provisión de comidas adecuadas durante el periodo de tiempo en el que la trabajadora permanece en el hogar, esté o no trabajando, incluidos los días de descanso si está en régimen interno.
- Alojamiento: se debe garantizar un espacio digno y adecuado para vivir, con unas condiciones de privacidad aseguradas. Esto incluye una habitación privada, así como el acceso a otra serie de comodidades básicas, como es el mobiliario del hogar.
- Gastos del hogar: no correrá a cargo de la empleada de hogar los costos relacionados con los servicios esenciales, como pueda ser la electricidad, calefacción o internet. Aunque en el caso del internet podría pactarse por ambas partes.
Normativa vigente sobre el alojamiento y manutención de las empleadas de hogar
El Real Decreto 1620/2011, de 14 de noviembre, es la norma que regula la relación laboral de carácter especial del servicio del hogar familiar. En este decreto se especifica que, cuando la empleada reside en el hogar del empleador, éste debe proporcionar alojamiento y manutención, salvo que se acuerde de manera diferente en el contrato. Es importante que este acuerdo quede por escrito y se detallen las condiciones en cuanto a la manutención y el alojamiento, para evitar cualquier conflicto posterior.
Esta normativa establece una serie de obligaciones que han de cumplir los empleadores en relación con la manutención de la empleada de hogar interna. Con este marco legal se trata de garantizar que estas trabajadoras tengan acceso a condiciones laborales dignas y justas.
A continuación se explican las condiciones:
Condiciones de alojamiento
El alojamiento que se ofrece tiene que cumplir con unos estándares de dignidad y calidad. Esto es, un espacio privado para poder descansar, con acceso a los servicios básicos como agua, electricidad o calefacción.
Además, según la ley, la trabajadora debe disfrutar de un descanso mínimo de 36 horas consecutivas a la semana, normalmente el fin de semana, durante el cual no tiene ninguna obligación laboral, y puede ausentarse del hogar del empleador si así lo desea.
Condiciones de manutención
Aunque la normativa no establece detalles específicos sobre la cantidad o tipos de alimentos a proporcionar, se entiende que estos han de cubrir las necesidades nutricionales esenciales de la trabajadora.
La manutención incluye una alimentación suficiente y adecuada, y no debe deducirse del salario salvo que se acuerde explícitamente en el contrato. Si la manutención o el alojamiento forman parte del salario en especie, este beneficio no puede superar el 30% del salario total y debe estar claramente especificado en el contrato laboral.
¿Cómo se compensa la manutención de una empleada de hogar?
Esta es una de las dudas más frecuentes a la hora de contratar a una empleada de hogar. Existen dos opciones para ello. Por un lado, compensación en especie y, por otro lado, por vía monetaria.
La compensación en especie incorpora el alojamiento y la alimentación a la trabajadora, mientras que la compensación económica supone añadir un suplemento al salario de la empleada de hogar en lugar de ofrecer estos servicios.
Lo más habitual en estos casos es dejar las condiciones claras y acordadas por ambas partes desde el principio.
Los beneficios de garantizar una correcta manutención a la empleada de hogar son múltiples. Primero, cumplir con la normativa y evitar sanciones al respecto.
Además, se garantiza un mayor bienestar y satisfacción laboral de la trabajadora, que podrá desempeñar sus obligaciones en un entorno saludable.
Esto repercute directamente en un mayor rendimiento laboral, reduciendo el estrés porque disminuye el desgaste emocional que supondría estar en un espacio no adecuado.
Por ende, una mejor relación entre empleada y empleador, puesto que el respeto mutuo y la comunicación en todo momento fortalecerán la convivencia.
La manutención de una empleada de hogar es sinónimo de estabilidad y tranquilidad para ambas partes, puesto que más de cumplir con las leyes se cumple con el principio de dignidad que debe regir en todo el mundo.
