Si pensamos en la navidad, solemos imaginar largas mesas vestidas con velas, purpurina, la vajilla que sólo se saca en las ocasiones especiales y esas recetas familiares que regresan cada año con poca innovación. Pensamos en los árboles de navidad del salón con las luces que salen por las ventanas, anochece tan pronto que iluminan casi todo diciembre las frías calles y las plazas con olor a castañas y humo. Pensamos en rencuentros con amigos y familia.
En definitiva, asociamos a ser una época feliz, llena de recuerdos en forma de sabores, olores y personas. Una época tranquila y bonita, sin embargo, hay realidades diferentes, en España para 1 de cada 5 personas es sinónimo de soledad y para los casi 2 millones de personas mayores de 65 años que viven solos una época que afecta mucho a su estado mental y emocional.
¿Por qué aparece la tristeza navideña en las personas mayores?
La soledad en Navidad entre personas mayores es un fenómeno común, y tiene varias causas profundas, tanto emocionales como sociales. Entre las principales razones:
Pérdida y duelo
Cuando se pierde a un ser querido hay poco que se quiera celebrar, se evita mirar al hueco de la mesa donde antes se sentaba esa persona, hablar de ella y soltar una lagrima porque en concreto son fechas que la emoción sale a flor de piel.
También duelen y recuerdan las ausencias que intensifican los sentimientos de tristeza y soledad.
Falta de propósito
Los años pasan y para algunas personas mayores sus capacidades ya no son las mismas, se fatigan más cocinando, han sufrido alguna lesión que les impide hacer las actividades que antes hacían en estas fechas y es por eso que se sienten insuficientes y culpables de que una época feliz, que tantos años han sostenido preparando, uniendo y celebrando, ahora resalte sus batallas de la edad.
Es por ello que sin un propósito con el que sentirse útiles pierden el interés en la Navidad. “ya no se es parte de…”
Tristeza o depresión
Debemos diferenciar la tristeza navideña con una depresión navideña. La tristeza suele ser pasajera, mientras que la depresión implica síntomas persistentes.
Es importante estar alerta y no ignoras las señales que nos puedan advertir de algún problema:
- Cambios de apetito o de sueño.
- Aislamiento voluntario o evitar reuniones.
- Perdida de interés en su rutina y actividades.
- Apatía y negatividad de sí mismos y de la Navidad.
Si duran más de dos semanas, conviene consultar a un profesional.
¿Cómo podemos combatirla?
Te vamos a dar soluciones para combatir esa soledad en mayores combinando estrategias sociales, emocionales y de acompañamiento:
Fomentar la interacción social (talleres, cursos, etc.)
En Navidad, los ayuntamientos, centros de día e incluso negocios organizan talleres y actividades navideñas; talleres de cocina navideña; elaboración de guirnaldas, decoración de velas, adornos de papel y centros de mesa; grupos de villancicos para mayores y para todas las edades fomentando así la interacción con otras personas.
La realización de estos talleres beneficia a las personas mayores en: motricidad, estimulación cognitiva, ayudan a mantener una vida social activa y reforzar el sentimiento de pertenencia.
Manualidades en casa
Para algunas personas mayores que no pueden desplazarse os damos opciones de manualidades para no ser el impedimento a realizar actividades que fomenten su entretenimiento, sensación de valor y mejoren su estado de ánimo estas navidades. Aquí os dejamos un tutorial súper fácil, con pocos materiales, económico pero con un resultado increíble.
- Genera ilusión y motivación.
- Reduce la ansiedad que puede generar el cambio de rutinas en Navidad.
- Mejora la coordinación.
- Fomenta la creatividad.
En el caso de las personas que han celebrado mucho estas fiestas y ya no pueden dar lo mismo, hacer este tipo de elementos que decoren las mesas ayudan a mantener viva su identidad personal y familiar.
Fomentar encuentros significativos
La ansiedad y la depresión son enfermedades de salud mental muy comunes en la tercera edad estando muy relacionadas con la soledad y el aislamiento social. La interacción con niños es otra vía para combatir esos sentimientos, proporcionan alegría, compañía, propósito, evocan recuerdos. Entre sus beneficios están:
- Estimulación cognitiva: Jugar con niños implica actividades que desafían la mente como armar cosas, aprender nuevos juegos y mantenerse al tanto de la imaginación de los niños. Ayuda a mantener la mente activa y ágil en las personas mayores, lo que es fundamental para prevenir el deterioro cognitivo.
- Sentimiento de utilidad: Pasar tiempo con niños puede dar a las personas mayores un sentimiento de propósito y utilidad. Pueden sentirse valorados y apreciados por su papel en la vida de los niños, lo que a su vez aumenta su autoestima y bienestar emocional.
- Ejercicio físico: Muchas actividades de juego con niños implican movimiento físico, lo que puede ser beneficioso para la salud física de los adultos mayores. El ejercicio regular también está relacionado con la salud mental, ya que libera endorfinas que mejoran el estado de ánimo.
Escuchar y acompañar
En fechas cargadas de emociones e historias compartidas, escuchar y acompañar es fundamental. Muchas personas mayores utilizan dispositivos auditivos y pueden sentirse incómodas en ambientes ruidosos. Reducir el volumen, mirarlos al hablar y conversar con calma es clave para que se sientan parte del momento y no espectadores de él.
Con la rutina diaria y nuestros propios círculos, a veces dejamos en segundo plano a esos seres queridos que vemos menos. Sin darnos cuenta, el tiempo pasa y las visitas se espacian. Sin embargo, con las vacaciones y el ritmo más pausado de estas fechas no hay excusas.
La Navidad es una oportunidad perfecta para volver a acercarnos, para hacer una visita a esos tíos abuelos, tías abuelas, bisabuelas o familiares mayores que forman parte de nuestra historia. Un rato de conversación, una comida compartida o simplemente estar presentes puede marcar una gran diferencia en cómo viven estas fiestas.
Una Navidad acompañada
La Navidad es una época para compartir, para mirar alrededor y preguntarnos cómo están realmente las personas que queremos, especialmente aquellas que, por edad o circunstancias, pueden sentirse más solas. Pequeños gestos, tiempo compartido y actividades sencillas pueden marcar una gran diferencia. Porque la Navidad no debería vivirse en soledad, y acompañar también es cuidar.
A veces el mejor regalo que podemos hacer no se envuelve: es tiempo, atención y cariño.
Si necesitas apoyo para que tu familiar mayor esté bien acompañado durante estas fiestas, en Aiudo estamos para ayudarte, con un cuidado profesional, cercano y humano, también cuando más se necesita.






























