Es habitual llegar a confundir dos conceptos que pueden parecer significar lo mismo, pero no es así. La prejubilación y la jubilación anticipada son dos términos totalmente diferentes, y solo tienen en común que representan un momento de la vida laboral de la persona.
La jubilación anticipada es la situación que se produce cuando el trabajador se convierte en pensionista antes de alcanzar la edad establecida para su retiro, es decir, una forma de acceder a la jubilación un poco antes de la edad legal que corresponde. Para esto, se deben cumplir ciertos requisitos establecidos por la Seguridad Social, como, por ejemplo, haber cotizado una determinada cantidad de años. Por su parte, y así como se explicará en este artículo, la prejubilación es un pacto llevado a cabo entre la empresa y el trabajador.
¿Qué es la prejubilación?
La prejubilación es un acuerdo entre la empresa y el trabajador para dar como finalizada la relación laboral, y que, como beneficio, se lo hace en condiciones particulares que permiten al empleado llegar a la edad legal de retiro con garantías económicas casi iguales o parecidas a las que tenía cuando se encontraba activo. Hay que considerar que la prejubilación no está comprendida en la Seguridad Social, ya que se trata de un convenio privado.
La prejubilación tiene como objetivo que los trabajadores puedan seguir manteniendo el nivel de ingresos hasta que puedan acceder a la jubilación anticipada.
Para entender mejor este concepto, se podría dar que, por ejemplo, un empleado esté muy cerca de alcanzar la edad mínima de jubilación, pero sin cumplimentar los requisitos para solicitar a la jubilación anticipada. Esto puede darle la posibilidad de que la empresa le ofrezca un acuerdo de prejubilación, en el caso de que necesite renovar su plantilla por personal más joven. Además, si se llegara a un pacto entre partes, el empleado puede acceder a la prestación por desempleo.
¿Cuáles son los requisitos de la prejubilación?
Al tratarse de un arreglo entre partes, no existen requisitos a cumplir, más que aquellos que establezca la empresa en el acuerdo que se pacta con el trabajador. Sin embargo, lo normal es que se le ofrezca esta opción a aquellos que cumplan con los siguientes requisitos:
- Contar con 55 años, o más.
- No cumplir con los requerimientos para la jubilación anticipada.
- Haber cotizado suficientes años en la Seguridad Social.
- Tener ciertos años de antigüedad en la empresa.
Es obligatorio que la parte empleadora suscriba un Convenio Especial con la Seguridad Social, por el cual se compromete a pagar las cotizaciones del empleado prejubilado, desde el cese o finalización de las prestaciones por desempleo, hasta que cumpla con los requisitos para la jubilación anticipada.
¿Cómo se pacta una prejubilación?
En el acuerdo firmado por ambas partes, se debe determinar la cuantía en dinero que percibirá el trabajador, es decir, aquella que complemente su prestación por desempleo. Esto se deberá respetar hasta el momento en que se cumplan las exigencias para solicitar la jubilación anticipada. No obstante, deberá ser incluido en un Expediente de Regulación de Empleo a través del cual accede, como mínimo, a la indemnización que le corresponde legalmente.
Una vez formalizado el pacto para la desvinculación contractual, se continuarán abonando las cotizaciones a la Seguridad Social, hasta el día que se alcance la jubilación. Puede suceder que, en ciertas ocasiones, se realice un convenio especial a nombre del empleado, en el cual se acuerde que el mismo se compromete a costear las cuotas de los seguros sociales.
¿Cómo calcular la prejubilación?
Como esta situación laboral tiene como base un acuerdo, en este se deberá determinar la cuantía que le corresponde recibir mensualmente. La suma que abona la empresa se considera en carácter de compensación indemnizatoria y lo habitual es que sea entre el 60% y 80% de su sueldo. Las empresas suelen basar esta decisión en la cantidad de años que lleva trabajando la persona, la duración de la prejubilación y la edad del trabajador.
El ofrecimiento de prejubilación proviene siempre de la empresa, no al contrario.
Además, se abonará como complemento la prestación por desempleo. Agotada la misma, cuyo tiempo de cobro depende de los períodos cotizados por el trabajador en los 6 años anteriores a la situación de desempleo, se podrá solicitar el subsidio por desempleo, durante 6 y hasta 18 meses. Y posteriormente, el subsidio para mayores de 52 años, que cobran los trabajadores en paro.
Beneficios de la prejubilación
La prejubilación ofrece varios beneficios para aquellos que deciden optar por esta opción. En primer lugar, brinda la oportunidad de disfrutar de un merecido descanso después de años de trabajo duro. Permite a las personas alejarse del estrés laboral y tener más tiempo libre para dedicarlo a actividades que disfrutan, como viajar, pasar tiempo con la familia o desarrollar hobbies.
Además, la prejubilación puede proporcionar estabilidad económica, ya que generalmente se ofrece un paquete de beneficios que incluye pensiones, indemnizaciones y otros incentivos financieros. Esto puede ayudar a las personas a asegurar su futuro y mantener un nivel de vida adecuado durante su jubilación.
La prejubilación también puede permitir la transición hacia nuevas oportunidades y desafíos. Al liberar a los empleados mayores, se abren puertas para que los más jóvenes asuman puestos de responsabilidad y puedan aportar nuevas ideas y enfoques.
En resumen, los beneficios de la prejubilación incluyen descanso merecido, más tiempo libre, estabilidad económica y oportunidades de crecimiento personal.
La prejubilación en España ofrece varios beneficios que deberán ser considerados por el trabajador. El descanso anticipado y la transición gradual a la etapa posterior a la vida laboral pueden significar cambios positivos para la vida de los empleados, además de tener la posibilidad de mantener el nivel económico casi idéntico al que se tenía durante la vida laboral.