Consejos para los viajes en coche con mayores durante las vacaciones

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En este verano atípico, la gran mayoría de las familias se van a decantar por el turismo nacional. Así, los aviones van a dejar paso a los coches propios, en los que toda la familia compartirá un espacio común durante no pocos kilómetros.

Si nuestro mayor nos acompaña en las vacaciones, debemos tener en cuenta que no está habituado a realizar viajes tan largos, por lo que necesitará de más atención que el resto de ocupantes.

Así, plasmamos aquí 8 consejos para que los desplazamientos en coche con los más mayores de la familia sean momentos de comodidad y disfrute:

Ayudarle a entrar y a salir

Para evitar cualquier caída inesperada y ayudarle a colocarse en una postura cómoda, debemos ayudarle a entrar y a salir del coche.

Si nuestro familiar sufre movilidad reducida, para realizar una adecuada traslación de la silla de ruedas al asiento, estos son los pasos:

  1. Decirle a nuestro mayor que vamos a hacer como si fuéramos a “bailar”.
  2. Poner el lateral de la silla pegado al chasis del coche y en posición de la marcha.
  3. Agarrarlo como si le abrazásemos (por debajo de las axilas) hasta ponerlo de pie y de espaldas a la puerta.
  4. Poco a poco, deben flexionar las rodillas y nosotros vamos colocándoles el trasero en el asiento. Pondremos nuestra mano en la coronilla para que no se peguen con el marco de la puerta.
  5. Le introducimos la pierna más cercana al asiento (así, nuestro mayor quedará sentado frente a nosotros).
  6. Le introducimos, a continuación, la otra pierna (con nuestra mano rodeándole la espalda para realizar el giro y quedar, así, situado en la postura adecuada).
  7. Ponerle el cinturón.

Antes de cerrar la puerta, le preguntaremos si su posición le resulta agradable y cómoda, insistiéndole en ello (ya que puede que, por no molestar y tener que obligarnos a moverle de nuevo, no nos diga que está incómodo y el viaje acabe resultándole muy fastidioso).

Sentarse en el asiento delantero

Es el sitio más adecuado para que nuestros mayores realicen el viaje en él. Pues, todo son ventajas: alberga mayor espacio para que puedan estirar las piernas; al situarse más cerca del conductor, la conversación puede ser más frecuente y activa, sobre todo para aquellos que sufren problemas de audición y en la parte trasera no alcanzan a escuchar bien lo que el conductor manifiesta; las puertas delanteras tienen mayor capacidad de apertura que las traseras y es el asiento en el que menos probabilidad existe de que se maree.

Así pues, queda claro: ¡el asiento delantero tiene una placa de reserva a nombre de nuestro mayor!

Todos los objetos: al maletero

A todos nos viene a la mente las imágenes de nuestros abuelos sentados en el coche y rodeados de bolsos y bolsas. A esto se les suma, en caso de que lleven, su bastón.

Esto es peligroso, pues si se produce un accidente, estos objetos podrían golpearse o clavarse en el cuerpo de los ocupantes. Por ello, cualquier pertenencia o equipaje del que no vayamos a hacer uso durante el viaje debe guardarse en el maletero.

Mantener temperatura adecuada

La temperatura dentro del vehículo representa uno de los aspectos más importantes de todo viaje en coche.

Esta debe mantenerse en un intervalo óptimo, o lo que es lo mismo, entre 21 y 23º C.

En esta época del año es frecuente que, al entrar al vehículo, pensemos que esta temperatura es demasiado elevada y regulemos el aire acondicionado a menos de 19º. Este drástico cambio de temperatura no es nada adecuado para nosotros y, menos todavía, para los más mayores.

Igualmente, hay que tener presente que nuestro mayor, bien por sus condiciones físicas, bien por, por ejemplo, la medicación que toma, puede tener alterada su sensación térmica, por lo que deberemos, cada cierto tiempo, preguntarle si tiene frío o calor o si, por el contrario, está conforme con la aclimatación del ambiente.

Conducción suave

Al igual que sentarse en el asiento delantero reduce el riesgo de mareo, lo mismo sucede con el tipo de conducción que el conductor lleva a cabo. Una conducción suave, sin frenazos ni movimientos bruscos es la mejor herramienta para que nuestro familiar no se maree.

Si nunca hemos realizado el camino que vamos a recorrer, podemos planificar el viaje con la ayuda de cualquier aplicación móvil en la que podamos observar cuáles son los diferentes caminos que podemos seguir para llegar a nuestro destino y cuál es el más adecuado (por ejemplo, si uno contiene menos curvas que el resto).

Hacer más descansos

El tiempo entre descansos deberá ser menor, pues los más mayores necesitarán, probablemente, ir más al baño. Será, también, un buen momento para estirar las piernas, lo que favorecerá la circulación de las mismas.

Al mismo tiempo, durante estos descansos aprovecharemos para que se mantenga permanentemente hidratado. Es probable que no indique que tiene sed, pero debemos convencerle de que beba agua (en su justa medida) para que no pueda sufrir una deshidratación.

Cuidado con el sol

Pese a que vamos dentro del coche, en esta época el sol incide con fuerza, a lo que se le suma la debilidad de la piel de los más mayores. Para evitar que tras muchas horas al lado de la ventanilla puedan quemarse del sol, es recomendable que, 30 minutos antes antes de comenzar el viaje, le extendamos crema protectora por la cara y los brazos.

Consideraciones antes y después de viajar

Decirles lo mucho que nos gusta viajar con ellos, pues no hay mejor tiempo en vacaciones que el que tenemos la fortuna de pasar con ellos.

Aprovechemos este viaje por territorio nacional para que nos cuenten sus anécdotas y aventuras durante sus vacaciones de antaño.

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