En este otoño tan diferente, hay algo que no puede cambiar: degustar las meriendas que nuestras madres y abuelas preparaban.
El olor a buen sabor y el cariño con el que sus mejores recetas cocinaban hacían de estas tardes el mejor regalo gastronómico que alguien puede recibir.
¿Qué os parece si cambiamos los papeles y somos nosotros los que le damos una sorpresa culinaria a nuestros mayores? Vamos a prepararles una merienda con la misma cantidad de ilusión que añadían a sus elaboraciones.
Os proponemos varias recetas tradicionales con las que alegraremos sus otoñales tardes:
Buñuelos de viento
Como muchas de las elaboraciones gastronómicas de otoño, los buñuelos de viento son un dulce propio de la celebración del Día de Todos los Santos.
Dado su rico sabor, su alcance superó a esta festividad y pasó a estar en la mesa durante toda esta estación.
Originarios de la Comunidad Valenciana, os contamos la receta que las abuelas transmiten de generación en generación.
Ingredientes para 20 unidades:
- 50 g de mantequilla sin sal.
- 75 g de harina de trigo.
- 2 huevos de tamaño L.
- 2 unidades de anís estrellado.
- 100 g de azúcar.
- 125 ml de leche.
- Media ramita de canela.
- 2 cáscaras de limón.
- Media cucharadita de sal.
- Aceite de girasol
Elaboración:
- Infusionamos la leche: vertemos 125 ml de leche en un cazo, añadimos media ramita de canela, un par de cáscaras de limón y dos unidades de anís estrellado. Dejamos al fuego hasta que rompa a hervir y colamos.
- Volvemos a echar la leche en el cazo. Echamos 50 g de mantequilla sin sal, media cucharada de sal y una cucharada de postre de azúcar (el resto del azúcar lo utilizaremos para rebozar los buñuelos).
- Dejamos hervir y removemos hasta que la mantequilla esté completamente disuelta.
- Apagamos el fuego y añadimos 75 g de harina de trigo.
- Removemos hasta integrar bien todos los ingredientes (la masa se ha de despegar de las paredes).
- Dejamos que la masa se enfríe durante 20 minutos.
- Batimos ligeramente 1 huevo de tamaño L y lo añadimos a la masa. Mezclamos hasta que se haya incorporado totalmente.
- Añadimos un segundo huevo pero no en su totalidad. (La cantidad de huevo depende de muchos factores y es muy importante la consistencia de la masa, así que este segundo huevo se lo iremos echando poco a poco. Si vemos que la masa nos queda un poco mazacote le iremos añadiendo más huevo). La consistencia de la masa ha de ser la denominada masa de “pico de pato”: espesa pero con caída.
- Introducimos la masa en una manga pastelera.
- Ponemos al fuego una cacerola alta y echamos abundante aceite de girasol.
- Nos humedecemos ligeramente los dedos de la mano para evitar que la masa se nos pegue y echamos una porción de masa en nuestros dedos. Con un leve movimiento de estos, dejamos caer sobre el aceite bien caliente (cuidado con no quemarnos).
- Los buñuelos se irán solos volteando y dorando. (Si algunos no se giran, nos ayudaremos de un cucharón).
- Una vez estén dorados, los sacamos e introducimos en un bol lleno de azúcar. Así se irán rebozando en él.
Dulce de membrillo
También conocido como codoñate (la mayoría de nuestros abuelos lo llaman así), es un rico postre elaborado a partir de la fruta del membrillo, muy típica de esta estación del año y originaria de la Península Ibérica (nuestros vecinos de Portugal también disfrutan de ella).
Ingredientes:
- Membrillos.
- Azúcar.
- Zumo de limón.
Truco: La cantidad de membrillo y de azúcar se determina cuando ya hemos cocido el membrillo. ¡Durante la elaboración descubriremos cómo hacerlo!
Elaboración:
- Pelamos y troceamos los membrillos y los vertemos en una olla para cocerlos. Si utilizamos una olla exprés, los herviremos durante 15 minutos. (Para comprobar si están tiernos, podemos hacerlo pinchándolos con un cuchillo).
- Trituramos la carne de membrillo (con un pasapurés o con un tenedor, con lo que nos sea más cómodo).
- Pesamos la carne de membrillo. Pondremos exactamente el mismo peso de membrillo que de azúcar (por ejemplo, si la carne de membrillo pesa 1.300 g, deberemos añadir 1.300 g de azúcar).
- Mezclamos el azúcar con el membrillo en una olla grande.
- Exprimimos el zumo de un limón, lo colamos e incorporamos a la mezcla. Mezclamos muy bien hasta que se integren estos 3 ingredientes.
- Cubrimos la olla con una tapadera y lo dejamos en reposo durante un par de horas.
