Según la Sociedad de Endocrinología, Diabetes y Nutrición, la sudoración es esencial para regular la temperatura del cuerpo. Cuando la temperatura corporal aumenta, el cerebro envía señales a las glándulas sudoríparas para producir sudor. Pero, aunque sudar es una respuesta natural del organismo, si se da de manera exagerada o excesiva, o sin motivo alguno previo, podría ser un claro síntoma de condiciones como la diaforesis y es posible que se requiera de atención médica, sobre todo si se trata de personas mayores con las defensas más debilitadas.
¿Qué es la diaforesis?
La diaforesis es el término médico que se utiliza para referirse a una sudoración abundante o profusa, que puede ser normal (fisiológica), ya sea como resultado de una actividad física, una respuesta emocional, una temperatura ambiental elevada, una ingesta copiosa de alimentos o cambios hormonales producidos en determinadas etapas vitales, como la menopausia, o anormal (patológica), como síntoma de alguna enfermedad subyacente o como efecto secundario de determinados medicamentos.
¿Por qué se suele dar la diaforesis nocturna en personas mayores?
La sudoración excesiva en ancianos puede deberse a varias afecciones. Muy a menudo, en estas personas, el malestar mental no se manifiesta claramente y los sudores nocturnos pueden ser la única manifestación obvia de estos problemas.
Los sudores nocturnos en los ancianos pueden ser a veces tan excesivos que mojan el pijama y la ropa de cama, perturbando enormemente la calidad del sueño.
La sudoración nocturna puede estar motivada por diversas causas:
- Una producción excesiva de hormona tiroidea.
- Ansiedad.
- Consumo excesivo de alcohol.
- Apnea del sueño.
- Infecciones. Estas pueden incluir tuberculosis (TB), infección de las válvulas cardíacas o VIH.
- Algunos tipos de cáncer, incluyendo leucemia y linfoma de Hodgkin.
Puede incluso provocar sarpullidos en la piel, por lo que su correcta intervención es de vital importancia para evitar otro tipo de problemas de salud.
Riesgos de tener sudores nocturnos
Existen circunstancias en las que tener sudoración nocturna en algunas ocasiones no supone ningún riesgo, pero sí que hay que tener en cuenta y vigilar los síntomas que la acompañan, sobre todo si se trata de fiebre, escalofríos, o pérdida de peso, ya que podría indicar algún problema de salud más grave.
Por ejemplo, sudar en exceso puede suponer una pérdida significativa de líquidos y electrolitos, con un claro riesgo de deshidratación en la persona mayor, algo que obliga a actuar con rapidez.
Como consecuencia de la pérdida de líquidos, es probable que se pierda uno de los elementos vitales. Los electrolitos esenciales, como sodio, potasio y magnesio. Estos minerales son cruciales para mantener la función muscular y cardíaca. En las personas mayores, un desequilibrio de electrolitos puede derivar en:
- Calambres musculares dolorosos.
- Arritmias cardíacas o irregularidades en el ritmo cardíaco.
- Hiponatremia (bajo nivel de sodio en sangre), que puede causar confusión, convulsiones y, en casos graves, coma.
Por otra parte, la diaforesis en personas mayores puede ser indicativa de problemas cardíacos graves, como un ataque al corazón o insuficiencia cardíaca. Esto ocurre porque el cuerpo intenta compensar el esfuerzo del corazón al producir más sudoración.
Aunque en menor medida, las personas mayores que sufren diabetes o se encuentran en tratamiento con antibióticos pueden llegar a experimentar hipoglucemia, esto es, niveles bajos de glucosa en sangre, que puede llegar a provocar sudoración excesiva.
También puede ser un signo de infecciones subyacentes, como en el tracto urinario o neumonía. Estas personas son más vulnerables a las infecciones debido a la debilitación del sistema inmunológico con la edad.
Asimismo, algún efecto secundario de medicamentos o el hipertiroidismo pueden provocar diaforesis en personas de edad avanzada.
Consejos para tratar la diaforesis en casa: consejos para cuidadores
Lidiar con problemas de salud de este tipo suele ser incómodo, tanto para la persona que lo sufre como para la cuidadora.
Además, conviene tener especial cuidado con esta afección, ya que en muchas ocasiones se produce en personas que portan pañales.
Las zonas más afectadas son las axilas, las ingles, especialmente en personas que utilizan pañales, y en las mujeres, la zona inferior de los senos.
Como cuidadores, este tipo de situaciones pueden hacerse frente a través de una serie de recomendaciones:
- Mantener una buena ventilación en la habitación.
- Usar prendas de vestir hechas con fibras sintéticas para repeler el sudor.
- Evitar el consumo de alcohol, café, té, tabaco y alimentos picantes que puedan estimular la producción de sudor.
- Potenciar técnicas de relajación de la personas mayores para reducir el estrés, la tensión y la ansiedad.
- Tomar una ducha con agua fresca o tibia antes de ir a la cama también puede ayudar.
La diaforesis o sudoración excesiva en personas mayores puede ser una señal de alerta de diversas afecciones subyacentes y representa un riesgo significativo para la salud en este grupo etario. Saber reconocerla y, sobre todo, saber cómo actuar como profesionales en el hogar puede marcar la diferencia.