Homosexualidad y tercera edad: una apertura en el camino de la libertad

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En la actualidad, se ha producido un cambio hacia una mayor aceptación de la diversidad sexual, pero todavía existen lugares donde la discriminación hacia personas LGBT+ sigue siendo un problema significativo. Además, las personas mayores también tienen que hacer frente a estereotipos y prejuicios en relación a su orientación sexual y su capacidad para tener relaciones románticas y sexuales.

Este colectivo ha vivido décadas tratando de encajar en una sociedad que no aceptaba su condición sexual. La idea de tener que desvelar sus preferencias sexuales era una cuestión tabú, ya que existía la posibilidad de que se les rechazase y de que perdieran relación con sus seres queridos.

Sin embargo, entre las personas más jóvenes, esta aceptación se da a día de hoy con relativa normalidad.

Otra de las grandes preocupaciones que tiene que hacer frente el colectivo de la tercera edad es saber cómo se percibirá su orientación sexual por su familia, amigos y comunidad, y por cómo afectará esto a su reputación.

Sin embargo, es importante recordar que cada persona tiene derecho a vivir su vida de acuerdo a su orientación sexual y a ser aceptado tal y como es.

Relaciones homosexuales en la vejez: cómo reconocer la condición sexual

Las personas mayores que deciden sacar a la luz su condición sexual lo afrontan como un renacer, como una segunda juventud, en la que, a pesar de los miedos e inseguridades que experimentan en un principio, realmente pueden disfrutar de sus deseos y experiencias sin ocultarse.

Dos ancianos homosexuales se cogen de los hombros en el monte.

Pero esto sólo ocurre en el mejor de los casos, ya que es muy común que suceda lo contrario, es decir, falta de aceptación y rechazo por parte del entorno del mayor, especialmente entre las personas de su edad heterosexuales, que suelen mantener la actitud homofóbica con la que crecieron.

Se estima que existen 1.5 millones de personas mayores de 65 años que se identifican como lesbianas, gay o bisexuales. Para el año 2030, estas estimaciones aumentan a casi 3 millones.

Así pues, muchas personas del colectivo llegan a la tercera edad con una familia formada y eso les crea más temor a ‘salir del armario’.

Existen, a nivel nacional, sobre todo en las grandes ciudades como Madrid o Barcelona, centros de apoyo ante posibles miedos que puedan tener las personas mayores a la hora de comunicar su condición sexual.

En estos emplazamientos existen expertos de la psicología que tratan de encontrar las técnicas más adecuadas para normalizar la condición sexual de estas personas.

¿Cuáles son las trabas a las que tienen que hacer frente los ancianos homosexuales?

Las diferencias presentes en las personas mayores a causa de su orientación sexual o de identidad de sexo, dependen mucho del entorno en el que viven y de esos derechos que pueden disfrutar en él.

Aunque las personas mayores LGBT pueden estar en riesgo de sufrir mayor deficiencia en cuanto a la salud, las investigaciones sugieren que, en comparación con los heterosexuales mayores, es menos probable que accedan a servicios y proveedores de servicios de geriatría, centros de ancianos, programas de alimentación y otros, porque temen ser discriminados o acosados si se llegara a conocer su orientación sexual o identidad de género.

Esto puede llevar a un aumento del aislamiento social y un deterioro de la salud mental y física en las personas mayores LGBT.

Además, las personas mayores LGBT también pueden enfrentar desafíos únicos en el acceso a la atención médica y a la atención paliativa. Muchas veces, los proveedores de atención médica no están capacitados para brindar atención culturalmente sensible a las personas LGBT y pueden no estar al tanto de las necesidades específicas de esta población.

Dos ancianos se abrazan de manera acaramelada.

Por tanto, es importante que se promuevan políticas y programas que aseguren que las personas mayores LGBT tengan acceso a servicios y proveedores de geriatría que sean sensibles a sus necesidades y que promuevan un ambiente inclusivo y sin discriminación. También es importante que se brinde capacitación a los proveedores de atención médica para que puedan brindar atención culturalmente sensible a las personas LGBT.

Según el informe de la FELGTB ‘Mayores LGTBI. Historia, lucha y memoria’, a partir de los 50 años la visibilidad en los distintos ámbitos sociales de las personas LGTBI cae exponencialmente. 

Por otro lado, en lo que respecta a la salud, existen ciertos prejuicios sobre los riesgos a los que están enfrentadas las personas LGBTI y esos prejuicios podrían ocasionar un cuidado inadecuado. Los ancianos muchas veces esconden su orientación sexual a los proveedores de cuidados médicos por temor a ser discriminados y además en los sistemas públicos y privados de seguros de salud no hay cobertura familiar para parejas de mismo sexo.

En España, la generación de ancianos gais, lesbianas, trans, bisexuales e intersexuales padece una soledad no deseada, necesidades económicas y una mayor incidencia de problemas de salud mental y adicciones que la media como consecuencia de haber sufrido una vida de rechazo permanente, algo que alerta de todo lo que queda por hacer en materia de derechos del colectivo LGTB.

 

Comentarios para Homosexualidad y tercera edad: una apertura en el camino de la libertad

Un comentario

  1. Tengo 73 años, enclosetado, mis mejores amigos fallecieron y los q quedan enfermos e igual enclosetados. No encuentro un lugar donde reunirme y compartir con similares. Todo lo q hay es solo para adultos mayores heteros. Peor aún en lo q se refiere a casas de reposo o asilos.

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