Consejos útiles tras la hospitalización
Los profesionales de la medicina han identificado una serie de síntomas comunes en todas las personas que han pasado un periodo de hospitalización. Estos síntomas suelen ser motivo de reingreso pero no guardan relación con el motivo original de internamiento. A este cúmulo de síntomas se les denomina síndrome post hospitalización.
¿A qué se debe el síndrome post hospitalización?
Los pacientes hospitalizados no sólo soportan una enfermedad aguda, que puede perturbar notablemente los sistemas fisiológicos, sino que experimentan un estrés considerable. Durante la hospitalización, los pacientes suelen: ser privados de sueño, (alteración de los ritmos circadianos normales de descanso), se alimentan mal, padecen dolor y malestar, y se enfrentan a situaciones estresantes, recibiendo además medicamentos que pueden alterar su cognición y/o la función física. Por si fuera poco, el reposo en cama o la inactividad también contribuye a deteriorar la condición física. Cada una de estas circunstancias puede afectar negativamente a la salud, contribuir a problemas durante el período de recuperación y perjudicar al sistema inmunitario aumentando la posibilidad de fallos cognitivos. Veamos cómo puede afectar.
Tipos de trastorno
Alteración del sueño
En los hospitales el sueño se ve interrumpido por muchos factores: desde el mero extrañamiento del entorno, pasando por habitaciones compartidas y ruidosas, los horarios intempestivos de pruebas y medicación o la iluminación artificial continua. Estos cambios, ocurridos durante la hospitalización, pueden provocar alteraciones similares al jet-lag. EN los estudios sobre el jet-lag se ha apreciado:
- Cambios de humor
- Disminución de la función física
- Deterioro cognitivo
- Trastornos gastrointestinales
Problemas de alimentación
Al margen de lo apetitosas que puedan resultar las comidas en los hospitales, durante las estancias de los pacientes se producen cambios en las rutinas alimentarias. Estos cambios pueden ir, desde la alimentación artificial (sonda nasogástrica), hasta la prohibición de tomar alimentos por la inminencia de pruebas que requieren ayuno. La malnutrición afecta a todos los sistemas orgánicos dando lugar a:
- La alteración de la curación de las heridas
- Al aumento del riesgo de infecciones y escaras
- La disminución de la función cardiorrespiratoria
- La mala evolución de las enfermedades pulmonares crónicas
- Al mayor riesgo de trastornos cardiovasculares y gastrointestinales
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Trastornos cognitivos
El trato con distintas personas de forma continuada (sin tiempo para aprender sus nombres o funciones) junto con la rotación del personal médico, dan lugar a una sobrecarga de información que genera confusión. Estos estímulos durante la hospitalización pueden causar delirios y confusión.
Analgesia y dolor
El malestar y el dolor mal atendidos pueden provocar trastornos del sueño y del humor así como deterioro cognitivo. Estas circunstancias afectan al sistema inmune y la función metabólica.
Sedación
El consumo de sedantes durante la hospitalización puede causar:
- Hipercatabolismo
- Inmunosupresión
- Hipercoagulabilidad
y aumentan la actividad simpática. También disminuye la sensibilidad y altera la función cognitiva con trastornos asociados al estrés postraumático.
Debilidad muscular
Permanecer encamado deriva en una pérdida de masa muscular y también puede afectar a la coordinación. Esta sensación de debilidad produce en el paciente resistencia al ejercicio. Esto le impide recuperar la movilidad demorando la mejora y alargando la convalecencia.
¿Qué podemos hacer al respecto?
Conocer todas las consecuencias de una estancia en un hospital puede ayudarnos a prevenir anticipándonos a las posibles consecuencias. Es importante saber identificar y distinguir los efectos secundarios de la estancia en el hospital de posibles recidivas o recaidas en la enfermedad que dio lugar a la hospitalización.
En general, las acciones preventivas que nos pueden ayudar a la salida del hospital se centran en:
- Reducir las interrupciones del sueño
- Minimizar el dolor y el estrés
- Promover una buena alimentación
- Compensar las deficiencias nutricionales
- Optimizar el uso de sedantes
- Promover prácticas que reduzcan el riesgo de delirio y confusión
- Alentar el mantenimiento o la mejoría de la actividad física
- Facilitar las funciones cognitiva y física
Desde AiUDO recomendamos el apoyo de un cuidador experimentado que permita una atención plena de la persona convaleciente sin que la rutina laboral se vea afectada. Recuerde que tiene a su disposición a nuestros asesores del cuidado que le in formarán gratuitamente acerca de la mejor formula para atender a su familiar en el domicilio.