San Valentín, una fecha especial en la tercera edad: iniciativas curiosas

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Lorenzo Gómez

Por: Lorenzo Gómez

Periodista, redactor experto en gerontología

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Qué duda cabe que San Valentín es una festividad señalada y cargada de sentimentalismo tanto para jóvenes como para personas mayores. San Valentín, o el Día de los Enamorados ha dejado iniciativas de lo más suculentas para recordar.

Además, son muchos los centros y organizaciones que organizan cada año diversas actividades lúdicas con las que hacer amistades o, por qué no, conocer el amor en la tercera edad.

El objetivo de las actividades en la tercera edad por San Valentín es fomentar la participación de este colectivo.

¿Cuál es el origen de San Valentín?

Existen diversas teorías en torno al origen de esta fecha marcada en el calendario. Pero en la que más se coincide es en la siguiente.

Siglo III en Roma, época en la que el emperador Claudio II aprobó prohibir los matrimonios entre los jóvenes. Además, coincidió con un momento en el que dicho Gobierno estaba en una situación de crisis.

Él máximo representante del Gobierno consideraba que los solteros eran mejores soldados, es decir, su motivación era una estrategia bélica.

Según cuentan algunos historiadores, hubo un sacerdote llamado Valentín que, al no estar de acuerdo con la norma impuesta por Claudio II, decidió casar en secreto a los jóvenes que estaban enamorados.

Esta decisión terminó por costarle la vida, ya que cuando el emperador se enteró de lo que el sacerdote estaba haciendo, lo condenó a muerte por desobediencia y rebeldía.

Finalmente, Valentín fue apedreado, apaleado y decapitado el 14 de febrero del año 270; y de esta manera se convirtió en el patrón de los enamorados.

Fue ya en el siglo V cuando se le consideró como mártir de la Iglesia y se guardó esta fecha para recordar su legado.

Un sacerdote coge de la mano a un matrimonio de personas jóvenes.

¿Cómo se celebraba antes San Valentín?

La primera vez que se celebró esta festividad en honor al mártir fue en el año 494. A raíz de ahí, y dependiendo del arraigo y del territorio, ha tenido diferentes maneras de manifestarse y celebrarse.

Así, pasó a conmemorarse hasta la llegada del papa Pablo IV, quien suspendió la festividad, y el Concilio Vaticano II de 1969 finalmente la eliminó de la fiesta del calendario litúrgico.

Por ejemplo, en el siglo XVII, en Londres tenían por costumbre celebrar esta fiesta la noche anterior, la del 13 de febrero. De esta manera los hombres se declaraban a la mujer que querían por esposa, que tendrían que decidir si el amor era correspondido.

Alrededor del año 1830 se extendió el uso del correo postal, y se comenzó a enviar las primeras cartas anónimas de amor.

Esto además coincide con el inicio de la estética romántica como respuesta al movimiento ilustrado. La población se alfabetiza y es cuando también existe la eclosión de las novelas por fascículos semanales o mensuales.

Otro ejemplo de festividad peculiar es Japón, que desde el año 1958 la costumbre dicta que sean las mujeres quienes regalen dulces a los hombres, y no precisamente a sus parejas, sino también a sus familiares, amigos o compañeros de trabajo.

El país del mundo que menos tiempo lleva disfrutando de esta festividad es Arabia Saudita, donde estuvo prohibido durante muchos años, pero las parejas pueden celebrarlo públicamente desde 2019.

Origen de la tradición de regalar flores en San Valentín

Hay que remontarse a finales del siglo XVIII cuando el rey Carlos II de Suecia fue a la antigua Persia y vio cómo sus ciudadanos se regalaban flores en señal de respeto y amor mutuo.

Por aquel entonces, si se optaba por un clavel amarillo significaba que se estaba decepcionado con la persona a quien se regalaba, uno púrpura expresaba disculpas y, como no podía ser de otra forma, los rojos simbolizaban amor profundo y eterno.

El buzón del amor: una iniciativa curiosa para la tercera edad más exigente

Acciones hay muchas, así como ideas para regalar por San Valentín, pero la siguiente iniciativa llevada a cabo en varios centros de personas mayores de Valencia en el año 2017 fue de lo más interesante.

Se creó el “buzón del amor”, un espacio en el que cada participante podía escribir una tarjeta con un mensaje, dedicatoria o poema para su pareja, amistad o destinatario que creyese conveniente.

Una mujer mayor lee una carta de amor de su amado por San Valentín en el sofá de su casa.

