Del latín siempre quedó un legado más que interesante, por lo menos en lo que a expresiones se refiere. El “Mens sana in corpore sano” es uno de esos ejemplos que han perdurado con el paso de los años y que, hoy en día, tiene en el “inmunofitness” su mejor reflejo.
Con el paso de los años, son más las personas que valoran una calidad de vida y un mejor bienestar físico y mental, y en este estilo de vida creen haber encontrado la clave.
La salud también se entrena, ya lo dijo Juan Ramón Lucas en su libro ‘Inmunofitness’, y gran parte de la responsabilidad de esto lo tienen las cuidadoras a domicilio o, en su defecto, los familiares de ancianos o que tienen problemas de movilidad.
El cuerpo alberga alrededor de cuarenta billones de células, un sistema biológico perfectamente organizado para asegurar la continuidad de la especie mediante una compleja disposición de defensas, contraataques y estrategias biológicas.
Además de proteger de bacterias, hongos, parásitos y virus, este sistema se enfrenta a su propio envejecimiento conocido con el término “inmunosenescencia”.
¿Qué es el inmunofitness?
El inmunofitness es un estilo de vida que gira en torno a cuatro pilares esenciales: mente sana, alimentación saludable, prevención de enfermedades y ejercicio físico. Con la esperanza de vida cada vez más alta en España, esta forma de vivir se centra en cuidar el sistema inmunológico, que es el encargado de proteger el cuerpo de las enfermedades y, con el paso de los años, va volviéndose más vulnerable.
Meditar, hacer deporte, mantener una dieta saludable y envejecer activamente son algunas de las claves para luchar contra la inmunosenescencia y adaptar la rutina a este tipo de forma de transcurrir la tercera edad. A su vez, sostiene la idea de que la prevención de enfermedades mediante la vacunación es de gran ayuda para tener un sistema inmune fuerte.
¿En qué se basa el inmunofitness?
Con los años, el sistema de defensas se resiente, y, por lo tanto, las personas mayores se encuentran más expuestas a infecciones y agresiones externas. Para ralentizar este proceso, el inmunofitness tiene como objetivo entrenar el sistema de autodefensa mediante sus cuatro pilares:
- Alimentación saludable: se basa en consumir alimentos conocidos como buenos procesados. Estos son aquellos que tienen menos de 5 ingredientes en su etiqueta, y mientras menos tenga, mejor. Por ejemplo, arroz, verduras, bote de aceitunas, aceite de oliva virgen extra, entre otros. Se deben evitar los alimentos ultraprocesados, principalmente aquellos altos en azúcar, grasas y sal, ya que estos aumentan la dopamina y serotonina, y generan adicción.
- Vida activa: la actividad física es fundamental para el inmunofitness en la tercera edad. Hacer ejercicio de forma regular mejorará la salud, y también ayudará a reducir el riesgo de contraer ciertas enfermedades y controlar el sobrepeso. Deportes como yoga, aquagym, natación, caminatas y pilates pueden ser algunas opciones para personas mayores.
- Mente sana: en los últimos años se ha hablado mucho sobre la salud mental y emocional de los ancianos. Cada vez son más los estudios de neurociencia enfocados en personas de la tercera edad, y los especialistas aseguran que la creación de hábitos saludables, al igual que la capacidad de saber reconocer y comunicar los sentimientos, son una parte esencial para preservar del sistema inmunológico.
- Prevención de enfermedades: la prevención se basa en la vacunación como forma de mantener el cuerpo más protegido ante las patologías. Las vacunas protegen y, al mismo tiempo, incrementan la calidad de vida y ayudan a envejecer con salud.
Un libro muy interesante sobre esta temática es el del periodista Juan Ramón Lucas, autor de “Inmunofitness: la salud también se entrena”. En el mismo, comparte sus vivencias y consejos acerca de poder gozar durante más años de una vida saludable mediante el fortalecimiento y entrenamiento del sistema inmunitario. Con los 7 pasos del “método Lucas”, el escritor ha querido demostrar que, siguiéndolos, se puede lograr tener una mejor calidad de vida.
Dentro de sus consejos, se encuentran, por ejemplo, tener una rutina de adecuada de sueño, el contacto con la naturaleza y los beneficios de las infusiones para completar su modo de vida sana. Por otro lado, resalta la necesidad del contacto diario con el sol para aumentar la vitamina D, y manifiesta que la mayoría de las personas mayores de 65 años en España tiene valores bajos de la misma.
Como ha dicho William Shakespeare: “nuestros cuerpos son nuestros jardines, nuestras decisiones, los jardineros”. No existe una edad para cambiar los hábitos de vida y volverlos más saludables, puesto que todas las personas tienen el poder de trabajar sobre su propia salud física y emocional, y mientras antes se tome conciencia sobre ello, más años se podrá disfrutar de la vida.