Los andadores son un instrumento de apoyo que permite a las personas mayores que sufren dificultades para caminar, poder moverse y desplazarse de una forma más independiente. Además de con el término ‘andador’, también se conocen como andadera, caminador, taca taca o deambulador.
Es algo bastante común ver a personas mayores con andadores. Pero, en muchas ocasiones, y debido a la amplia variedad de modelos, características y tamaños, se puede incurrir en confusión a la hora de su adquisición. Saber cuándo es conveniente usar andadores para ancianos y en qué términos, ayudará, y mucho, a conseguir un accesorio idóneo para la movilidad del anciano.
¿Qué es un andador para personas mayores?
Los andadores para gente mayor son accesorios, o soportes diseñados para mejorar la vida diaria de personas con movilidad reducida. Sobre todo, personas de la tercera edad o dependientes que disponen de poca flexibilidad y poca resistencia en lo que a musculatura se refiere.
Los andadores para gente mayor se recomiendan, por delante del bastón, en casos de personas que han perdido mucha fuerza y no pueden moverse con facilidad tanto en la calle como en el hogar.
Además, ofrecen la estabilidad necesaria para los paseos por la calle, o para moverse fácilmente entre las habitaciones y pasillos de casa.
Asimismo, los andadores pueden ayudar a los adultos mayores y a los discapacitados a mantenerse independientes y seguros al proporcionarles estabilidad y seguridad.
¿Cuándo decidirse a comprar un taca taca para ancianos?
A la hora de adquirir un andador para gente mayor, conviene preguntarse los motivos por los cuales se va a necesitar esta herramienta para la movilidad:
Pérdida de equilibrio
La pérdida de equilibrio ocurre cuando el cerebro no recibe de forma correcta la información que le envían los sentidos. Esta es una de las causas más frecuentes de caídas en personas mayores.
Por ello, disponer de un instrumento que ayude a mantener el equilibrio puede evitar una gran parte de las caídas más peligrosas que puede sufrir nuestro familiar.
Dificultad para caminar
La alteración de la marcha en las personas mayores puede provocar una disminución progresiva de sus funciones y su aislamiento social, al movilizarse cada vez menos. Si nuestro mayor se encuentra en esta situación, el andador le ayudará a desplazarse, lo que retrasará el debilitamiento de su tejido muscular y le alejará del tan perjudicial aislamiento.
Fatiga
El cansancio y la fatiga se producen de forma común en las personas mayores. En un grado leve de los mismos, nuestro familiar siente dificultades para realizar acciones cotidianas. Gracias al andador, podrá realizar una actividad física durante un tiempo más extenso, lo que mejorará sus condiciones físicas y anímicas.
Dolor en los músculos y articulaciones
Gracias al uso del andador, el peso se distribuye de manera muy repartida en las extremidades superiores, lo que, a su vez, consigue que se les exija menos esfuerzo a las extremidades inferiores. De esta forma, el usuario no cansará tanto los músculos y no verá agravado el dolor.
Acaba de salir del hospital
Tras un período largo de ingreso en el hospital, las personas mayores salen del mismo con los músculos muy debilitados y sin apenas fuerza ni resistencia. Los primeros días, nuestro familiar requerirá de un andador para poder mantenerse en pie o desplazarse. Con él, fortalecerá los músculos hasta que vuelva a recuperar parte o toda de la autonomía de la que gozaba antes del ingreso.
Ventajas de los andadores para gente mayor
La tecnología siempre está al servicio del ser humano y, en cuestiones de movilidad de personas, también. Es por ello que se encuentran múltiples beneficios de los andadores:
- En primer lugar, son accesorios que permiten mantener la independencia de las personas mayores en todo momento.
- Además, los actuales andadores cuentan con un mecanismo que se adapta por completo a la persona.
- Estos andadores son un gran alivio para familiares y las propias personas mayores.
- Aumento de la autonomía, ya que la persona mayor o dependiente puede desplazarse de un lugar a otro.
- Por lo general, es una herramienta para caminar que se puede plegar, por lo que es de fácil desplazamiento y sencillo para guardar.
- Potencia la autoestima de la persona dependiente, pues la sensación de independencia y libertad ayuda a la persona a sentirse mejor consigo misma.
- Aporta seguridad a la hora de andar y evitar caídas. La sensación es que, cada paso, es sobre seguro.
Tipos de andadores
Según la estructura, los andadores se dividen en los siguientes tipos:
Andadores simples
Son los andadores sin ruedas. Se trata de los más sencillos y, al mismo tiempo, los más estables. En contrapartida, son los más complicados de manejar, pues el usuario debe seguir una secuencia: levantarlo, apoyarse en él y dar los pasos, repitiendo esta acción de forma sucesiva.
Andadores con ruedas
Este tipo de andadores pueden tener dos, tres o cuatro ruedas. A diferencia de los andadores simples, estos no se tienen que alzar para poder caminar, por lo que el esfuerzo que se requiere para conseguir desplazarse es menor.
Al mismo tiempo, son más fáciles de plegar que los andadores anteriores y, algunos disponen, incluso, de puntos para adaptar bandejas, sillas, cestas o diversos complementos en los que poder llevar cualquier pertenencia.
No obstante, hay que tener en cuenta que los andadores con ruedas no restringen los movimientos, por lo que para según qué usuario, no son la opción más adecuada.
