Puede darse el caso de que, en algunas ocasiones, las personas con demencia puedan ver, escuchar, oler o notar cosas que no existen. Aunque las alucinaciones en ancianos y los delirios son producto de la imaginación de nuestro familiar, para ellos son muy reales y les pueden causar gran malestar. Estas molestias también se traslada a los cuidadores, que tienen que lidiar con situaciones que les pueden producir un gran estrés. Por todo esto, saber cómo tratar las alucinaciones en ancianos es de suma importancia.
¿Qué tipos de alucinaciones son las más comunes en personas mayores?
Existen tantos tipos de alucinaciones como órganos sensoriales se tiene. Los tipos de alucinaciones que pueden aparecer son:
- Alucinación visual: en este tipo de alucinación, la persona mayor dirá percibir personas, escenas o destellos de luz, entre otras cosas. Lo más frecuente en la demencia es la percepción visual de personas fallecidas; en la mayoría de ocasiones, familiares.
- Alucinación táctil: este tipo de alucinaciones están relacionadas con la percepción de sensaciones térmicas (frío o calor), o la sensación de ser tocado por otra persona o animal. Esto se traduce en sensaciones de hormigueo que la persona mayor siente de manera muy real.
- Alucinación auditiva: después de las visuales, es el tipo más frecuente en la demencia. Está relacionada con la percepción por parte de nuestro familiar de sonidos, sobre todo aquellos que resultan incómodos, como pitidos o campanas y, sobre todo, de voces.
- Alucinación olfativa: este tipo de alucinación implica la percepción equivocada de los olores. Lo más común en la demencia es percibir olor a quemado o a podrido.
- Alucinación gustativa: en este caso, la persona mayor percibe sabores normalmente desagradables en la comida, como por ejemplo, sabor a podrido.
- Alucinación somática: esta alucinación está relacionada con la percepción de una experiencia física, por ejemplo, que el cuerpo está vacío o que desprende electricidad. Esta es, quizás, la alucinación en ancianos menos frecuente.
Las alucinaciones nocturnas en ancianos
Otro tipo de problema al que una cuidadora nocturna tiene que hacer frente son las alucinaciones en ancianos. Estas alucinaciones que se producen por la noche, tienen la particularidad de que pueden no ser trastornos mentales de la vejez, sino la consecuencia de otros problemas asociados a la salud.
Las personas mayores son más propensas a sufrir un deterioro de sus capacidades sensoriales, como la vista o el oído. Y, esto es en ocasiones, la causa de la aparición de las alucinaciones.
Las alucinaciones nocturnas en ancianos, pues, impiden que la persona mayor pueda tener una buena calidad de vida y de sueño. Influyen en el estado anímico y la energía del anciano puede verse debilitada a lo largo del día siguiente.
Causas de las alucinaciones en ancianos
No existe una única causa que dé origen a las alucinaciones nocturnas en ancianos. No obstante, existen condicionantes que pueden influir en su aparición.
Por tanto, las alucinaciones nocturnas en ancianos pueden deberse a una gran cantidad de factores, tanto físicos como psicológicos:
- Deterioro de órganos sensoriales: como la vista, el oído, el tacto e incluso el olfato. La pérdida de vista o audición en muchas ocasiones pueden ser factores que potencian las alucinaciones.
- Ingesta de fármacos: otra de las causas que pueden acelerar la aparición de alucinaciones en ancianos es el consumo de fármacos.
- Problemas de salud como infecciones de orina o un estado febril.
- Falta de contacto humano y relación con otras personas.
- Situaciones estresantes para el anciano, como el cambio de domicilio o disputas familiares.
- Un estado de dolor crónico, por ejemplo en los huesos.
¿Cómo actuar frente a las alucinaciones en personas mayores?
Si las alucinaciones provocan agitación, ansiedad, nerviosismo o causan conductas anómalas en la persona mayor, el cuidador o cuidadora debe saber manejar la situación siempre con una hoja de ruta marcada:
- Una de las premisas básicas es informar a su médico para que determine si existe o no la necesidad de aplicar un tratamiento farmacológico que controle la alucinación.
- Mantener la calma. En ocasiones la persona mayor tiene recreaciones de algún familiar fallecido. Sólo es producto de una alucinación.
- No discutir o cuestionar la alucinación, pues será inútil convencerle de que entienda que no lo es.
- Si las alucinaciones son auditivas, conviene descartar que la persona mayor tenga un problema auditivo. Si lo tiene, es aconsejable intentar hablar en un tono de voz que pueda escuchar claramente y repetir la información tantas veces como sea necesario.
- Si las alucinaciones son visuales, es importante tener la casa bien iluminada, para que no se produzcan falsas interpretaciones de las sombras y contraluces.
- Si la alucinación inquieta mucho a nuestro familiar, resultará de vital importancia desviar su atención hacia algo real y calmarle con gestos de cariño (nunca con gestos bruscos que pueda malinterpretar) y con un tono de voz suave sobre algo que sepa que le guste. En la medida de lo posible, será mejor llevar a la persona mayor a otra habitación o estancia de la casa.
7 Responses
Gracias por la información ha Sido muy util
Hola, Javier. Nos alegra mucho saber que te ha sido de utilidad. ¡Te animamos a echare un vistazo a otros artículos que tenemos sobre problemas de salud mental en ancianos! Un saludo 😉
Excelente información, Muchas gracias.
Muchas gracias a ti, Pau. Nos alegramos de que te haya resultado útil 😉
gracias por la informacion
Gracias a ti por leernos 🙂