Sonda vesical masculina: qué es, tipos y cuidados a tener en cuenta

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Lorenzo Gómez

Por: Lorenzo Gómez

Periodista, redactor experto en gerontología

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Cuando se habla de sonda, el concepto suele relacionarse con un tubo transparente que introducen los médicos en la boca de pacientes que padecen alguna enfermedad. Aunque esto es así, hay que tener en cuenta que existen de diversos tipos y sirven para ayudar a solucionar distintos problemas de salud.

Este es el caso de la sonda vesical, que se utiliza en adultos mayores con problemas relacionados con la retención de orina, aunque esta puede ser empleada con diferentes fines y en una diversidad de cuadros clínicos como, por ejemplo, en pacientes con inmovilidad reducida, permanente, retención aguda de orina y control de diuresis.

¿Qué es la sonda vesical masculina y cuál es su importancia?

La sonda vesical masculina es un tubo elástico y fino, usado con fines terapéuticos o diagnósticos, que se introduce en la uretra hasta la vejiga urinaria. Generalmente, sirve para ayudar a drenar la orina y expulsarla de la vejiga, pero el proceso del sondaje vesical masculino también puede ser oportuno en tratamientos postoperatorios de una intervención quirúrgica, para mantener una adecuada higiene en los casos de úlceras genitales, entre otras patologías.

Al tratarse de una técnica invasiva, se requiere especial cuidado, tanto a la hora de introducirla como en el momento de retirarla, y también mientras el paciente la incorpora en su día a día. Es un procedimiento donde la posibilidad de contraer una infección urinaria es alta, por lo que su adecuado control resulta fundamental para evitar complicaciones.

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Tipos de sonda vesical

Existen dos tipos de sondaje vesical en función de la cantidad de veces que se necesite usar, así como de las necesidades de la persona afectada:

  • Sonda vesical masculina intermitente: es un tratamiento utilizado principalmente en pacientes con incontinencia urinaria o cuando, por diferentes causas, se produce un mal vaciado de la vejiga. Es un tipo de autosondaje, ya que no es necesario que sea ejecutado por un médico, sino que puede hacerlo el mismo paciente o su cuidadora. La frecuencia con la que el paciente debe ponerse la sonda dependerá de la capacidad de la vejiga, pero suele rondar las 3 o 4 veces diarias.
  • Sonda vesical masculina permanente: este tipo de sonda, como su nombre así lo indica, se mantendrá en su mismo lugar por un tiempo prolongado, mediante una especie de balón que se hincha con aire al colocarse. Su implementación suele tener lugar cuando el enfermo fue sometido a una intervención quirúrgica o a controles de diuresis. Suele ser conocida también como sonda Foley, y debe ser cambiada cada 15 o 20 días.

Dependiendo de las indicaciones del urólogo, el catéter deberá ir conectado con una bolsa donde se almacenará la orina de manera continua o, de lo contrario, llevará un tapón.

Se puede optar por una bolsa que se coloca en la pierna del paciente, o por bolsas nocturnas que tienen la ventaja de tener mayor capacidad de almacenamiento.

Una imagen de un catéter urinario sobre una mesa.

Cuidados generales en adultos mayores portadores de sonda vesical

Para un buen funcionamiento, higiene y para que la sonda no cause daño a la persona, se debe seguir una serie de recomendaciones:

  • Utilizar una sonda del menor calibre posible. Esto ayudará a evitar irritaciones de la vejiga.
  • Ingerir abundante líquido, salvo que sea contraindicado por el médico.
  • Higienizarse las manos antes y después de manipular o cambiar la bolsa de orina.
  • Lavar la zona donde va introducida con abundante agua y jabón, al menos, una vez al día, y secarla bien.
  • La introducción el catéter debe hacerse de una forma aséptica, con guantes y equipo esterilizado previamente.
  • En el caso de que la bolsa se rompa, se aprecien escapes o se presente un olor desagradable, será necesario cambiarla.
  • Fijar el catéter en alguna parte del cuerpo, como por ejemplo al muslo, evitará tirones que pueden traer problemas con la misma.
  • En caso de complicaciones, molestias físicas, fiebre, dolor en la zona pelvis o enrojecimiento en el lugar donde está colocada, dar aviso al médico de inmediato y seguir sus indicaciones.

Ser cuidadora de un adulto mayor que porta una sonda uretral puede significar todo un desafío, porque la situación suele ser delicada. Por eso, se recomienda recibir la formación para cuidadoras de personas mayores adecuada y saber cómo actuar ante cualquier inconveniente que se presente.

La sonda vesical, o catéter urinario, puede proporcionar varios beneficios, como el alivio de la retención urinaria aguda, la prevención de complicaciones asociadas a la retención urinaria crónica, la facilitación del drenaje de la orina en pacientes con dificultades para orinar y la monitorización precisa del volumen de orina eliminada. Sin embargo, su uso debe ser supervisado y controlado adecuadamente para evitar posibles infecciones u otras complicaciones relacionadas con el cateterismo.

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