Andadores especiales
En ocasiones, debido a las dolencias de salud que padece, nuestro mayor presenta unas necesidades particulares que se pueden satisfacer con un tipo de andador especial.
Por ejemplo, andadores con apoyo en los brazos, muy adecuados para personas que padecen artritis o reumatismo.
Existen distintos tipos de andadores en función del uso que se le dé, así como del material del que esté conformado. Para elegir el mejor andador para una persona mayor, es necesario adecuarse a sus necesidades y adquirir un modelo que ofrezca la solución más eficiente para cada caso personal.
Por ejemplo, se encuentran los andadores con asientos, para que se pueda desplegar y descansar en cualquier momento.
Además, en función del número de ruedas que disponga, el andador para gente mayor puede ser:
- Andador Semi: se usan como un bastón, pero ofrecen un mayor apoyo.
- Andador estándar/plegable: puede soportar el peso del usuario.
- Andador de dos ruedas: aunque es una buena opción por las ruedas, puede causar caídas para aquellos que necesitan poner todo su peso en el caminante.
- Andador de tres ruedas: este andador puede pasar por puertas estrechas y puede girar en esquinas estrechas en pasillos estrechos.
- Andador de cuatro ruedas: de los más populares. Se recomienda para personas que se sienten fatigadas y para aquellos que no tienen problemas graves de equilibrio y pueden sostener su propio peso.
¿Cuál es el mejor andador para personas mayores?
Para responder a esta pregunta hay que tener en cuenta varios factores:
Lugar de uso
Se trata de un factor esencial en la elección del andador más apropiado. Dependiendo de si este va a ser utilizado en el hogar o en el exterior, deberemos decantarnos por un tipo de andador:
Andadores para interiores
Están caracterizados por sus reducidas dimensiones, con el fin de permitir la movilidad por los lugares más estrechos del hogar, como pueden ser las puertas o el pasillo. Además, son ligeros y plegables, por lo que se pueden transportar con comodidad.
En cuanto a su estructura, son, generalmente, andadores sin ruedas (simples). Aunque, para interior también suelen utilizarse andadores con ruedas en la parte delantera y tacos de caucho en la de atrás. Con esta protección trasera se reduce el riesgo de que el andador se deslice y nuestro familiar se resbale y sufra una caída.
Eso sí, para que esto no se produzca, es importante revisar a menudo los tacos, pues, si la goma se desgasta y acaba siendo la estructura metálica la que entra en contacto con el suelo, lo más probable es que el andador patine y la persona caiga tras él.
Andadores para exteriores
Los andadores para uso fuera del domicilio son más robustos y voluminosos. Lo habitual es que se apoyen sobre cuatro ruedas, lo que permite moverse por terrenos más irregulares que los anteriores. A su vez, suele ser un andador con asiento en el que descansar, cómodamente, durante el paseo.
Mientras que los andadores para uso interior no llevan frenos, sino que es el propio usuario el que debe realizarlo con la coordinación de su cuerpo, este tipo de andadores cuenta con un sistema de frenado, el cual puede ser de dos tipos:
- Freno de maneta: es el mismo tipo de freno que el de una bicicleta. Debajo de los dos empujadores hay sendas manetas con las que se puede regular la intensidad de la frenada, o bien colocarlas en la posición de bloqueo para poner el andador en modo estacionamiento.
- Freno de presión: Se acciona al hacer presión con los empujadores, lo que hace que un par de tacos de caucho bajen hacia el suelo para apoyarse en él y se reduzca así la velocidad de la marcha. Estos son los indicados para personas que poseen una estabilidad muy reducida y no disponen de buena movilidad en las manos.
Constitución de nuestro mayor
Para usuarios con una constitución corpulenta y de gran peso, existen los llamados andadores bariátricos. Estos están diseñados para aguantar un mayor peso y, además, cuentan con un asiento de mayores dimensiones.
Tipo de dependencia
En base al grado de dependencia de nuestro mayor y si esta es temporal o no, existen dos tipos de andadores:
- Andadores para rehabilitación: son aquellos diseñados para ayudar a personas que acaban de sufrir una intervención quirúrgica o que se encuentran en una fase de rehabilitación.
- Andadores para grandes inestabilidades: son los utilizados por personas con un elevado riesgo de sufrir una caída. Se caracterizan porque llevan unos soportes para apoyar los antebrazos o las axilas.
¿Cuál es el coste de un andador?
El precio de un andador para ancianos puede oscilar entre 40-60€ los más simples hasta 400€ en el caso de los modelos más avanzados.
Es importante, por tanto, informarse bien desde el inicio sobre las necesidades de nuestro mayor y las prestaciones que cada tipo de andador puede proporcionarle para evitar, así, caer en un sobrecoste innecesario.
Subvención para adquirir andadores
Los usuarios de la Seguridad Social pueden solicitar a esta una subvención para comprar un andador. El primer paso es acudir al especialista médico para que le realice la prescripción del andador.
La cuantía a abonar dependerá de cada comunidad autónoma, así como también el tiempo en el que tardan en realizar el trámite.
Un comentario
Con el aumento de la esperanza de vida y el envejecimiento de la población se van a necesitar andadores y otras ayudas técnicas. Por suerte las personas con dependencia pueden acceder a ayudas económicas para hacer frente a los gastos que tienen sus cuidados. Desde hacer frente a la compra de andadores, o a pagar un servicio. Hasta el ingreso en una residencia de ancianos