Cuando una cuidadora procede a firmar un contrato laboral, uno de los principales conceptos a pactar con el empleador será el salario. Esto es, la cantidad de dinero que va a percibir la trabajadora por realizar su actividad periódica. Sin embargo, es importante saber las diferencias entre el salario bruto y el salario neto, puesto que ambos conceptos se reflejan en la nómina.
Se trata de una de las dudas más frecuentes que se reciben prácticamente cada día en Aiudo. Por ello, a continuación se muestras las principales diferencias entre ambos conceptos.
Origen del término “salario”
Hay que remontarse a la majestuosa época del Imperio Romano para entender de dónde surge el término “salario”. En origen, esta palabra procede del latín “salarium”, que tiene sus raíces en la palabra “sal”.
En la época del Imperio Romano, a los soldados y funcionarios públicos se les pagaba con sal, un producto muy valioso y apreciado.
Esos paquetes de sal recibidos, que servían como moneda de cambio, recibían el nombre de “salarium”, término que derivó con el tiempo en la palabra “salario”.
¿Qué es el salario bruto?
El valor bruto hace referencia a la cantidad original, antes de que se apliquen las retenciones o se añadan los impuestos correspondientes.
En otras palabras, el salario bruto es la prestación económica que la empresa otorga al trabajador antes de aplicar las retenciones y deducciones obligatorias.
El salario bruto, a su vez, se compone del salario base, que suele estar regulado en el convenio sectorial correspondiente, más los complementos salariales que se apliquen en cada caso.
En el siguiente ejemplo, se puede observar cómo el concepto de “total devengado” hace referencia al salario bruto del trabajador.
El sueldo bruto se compone de varios conceptos sobre cuya suma, posteriormente, se aplican las deducciones necesarias en cada caso:
- Salario base: hace referencia a la cantidad fija mínima que se percibe por el rendimiento del trabajo.
- Complementos salariales: este concepto incluye bonificaciones adicionales por cumplir determinadas circunstancias, como antigüedad, nocturnidad, o peligrosidad, entre otras.
- Horas extra: existe un máximo de horas diarias de trabajo. Todo lo que exceda de ese tiempo estipulado se ha de remunerar de forma más elevada. Y es en este concepto donde se recoge.
- Pagas extra: cada año los trabajadores reciben dos pagas extraordinarias, que suelen coincidir con los meses de junio y diciembre. Esta cifra puede percibirse de manera extraordinaria o puede prorratearse, dividiéndose en 14 pagas y aplicando el porcentaje adicional correspondiente en la nómina mensual.
- Percepciones de carácter no salarial: este concepto engloba todos los ingresos que, aunque no corresponden directamente al rendimiento del trabajo, influyen en él de alguna manera. Como por ejemplo los gastos en dietas o en viajes, así como cualquier tipo de prestación que se reciba de la Seguridad Social por tener algún grado de incapacidad.
En la mayoría de ofertas de empleo, el salario que se suele mostrar es el bruto. Por tanto, el salario neto se tendrá que calcular más adelante tras el análisis de la propia nómina.
¿Qué es el sueldo neto?
El sueldo neto es la cantidad económica que el trabajador percibe en su cuenta bancaria todos los meses. Se trata del resultado de restar todas las deducciones y retenciones al salario bruto.
Es por esta razón que el sueldo neto siempre será inferior al sueldo bruto.
Una de las claves para identificar cuál es el salario bruto y cuál es el neto es fijarse en las cantidades, ya que la cifra más alta corresponde siempre al monto bruto, y la más baja, al neto.
Hay que tener en cuenta que las deducciones de una nómina corresponden a la parte que se resta a los devengos salariales. Incluye los pagos a la Seguridad Social y el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). La Agencia Tributaria recibe estos pagos por adelantado.
Esto sucede porque la empresa actúa como agente recaudador. De hecho, el IRPF es la parte del salario que reciben las arcas del Estado para afrontar gastos que atañen a todos los ciudadanos, tales como carreteras, limpieza urbana, entre otros. Se trata de un índice progresivo, es decir, cuanto más se gana, más IRPF se paga, y oscila entre el 2% y el 46%.
Un ejemplo de la diferencia entre el salario bruto y el neto
Para profundizar en esta temática, desde Aiudo se ha hablado con Boix Group, un despacho de abogados y consultores que gestiona casos de Derecho Administrativo como este. “El salario bruto es el importe dinerario que percibe una persona trabajadora por su trabajo. Es lo que gana, mientras que el salario neto es el importe que le queda a una persona trabajadora después de cumplir con sus obligaciones fiscales y de cotización. Es lo que cobra”, apunta Inés Boix, responsable del departamento laboral del despacho.
Por ejemplo, para un salario bruto al mes de 1.000 euros, ajustando la cotización mensual del 6,48% del trabajador, sumado a una retención del IRPF del 2% sobre el bruto, el salario neto que se le quedaría sería de 915,20 euros.
Es importante que estos conceptos se conozcan por parte de los trabajadores, porque de ello dependerán sus retribuciones, a nivel salarial, pero también en situación de prestaciones por situaciones propias de desempleo, incapacidad o jubilación.
Conocer la diferencia engre el salario bruto y el salario neto es muy importante a la hora de valorar y comparar ofertas de trabajo, pagar impuestos o tramitar ayudas y subvenciones.