En muchas ocasiones, la soledad o el debilitamiento del estado de salud hacen que aparezcan patologías relacionadas con la salud mental, como es el caso de la hipocondría, que afecta entorno al 10-20% de la población mundial. Esta alteración es especialmente preocupante en personas mayores ya que, en el caso de padecer alzhéimer o párkinson, puede agravar la situación. Es por ello que resulta de vital importancia aportar una serie de consejos enfocados a los cuidadores, para saber en todo momento cómo actuar ante un episodio hipocondríaco.
¿Qué es la hipocondría?
La hipocondría es un trastorno mental que tiene, como característica principal, el miedo de padecer algún tipo de patología grave, por lo que, las personas que lo acusan, adoptan la conducta de acudir periódicamente a exploraciones médicas incluso cuando las pruebas realizadas descartan alguna enfermedad. Como consecuencia de ello, la persona experimenta malestar significativo expresado en forma de sintomatología ansiosa y/o depresiva y que interfiere de manera funcional en su vida diaria y la de su entorno.
En cuanto a su origen, muchos expertos de la salud mental afirman que las personas que padecen de hipocondría podrían haber vivido experiencias durante la infancia relacionadas con algún tipo de enfermedad crónica en un familiar y la preocupación del entorno ante el estado de salud de este. De hecho, suelen ser familias especialmente sensibles ante la patología, al igual que la interpretación errónea de signos corporales como enfermedad.
Comprender la hipocondría, aspecto fundamental para el cuidador
Como cuidadores, será esencial conocer las características de la hipocondría, así como los síntomas, ya que esto puede ayudar a las personas mayores a reconocer y gestionar sus preocupaciones de manera más efectiva.
Las personas hipocondríacas suelen manifestar una gran ansiedad y están siempre pendientes de sus cuerpos y de los síntomas que puedan padecer.
Cualquier signo o síntoma puede ser un motivo de obsesión y preocupación para un hipocondríaco: tos, palpitaciones, cambios en la forma de defecar, cefaleas leves, dolores musculares o articulares leves, lesiones cutáneas o cansancio generalizado.
La excesiva preocupación por este trastorno suele también hacer que la persona que lo padece viva episodios de estrés y dificultades para relacionarse con otras personas.
El cuidador que tenga que lidiar con una persona hipocondríaca deberá, tanto conocer como adelantarse a los principales signos del trastorno.
Comunicación directa con la persona mayor hipocondríaca
Es esencial normalizar la situación y animar a las personas mayores a expresar sus inquietudes de salud de manera abierta y honesta, ya que esto puede ayudar a reducir la ansiedad relacionada con la hipocondría. Escuchar atentamente y proporcionar apoyo emocional puede marcar la diferencia.
El fomento de un estilo de vida saludable, factor determinante
Un estilo de vida que favorezca a la salud siempre es una apuesta segura. Pero, en casos de personas hipocondríacas, puede ayudar a reducir las preocupaciones físicas o el miedo a padecer patologías, ya que esta se encuentra con más vitalidad.
Esto, unido a una dieta equilibrada y hábitos de sueño adecuados para mejorar su bienestar general harán que la hipocondría no suponga un mal mayor.
Practicar técnicas de relajación
La hipocondría se asocia con frecuencia a altos niveles de ansiedad. Enseñar a las personas mayores técnicas de relajación, como la meditación y la respiración profunda, puede ser beneficioso para controlar sus niveles de estrés y preocupación ante episodios hipocondríacos. Como cuidadores, será muy beneficioso formarse en este ámbito, ya que permitirá gestionar un sinfín de situaciones de este tipo.
Establecer rutinas estructuradas
Las rutinas pueden brindar seguridad y estabilidad a las personas mayores que luchan con la hipocondría. Una de las principales labores de un cuidador es ayudar a establecer una rutina diaria que incluya actividades placenteras y socialización para distraer su mente de las preocupaciones obsesivas.
Evitar el refuerzo negativo
Aunque es importante ser un cuidador compasivo ante la situación, también es esencial evitar reforzar las preocupaciones obsesivas de la persona mayor. En lugar de alimentar sus miedos, una recomendación eficaz es redirigir la conversación hacia temáticas más positivas y constructivas.
Es importante fomentar una comunicación abierta y honesta con los profesionales de la salud. La falta de esta puede llevar a malentendidos y a un aumento en la ansiedad por la salud.
Actividades en favor de una mente activa
Otra de las recomendaciones enfocadas a cuidadores es planificar actividades dentro y fuera de la casa, y que permitan mantener la mente de la persona con dependencia y cuerpo de manera más activa. Se puede incluir la ejercitación, lectura, charlar, hacer manualidades, organizar el jardín, entre otras.
¿Por qué es tan común la hipocondría en personas mayores?
Los trastornos provocados por hipocondría se han convertido en un problema grave en la sociedad.
Según los datos recogidos en el estudio Recomendaciones Terapéuticas en los Trastornos Mentales, 1 de cada 9 pacientes que acude a la consulta de médico de familia presenta síntomas propios de la hipocondría.
A edades avanzadas, la predisposición a desarrollar comportamientos obsesivos con respecto a esta perturbación mental se intensifica, debido a:
- Mayor riesgo de haber padecido en el pasado alguna experiencia traumática.
- Haber crecido o relacionarse en entornos familiares o de amigos donde se le da más importancia a las informaciones negativas o donde se suelen comentar desgracias, enfermedades y muertes.
- La depresión, la ansiedad y las angustias se potencian cuando no se gestiona debidamente el miedo a envejecer.
- La baja autoestima puede ser un factor desencadenante de desarrollar hipocondría.
¿La terapia psicológica realmente puede ayudar con la hipocondría?
Sí, la terapia psicológica, especialmente la terapia cognitivo-conductual, ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de la hipocondría al proporcionar herramientas para manejar la ansiedad y cambiar patrones de pensamiento negativos.
El también llamado trastorno por somatización es un problema que puede convertir la vida diaria de un adulto mayor en una verdadera pesadilla.
Tratar la hipocondría en personas mayores requiere paciencia, comprensión y apoyo. Al implementar estrategias como la comunicación abierta, la búsqueda de ayuda profesional y la promoción de un estilo de vida saludable, es posible mejorar la calidad de vida de quienes luchan con este trastorno. Conviene recordar que cada persona es única, por lo que es importante adaptar las estrategias a las necesidades individuales.
Un comentario
Yo soy hipocondriaco porque en mi familia ha habido desgraciadamente fallos médicos que acabaron en muerte y yo mismo me vi muerto por un shock anafiláctico al ponerme penicilina con 14 años.Tambien por tener libros de medicina y lo peor cuando acudo al médico temiendo algo acierto lo que hace que mi médico me coja antipatía.