El objetivo no era otro que ayudar a las personas mayores a expresar un sentimiento a algún ser querido, sin necesidades impetuosa de ser pareja.

Todo ello ambientado con meriendas y actuaciones de baile para que la fecha en el calendario no se olvidase de la retina de las personas mayores.

El árbol de los afectos: otra acción para regalar amor

Otra de las actividades curiosas que se han podido hacer en San Valentín en la que la tercera edad ha sido protagonista fue el llamado “árbol de los afectos“, un mural gigantesco que simbolizó el tronco de un árbol con el objetivo de que los participantes debían escoger una tarjeta con forma de corazón que no sabían el contenido del mensaje en su interior.

Una vez descubierto el mensaje, la idea fue entregar ese mensaje a la persona a la que se deseara transmitir lo que comunicaba el mensaje.

En este caso, esta iniciativa traía consigo ingredientes como la intriga o la sinceridad que la convierten en una de las acciones más curiosas que se ha podido conocer en San Valentín donde las personas mayores hayan sido protagonistas.

Terapias por San Valentín: mantener la llama viva

San Valentín es uno de esos días en los que se puede sorprender a una persona especial solo con pequeños detalles.

Por ello, otra acción digna de ser rescatada por su originalidad y eficacia es realizar terapia de pareja el 14 de febrero.

Una acción en la que se puede regalar algún obsequio, recordar vivencias inolvidables o pasar un rato agradable.

Es el caso de Antonio y Paloma, un matrimonio que lleva más de 55 años casados y aprovecharon San Valentín para acudir a una de estas terapias.

Un matrimonio de un hombre mayor y una mujer mayor se cogen de la mano por el Día de San Valentín.

“Nos pusimos a recordar nuestra primera cita y nos acordábamos hasta de las prendas que llevábamos”, apunta Paloma.

Por su parte, Antonio quiso sorprender a su esposa con una carta escrita de puño y letra en el que reflejó su agradecimiento a la vida por cruzarle con Paloma, a quien admira aunque él mismo reconozca que tienen “sus más y sus menos”.

La poesía: un clásico por San Valentín

La poesía va ligada a los sentimientos y los sentimientos al amor por una persona, por lo que es bastante habitual ver que la lírica y la inspiración de algunas personas plasmados sobre un papel.

De esta forma, a las poesías o cánticos de antaño se les suma piropos en verso.

Las personas mayores cuentan con un enorme caudal de tiempo y experiencia que pueden compartir con los demás, por lo que la poesía ha sido y es una de las iniciativas más aplaudidas dentro de San Valentín.

Los talleres de poesía en San Valentín para personas mayores tienen el objetivo de formar a las personas mayores en el arte de la escritura, sobre aspectos como la motivación por escribir y, en algunos casos, la tercera edad es protagonista de certámenes literarios de prestigio gracias a sus poesías.

¿Cómo celebrar San Valentín en la tercera edad?

El Día Internacional de los Enamorados es una fecha en el que la gran mayoría quiere hacer alarde de su amor y amistad. Para ello, realizan distintas actividades, celebraciones o compras de regalos para sus seres queridos.

Sin embargo, existen aquellas personas que quieren celebrar este día tan especial, pero no pueden hacerlo ya sea porque no tienen pareja o algo mucho peor, la han tenido, pero se ha ido para siempre.

En el universo del cuidado de personas mayores, San Valentín se presenta como una oportunidad única para fortalecer los vínculos emocionales y recordar la importancia del amor en todas las etapas de la vida.

Este día especial no solo es para los jóvenes enamorados, sino también para aquellos que han acumulado sabiduría y experiencias a lo largo de los años.

Por ejemplo, una buena oportunidad de celebración serìa a través de los recuerdos. San Valentín es una fecha que invita a organizar un álbum de fotos que incluya momentos significativos de la vida de una persona.

Este acto simple no solo evoca nostalgia, sino que también potencia la conexión emocional, recordando la importancia de la relación en pareja.

Otra idea es disfrutar de un paseo agradable y una conversación tranquila y cercana. Es un buen momento para abrirse en la pareja y estrechar lazos afectivos.

Si se opta por comprar un regalo a la persona que se ama, los obsequios que consiguen evocar momentos compartidos, como pueda ser un libro, suelen ser muy bien recibidos.

Lo mismo ocurre con las experiencias memorables, como por ejemplo, organizar una cena íntima con las comidas favoritas de ambos. No hace falta que sea en el exterior, aunque también es una idea a tener en cuenta. Pero solo el simple hecho de organizarlo puede convertir en San Valentín en un día inolvidable para una pareja de la tercera edad.

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