La hidratación en ancianos

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El agua, que compone el 60% del cuerpo humano, es un nutriente necesario y colabora en las funciones fisiológicas que lleva a cabo nuestro organismo. Para mantener hidratados a los ancianos, es muy importante que éstos beban de manera gradual durante el día, a pesar de no tener sensación de sed.

Es recomendable hidratarse, principalmente en la mañana, con 300-400 ml ya que el agua tiene múltiples beneficios:

– Es la encargada de conducir los nutrientes a las células.

– Ayuda a que los riñones estén sanos.

– Favorece la digestión y eliminación de residuos.

– Es fundamental para el rendimiento físico y cognitivo.

– Regula la temperatura corporal a través de la sudoración.

– Previene el estreñimiento y otras infecciones.

Es de vital importancia mantener una hidratación correcta, así como ingerir alimentos compuestos por una buena cantidad de agua que puedan prevenirnos de sufrir una deshidratación, especialmente en los días con temperaturas más altas

El agua compone el 60% del cuerpo humano

Anciano hidratando a una abuela con un vaso de agua

Factores de riesgo de la deshidratación

Para las personas mayores es muy importante beber agua, pues a medida que pasan los años, se reduce su cantidad en el cuerpo y aumenta el riesgo de sufrir deshidratación. Además, debido al envejecimiento, la masa muscular disminuye y aumenta el tejido graso causando complicaciones en los riñones para retener el agua y concentrar la orina.

Para los ancianos es más complicado percibir una deshidratación, puesto que, con el tiempo, van perdiendo la sensación de sed y no regulan correctamente el consumo de agua. Por esta razón, en cada una de las etapas de la vida, la demanda de agua varía. Es esencial, que los adultos mayores sean conscientes de la necesidad de estar bien hidratados, porque no estarlo, puede llegar a ocasionarles consecuencias más graves a su edad.

Tener la boca seca, dolor de cabeza y sensación de sed son algunos de los síntomas que puedes percibir al sufrir una deshidratación.

¿Qué fármacos afectan a la hidratación en ancianos?

Hay que tener en cuenta que el consumo de ciertos fármacos produce en personas ancianas falta de hidratación.

Antibióticos, antihipertensivos, corticoides, diuréticos, antiácidos o antidepresivos son algunos de los fármacos que podrían afectar al balance hídrico del organismo, según ha informado el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos.

Concretamente, el consumo de diuréticos ocasiona el aumento de la fabricación y eliminación de orina, originando finalmente la falta de hidratación en el anciano. Con los laxantes, asimismo, se debe tener especial precaución, sobre todo con aquellos que contienen sales de magnesio o aquellos que producen diarrea osmótica. Así pues, se aconseja, siempre que se tenga que consumir dichos fármacos, la constante hidratación en ancianos.

Anciana bebiendo un vaso de agua

Consejos y recomendaciones para una buena hidratación

Los expertos recomiendan beber 2 litros de agua como mínimo al día, sobre todo con la llegada del calor. En verano especialmente debemos vigilar y cuidar la buena hidratación del cuerpo y consumir alimentos que contengan agua. Además del agua, también podemos consumir zumos, infusiones, leche o refrescos, sin embargo, es recomendable evitar el consumo de bebidas con gas.

Algunos consejos para que las personas mayores tengan una buena hidratación son:

– No exponerse demasiado al sol.

– Beber un vaso de agua al despertar.

– Garantizar el consumo mínimo de agua diario.

– Mantener una dieta sana y equilibrada, con alimentos ricos en agua.

– Ir ingiriendo líquidos durante todo el día.

– Ofrecer a los ancianos bebidas que les gusten.

– Consumir alimentos que ayuden a hidratar.

Anciano bebiendo un vaso de agua

El agua y sus beneficios

Beber agua de forma diaria y constante aporta numerosos beneficios:

– Mejoras en el sistema inmunológico: ayuda al organismo a protegerse frente a enfermedades o algunos problemas de salud.

– Disminuye el riesgo de problemas cardíacos: ya que el agua reduce la densidad de la sangre.

– Protege el buen mantenimiento de la piel: repone e hidrata los tejidos de la piel.

– Favorece la digestión y el estreñimiento: los alimentos ingeridos se descomponen adecuadamente, ayudando al sistema digestivo a funcionar correctamente.

– Calma la fatiga: el cuerpo reduce el rendimiento muscular.

– Previene el dolor de cabeza y migrañas: la deshidratación es una de las causas primordiales para estos dolores.

Es esencial recordar a nuestros mayores el riesgo que existe al no consumir suficientes líquidos, ya que, esto puede generar graves consecuencias, como es la deshidratación. Sin embargo, es posible evitarla, detectándola en el momento correcto. de vital importancia su prevención y fomentar el consumo de los líquidos, en especial el agua, ya que, para una correcta hidratación, es la más adecuada.

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