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Enfermedad de gota: la fisioterapia en personas mayores

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Si no se trata de manera adecuada, la enfermedad de gota puede convertirse en una afección crónica que dañe las articulaciones y merme seriamente la calidad de vida de las personas que la sufren.

Se trata una afección que solo afecta al 2% de la población mundial y resulta curioso el hecho de que, antiguamente, era considerada una enfermedad de personas ricas, pues eran estos los que consumían los alimentos que aumentan los niveles de ácido úrico en sangre: mariscos, carnes, pescados, alcohol, etc.

En este artículo, analizaremos qué es exactamente la gota, cuáles son los factores de riesgo que la producen y cómo podemos tratarla con fisioterapia.

¿Qué es la enfermedad de gota?

Plano cenital de dos pies, uno de los cuales está afectado por la enfermedad de gota

 

La enfermedad de la gota es una forma común y compleja de artritis que puede afectar prácticamente a cualquier persona y se produce por la acumulación de ácido úrico (químico presente en la sangre que se forma cuando el cuerpo descompone unos compuestos denominados «purinas») en el interior de las articulaciones, donde se van formando una especie de pequeños «cristales». Estos cristales pueden llegar a provocar una gran inflamación en la fase aguda, así como enrojecimiento y aumento de la temperatura de la zona, que se torna muy sensible al tacto.

Como vimos anteriormente, unos niveles de ácido úrico elevados en sangre pueden desencadenar ataques de gota. En condiciones normales, el ácido úrico producido por nuestro organismo es igual al eliminado mediante la orina y las heces, sin embargo, cuando los niveles son muy elevados, puede suceder que este no sea correctamente procesado y forme microcristales en forma de aguja que se clavan en las articulaciones.

Síntomas de gota

Los síntomas de la gota pueden aparecer y desaparecer con frecuencia, aunque hay formas de controlarlos y prevenir brotes. Si tienes inflamación, aumento de la temperatura y un dolor intenso y repentino en una articulación, lo más recomendable es que llames a tu médico cuanto antes, ya que si llega a ser gota y no la tratas, pueden empeorar tanto las molestias como el daño en la articulación.

Los síntomas de gota suelen darse de manera muy repentina y, sobre todo, por las noches. Estos suelen incluir:

  • Fuerte dolor articular: aunque la gota suele afectar al dedo gordo del pie, también puede darse en otras articulaciones como los tobillos, las muñecas, los codos, las rodillas y el resto de dedos de manos y pies. Una vez iniciado el dolor, este se vuelve más agudo dentro de las 4 a 12 horas siguientes, y puede llegar a un punto en que incluso el roce de una sábana se vuelva insoportable.
  • Molestia continuada: una vez cesa el dolor intenso es posible que quede una sensación de molestia persistente que puede durar días o semanas.
  • Enrojecimiento e inflamación: las zonas afectadas se hinchan, inflaman, enrojecen y aumentan de temperatura.
  • Limitación en los movimientos: a medida que avanza el ataque de gota, es posible que los movimientos se vean limitados.

¿Qué provoca la gota?

Existen una serie de factores de riesgo que pueden ser los causantes del aumento del ácido úrico en el organismo, tales como:

  • Alimentación inadecuada: una dieta compuesta esencialmente de carne roja y mariscos, así como de bebidas endulzadas con fructosa, puede provocar un aumento de los niveles de ácido úrico en sangre. Por otra parte, también el alcohol y, más en concreto, la cerveza, pueden producir gota.
  • El sobrepeso: con sobrepeso, el organismo se ve obligado a producir más ácido úrico de lo habitual y los riñones pueden tener dificultad para procesarlo y eliminarlo correctamente.
  • Afecciones médicas: como la hipertensión no tratada, la diabetes, el síndrome metabólico y las enfermedades renales y cardíacas.
  • Ciertos medicamentos.
  • Antecedentes de gota en la familia: si en tu familia hay miembros que han sufrido de gota, aumenta el riesgo de que tú también la padezcas.
  • Edad y sexo: la gota afecta principalmente a los hombres. Esto se debe a que las mujeres tienen unos niveles de ácido úrico menores en sangre, no obstante, en la menopausia estos niveles se asemejan a los de los varones. Esto también explica que los hombres suelan desarrollar gota a edades más tempranas y que las mujeres lo hagan a partir de la menopausia.
  • Intervenciones médicas recientes: en ocasiones las cirugías pueden desencadenar gota, al igual que las vacunas.

¿Por qué se produce la gota crónica?

La gota puede convertirse en una enfermedad crónica tras años de ataques recurrentes de gota aguda. Esta situación puede provocar daños permanentes en las articulaciones y otros órganos.

