Los pensionistas en Madrid cada vez son más. Ya han llegado en algunos distritos a superar el 20% de la población, es decir uno de cada cinco personas. El aumento del numero de integrantes en este colectivo nos lleva a una inminente adaptación de la fisionomía de la ciudad y del tejido económico y público. Es importante destacar, que Madrid es la ciudad con más pensionistas de España y carece de una residencia pública para personas mayores.
Los pensionistas en Madrid, cada vez son más
Los pensionistas en Madrid podrían estar cerca de los 600.000 personas en solo unos pocos meses. Estos datos, solamente engloba las pensiones contributivas, por lo que tendríamos que sumar las PNC (pensiones no contributivas). Se ha puesto en duda, en multitud de ocasiones, el sistema de pensiones actual español. La principal razón es que este, nuestro país, está envejeciendo a unos niveles insospechados.
Si que es cierto que hay diferentes pensiones, como invalidez y orfandad, pero cabe destacar que la inmensa mayoría de los pensionistas son personas mayores.
Concretamente, en algunos distritos de Madrid, como Moratalaz hay más de 1,35 personas de cada cinco.
Los distritos más envejecidos que seguirían a Moratalaz son La Latina y el Retiro. Y como distritos más juveniles, aparecen Villa de Vallecas, Vicálvaro, y el centro de la capital. Son barrios de la periferia que han sido escogidos por familias jóvenes con hijos. Pero, ¿Por qué el centro?
El gentrificado centro de Madrid
En el centro de Madrid, como por ejemplo en la zona de Lavapiés, hay menos personas mayores. Pero también menos extranjeros, y más clase media universitaria. Ha sido un claro caso de gentrificación.
El efecto urbano que sufren los barrios que “se regeneran” en detrimento de las personas mayores y pensionistas y en favor de estudiantes universitarios y turistas. De hecho, los vecinos terminan siendo prácticamente expulsados, por distintas razones:
-El encarecimiento de la vivienda. La moda, el ambiente y la oferta hace subir los precios de las viviendas de alquiler, siendo para los arrendadores poco rentable mantener a los viejos inquilinos.
-Ambiente. Y ruido, y fiesta. Mucha fiesta y alboroto que termina por evidenciar que el barrio ya no es lo que era.
Barberías vintage, librerías con cafetería y muchos más establecimientos que se adaptan a la avalancha de nuevos colectivos son claros casos de impresión para los vecinos de toda la vida.
Madrid está cambiando y las personas mayores lo notan.