- Ponemos la olla en el fuego y la llevamos a hervir. Hervimos durante 50 minutos (no dejaremos de remover durante este tiempo).
Prueba inequívoca para saber que ya está cocido: poner una cucharada del dulce de membrillo en un plato, pasar la paleta para separarlo en dos partes y si no se pega, está en su punto.
- Vertemos la mezcla en un molde rectangular cubierto de papel de horno para que luego sea más fácil de desmoldar.
- Tapamos el molde con papel film evitando que pueda entrar aire y dejamos reposar durante 24 horas (no es necesario que lo metamos a la nevera porque el azúcar ya es un conservante).
- Desmoldamos, retiramos el papel y lo colocamos en una fuente.
Bica
Si viajamos a Galicia y preguntamos por la Bica, en cada pueblo nos darán a degustar una Bica diferente. De hecho, no en cada pueblo, sino como elaboración tradicional, en cada casa se sigue una receta diferente.
Como debíamos elegir una receta entre las muchas de Bica que existen, nos hemos decantado por una de nuestras favoritas: la Bica de Trives.
Ingredientes:
- 250 g de masa de pan.
- Un vaso de agua tibia (110 ml).
- 2 g de levadura fresca (o 4 g de levadura en polvo).
- Un pellizco de sal.
- 6 huevos (tamaño M).
- 200 g de manteca de vaca (se puede sustituir por mantequilla).
- 200 g de harina de trigo de fuerza.
- 250 g de harina de trigo de repostería.
- 400 g de azúcar + 50 g para la cobertura final.
- Ralladura de un limón.
- Canela en polvo.
Elaboración:
- En un bol mezclamos la harina y la levadura seca para el prefermento.
- Añadimos la sal y el agua tibia y mezclamos hasta homogeneizar.
- Formamos una bola y tapamos el bol con papel film. Dejaremos que fermente 1 hora en un lugar cálido.
- Mezclamos la manteca de vaca con los 400 g de azúcar. Ambos productos deben integrarse por completo, por lo que para ello podremos ayudarnos de una batidora mezcladora.
- Añadimos los huevos y mezclamos uno a uno.
- Incorporamos los 400 g de harina y volvemos a mezclar hasta integrar.
- Vertemos la mezcla en un molde rectangular engrasado.
- Cubrimos con el azúcar restante (50 g) y la canela.
- Con el horno precalentado a 180º, horneamos durante 40 ó 45 minutos.
Ochíos salados
¿Quién dijo que las meriendas tenían que ser dulces? ¡Muchos disfrutan mucho más de una pequeña merienda salada que de grandes tartas!
Los ochíos pueden ser tanto dulces como salados y nosotros vamos a decantarnos por estos últimos.
Como postre típico de Jaén, los ochíos son un homenaje al buen aceite de oliva que produce esa tierra. Se trata, como vamos a ver, de un pan aplanado y de pequeño tamaño que luego puede ser rellenado con múltiples productos de nuestra privilegiada gastronomía.
Ingredientes:
- 25 g de levadura fresca.
- 125 ml de aceite de oliva virgen extra + 25 ml más para decorar.
- 500 g de harina de fuerza.
- 1 cucharada de matalauva.
- 250 ml de agua templada.
- 1 cucharada de sal.
- 2 cucharadas de pimentón de la vera.
- Pizca de sal gorda para decorar.
Elaboración:
- En un bol echamos el agua templada y en este mismo bol desmenuzamos la levadura fresca.
- Añadimos el aceite de oliva virgen extra y la sal y mezclamos todo.
- Incorporamos la matalauva.
- Añadimos la harina y con la varilla amasadora vamos integrando toda la mezcla (hasta que la masa se ligue y adquiera una consistencia).
- Quitamos las varillas y continuamos amasando brevemente con las manos.
- Sacamos la bola de masa del bol y añadimos harina de fuerza sobre la superficie en la que vamos a volver a amasar. Lo haremos con las manos, aproximadamente durante 5 minutos (recordemos: siempre de fuera hacia adentro).
- Redondeamos, de nuevo, esa masa y la colocamos en el bol. Tapamos el bol con un trapo y la dejamos reposar durante 40 minutos (hasta que duplique su tamaño).
- Hacemos las bolitas de ochío: podemos elegir el tamaño que queramos.
- Una vez que están ya formadas y colocadas en una bandeja, las volvemos a tapar y las dejamos otros 40 minutos de reposo.
- Mezclamos con los 25 ml de aceite de oliva las 2 cucharadas de pimentón. Con ayuda de un pincel, pintaremos, abundantemente, todas las bolitas de ochíos.
- Una vez que ya están todos pincelados, les echamos una pizca de sal gorda para decorar.
- Los introducimos en el horno a 180º durante 20 minutos. (Cuando hayan pasado 15 minutos, abrimos y tapamos la bandeja con papel de aluminio para que el pimentón no se queme).