La gota crónica se caracteriza por la presencia de tofos, que son depósitos de cristales de ácido úrico que se acumulan en los tejidos blandos alrededor de las articulaciones y otros lugares del cuerpo. Estos tofos gotosos pueden ser visibles como bultos debajo de la piel y pueden provocar dolor e incomodidad.

Los síntomas pueden incluir dolor articular crónico, inflamación, enrojecimiento y rigidez. También puede haber pérdida de la movilidad articular y deformidades articulares en casos avanzados.

El tratamiento de la gota crónica se enfoca en el manejo de los síntomas y la prevención de futuros ataques de gota aguda. Esto puede incluir medicamentos para reducir los niveles de ácido úrico en la sangre, así como cambios en la dieta y el estilo de vida. En casos graves, puede ser necesario realizar una cirugía para eliminar los tofos o reparar las articulaciones dañadas.

Enfermedad de gota en personas mayores

Mujer mayor se lleva las manos a la cabeza porque sufre de gota

 

Cabe destacar que aunque es una enfermedad que puede afectar a cualquier persona, es cierto que se da de manera más frecuente en personas ancianas. La gota en personas mayores es bastante frecuente debido a enfermedades asociadas como la hipertensión, la obesidad, la dislipidemia, el alcoholismo, etc. Un correcto tratamiento de la enfermedad de gota en el adulto mayor debe incluir tanto la acción farmacológica como la no farmacológica, pero, ante todo, es imprescindible hallar la causa que está provocando la gota en el anciano, pues de nada serviría tratar la inflamación si se pasa por alto qué ha provocado los elevados niveles de ácido úrico en sangre.

Complementar el tratamiento a base de medicamentos con una dieta sana y equilibrada, baja en ácido úrico, y un tratamiento fisioterapéutico que ayude a mitigar las molestias ocasionadas y a acelerar el proceso de curación, puede ser de gran ayuda para nuestros mayores.

Dieta para la enfermedad de gota

Frutas y verduras: alimentos óptimos para tratar la gota

 

La enfermedad de gota y la dieta son dos conceptos que están muy relacionados. En este sentido, hay alimentos que se aconsejan y otros que están claramente contraindicados. Sin embargo, los principios generales de la dieta adecuada para casos de gota están basados en una alimentación saludable, de tipo mediterráneo.

Qué debes comer y qué evitar

Es bueno que bebas mucha agua para mantener una mejor hidratación del organismo y que optes por los carbohidratos complejos, ingiriendo más verduras, frutas y cereales integrales. También es conveniente que reduzcas el consumo de grasas saturadas derivadas de la carne roja, de aves y de lácteos con alto contenido graso. Asimismo, se desaconseja consumir marisco y, más en concreto, las cabezas de los crustáceos.

Te recomendamos que consumas cantidades moderadas de pescado y de proteínas, y que evites las bebidas alcohólicas, las comidas y bebidas azucaradas y el café.

¿Cómo tratar un ataque de gota con fisioterapia?

La fisioterapia para tratar la gota resulta muy útil porque proporciona herramientas que permiten mitigar el dolor y reducir el riesgo a sufrir secuelas. Algunos de estos mecanismos terapéuticos incluyen:

  • La aplicación de compresas frías para calmar el dolor.
  • Tratamientos de electroterapia.
  • Estiramientos suaves y controlados en los grupos musculares que lo requieran para evitar otras lesiones.
  • Masajes para evitar tensiones.
  • Realización de ejercicios controlados dependiendo de los síntomas que se presenten, con los que se mejore la circulación y el drenaje.

Como vemos, el papel de la fisioterapia es muy relevante en el tratamiento de la gota, especialmente en el caso de las personas mayores que pueden ver muy mermada su calidad de vida a raíz de desarrollar esta afección. Las herramientas terapéuticas que ofrece la fisioterapia son un complemento muy potente al tratamiento medicinal, pues no solo permiten reducir el dolor que provoca un ataque de gota, sino también la limitación que experimentan los pacientes en las articulaciones. Cabe destacar también que las personas ancianas que padecen de gota pueden ver muy mermada su calidad de vida, sobre todo si se ven obligados a tener que permanecer encamados, por lo que podría ser interesante valorar los servicios que ofrece la fisioterapia a domicilio para personas mayores.

¿Cómo se cura la gota en el pie?

Los cristales de urato afectan, sobre todo, a las zonas más distales del cuerpo, pues son las zonas más frías. Por este motivo, el pie suele ser la articulación más afectada por los ataques de gota, especialmente el dedo gordo.

Ante esta situación, lo más recomendable será antes que nada, acudir a un profesional de la salud para que recete a la persona afectada el tratamiento más adecuado que, generalmente, será de tipo farmacológico. Este tratamiento a base de medicamentos debería combinarse con una dieta adecuada, baja en ácido úrico, y con un tratamiento fisioterapéutico que incluya masajes, ejercicios controlados, aplicaciones de compresas frías para bajar la inflamación, etc.

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